‘Los Demoledores’, quienes derriban inmuebles dañados por el sismo

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La Jornada.

Ciudad de México. Transformados en héroes anónimos, alrededor de 230 trabajadores, entre obreros, cabos, operadores de maquinaria y veladores, han sido los encargados de demoler las altas torres que el sismo dañó y que en muchos de los casos se trata de edificios con pronunciadas inclinaciones, endebles y de difícil acceso por los derrumbes que sufrieron en su interior.

De entre esta flota de trabajadores destaca una cuadrilla de 30 “demoledores”, que provistos de una línea de vida, que incluye un arnés y un cable que permite se aseguren a una grúa, lentes de plástico, guantes, botas y chalecos con reflejante, ha concluido -prácticamente a mano- con el derribo de 28 inmuebles en seis delegaciones

Debido a las afectaciones que presentan algunos edificios, –colapsos parciales y desplome de estructuras– se requieren medidas de seguridad estrictas para la demolición y “ha sido necesario el desarrollo de protocolos específicos, casi quirúrgicos, que garanticen la total seguridad de los habitantes de las zonas colindantes y de los trabajadores, afirmó Gerardo Báez, encargado de despacho de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) del gobierno capitalino.

“Gracias a ello hemos concluido con la demolición de estos inmuebles y todo este personal que forma parte de las acciones para la reconstrucción de la Ciudad en la Secretaría de Obras y Servicios, trabaja en este momento en la demolición de 25 edificios más, sin tener incidente alguno”, dijo. En el sitio donde laboran se ubica una ambulancia para realizar chequeos médicos y estar preparados ante cualquier emergencia.

Es el Comité de Emergencias de la capital quien dictamina qué inmuebles deben ser demolidos por su daño estructural y el nivel de riesgo que representan para los habitantes. La demolición en la mayoría de las edificaciones se realiza con un método mixto, incluyendo trabajos manuales en los niveles más altos y maquinaria en los pisos bajos.

Uno de los edificios que ha implicado mayor dificultad ha sido el ubicado en Dr. Lucio 103, en la colonia Doctores, delegación Cuauhtémoc, con más de 50 metros de altura. “El condominio que llega al Sol”, comentan vecinos.

Este inmueble, denominado en realidad Osa Mayor, cuenta con 16 pisos y dos torres, las cuales tuvieron un desplome en el módulo de escaleras, lo que hizo que el edificio tenga una separación a la mitad que alcanza hasta 2 metros, agrega Báez.

Está situación aumentó el grado de complejidad de las labores, pues el único paso entre ambos edificios eran las escaleras y la demolición necesariamente se tendría que efectuar de arriba hacia abajo, indicó.

Para solucionar el desprendimiento y ejecutar los trabajos se habilitaron puentes y pasamanos de madera que permiten el paso de  Los Demoledores.

Tres veces al día se realizan mediciones topográficas para evaluar los movimientos del edificio que, durante su funcionamiento, albergó 52 departamentos.

Dicha tarea es fundamental, pues con el golpeteo con marros y retiro de piezas, las torres pueden presentar deslizamientos, indicó.

Para garantizar la seguridad en la demolición del edificio Osa Mayor y la integridad de transeúntes y automovilistas, se colocó un tapial que delimita la circulación por las calles Doctor Navarro y Doctor Lucio; esto también permite la maniobra libre de la grúa telescópica de 120 toneladas con una pluma de 60 metros de largo; y una excavadora. Además, se colocó malla sombra en el edificio para evitar la caída de material, agregó.