No vi a ningún otro escritor ayudando en Ayotzinapa: Tryno Maldonado

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“Yo no vi a ningún otro escritor ayudando, cuando estuvo la contingencia fue poca la gente que se la rifó y que dejó todo para ir ayudar en lo que pudiera”.

Responde, en conferencia, el escritor y novelista Tryno Maldonado a la mención de los señalamientos de algunos colegas sobre un manifiesto oportunismo suyo al impartir un taller literario en la NormalIsidro Burgos de Ayotzinapa, e irse a vivir ahí.

Se le dice que también se ha mencionado que ya tiene por ahí un contrato en euros para vender el libro sobre sus cuatro meses en Ayotzinapa, donde según sus propios relatos, se dedicó a lavar ollas, barrer, comer y dormir en la casa de los 43 normalistas desaparecidos, estableciendo una relación muy estrecha con sus familiares, que redundó en la escritura de perfiles que ha venido publicando periódicamente en su columna electrónica.

“Me da risa, no quiero hablar mal de los escritores.No soy activista, soy muy malo para la política. Me di cuenta de que la manera como yo podía incidir era escribiendo, para que injusticias como estas no se repitan”.

“No veo ningún oportunismo en irme a dar clases Ayotzinapa, cuando los chavos no tenían clases. Es mi trabajo, yo vivo de escribir, y era la manera en como la gente conociera que hay una parte humana en la tragedia”.

Llegar a la verdad y que se quede una memoria importante de todo lo que ocurrió y que se perdió y gano con los sangrientos hechos de Ayotzinapa, es lo que Maldonado define como su razón para actuar.

Sobre el contrato millonario y una futura edición de su texto, del cual leyó algunos extractos, y al cual llamó, “Los rostros de los desaparecidos”. Afirma que el primero no existe y sobre el segundo punto comenta que este “es un manuscrito sin nombre, sin forma de libro”, y que“no hay fecha”.

Declara que los 43 normalistas de Ayotzinapa no fueron levantados en bloque el 16 de septiembre del 2014, como la versión de la Procuraduría General de la República lo asegura, sino en dos grupos.

Versión oficial de la PGR que se asume histórica, que dicta que a los 43 normalistas los llevaron en la batea de una camioneta como cerdos de carga.

“Los estudiantes poseían entrenamiento en la lucha, en maniobras de evasión para no dejarse atrapar por la policía, eran aguerridos, fuertes, no eran para nada unos chicos dóciles y fáciles de controlar como borregos, para después ser quemados en un basurero. Todo fue mucho más complejo y violento que eso”.

Tryno afirma que primero levantaron a un grupo veinte estudiantes y luego en otra parte levantaron al grupo de los restantes 23.

“Estaba más que planeado, preparado para ocurrir en distintas partes de la ciudad. Creer que los confundieron con sicarios del cartel de los Rojos y que en la confusión se los llevaron, es pecar de ingenuo”.

Se declara descreído de las nuevas versiones que afirman que en los 43 había un infiltrado del Ejército Mexicano, lo califica como uno más de los esfuerzos para desacreditar a los normalistas, de los que también ya han afirmado las versiones oficiales que estaban en el narco.

Afirma que “no se resigna” a que la totalidad de los 43 estén muertos, comenta que hay casos en los que los militares han mantenido a gente torturada pero con vida, u otros en los que el narcotráfico ha secuestrado a gente como mano de obra y después los han soltado.

El escritor recuerda como el actual secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong como gobernador de Hidalgo mando a cerrar la normal de su estado, y comenta que los chavos de Ayotzinapa leen a grandes teóricos franceses después de las extenuantes jornadas en el campo y actividades en el módulo de producción, durmiendo en colchonetas en piso frío, y llama a no pensar prejuiciosamente en los 43 desparecidos o el resto de estudiantes de las Normales como personas que solo les gusta la música de banda.

Explica que los normalistas tienen las mismas inquietudes que cualquier chavo de 18 a 19 años y que una de ellas es la vocación literaria que salió a flote en el taller que impartió.

“Los rostros de los desaparecidos son un vacío en la realidad, un duelo suspendible que jamás llega y que se vuelve intolerable”.

Maldonado mira mucha “crueldad de crimen de estado, donde el círculo no se llega a cerrar y la verdad se niega.”

Comenta que en México según el gobierno la cifra de desaparecidos suman 22 322 personas, acercándoseen algo a los datos de algunas ONGs que marcan que en los últimos ocho años han desaparecido en este país a más de treinta mil mexicanos.

Recuerda que los padres de los desaparecidos le contaron que Enrique Peña Nieto les respondía con papelitos que le pasaban sus asesores, porque no había telepromter.

Cuenta de Apango, joven normalista que aún conserva las posesiones de sus compañeros de dormitorio desaparecidos y caídos el 16 de septiembre, acomodando las cosas como a ellos les gustaría encontrarlas.

Como los tenis de selección mexicana de Alexander Mora Venancio, al que llaman Randy en referencia a un luchador gabacho, o el suéter fluorescente de Cutberto Ortiz Ramos, por el que llegaron a nombrarlo en la Normal, el marca textos, que devino por gracia de una rapada masiva de prueba, en el Komander, por su parecido al cantante grupero.

Rape en el que al pelón que peor le fue, quedo tan mal que lo terminaron apodando el Murillo Karam.

“El México del 2014 tiene cada vez más características de una dictadura, ejecuciones extrajudiciales, arraigos domiciliarios, desapariciones forzadas, tortura física, psicológica, terrorismo de estado, uso arbitrario de la fuerza, garantías constitucionales arruinadas, intromisión en la vida de las personas y acoso y arresto selectivo.”

Maldonado asegura que no todo fue tristeza alrededor de su experiencia en la Isidro Burgos, pues se ha reunido una gran comunidad alrededor de la escuela.

Donde aprendió del “colectivismo, la solidaridad y la noción de comunidad de Ayotzinapa”, y fue a muchos bautizos y confirmaciones.

“No es un bloque, es un mundo. Con 43 familias que provienen no solamente de Guerrero, sino de otras partes del país”.

“La experiencia es más positiva que negativa”.