Ante reclamos de ciudadanía, retiran en tiempo récord nueva escultura de Andriacci

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Rodrigo Islas Brito

“Soy la paz, soy amor soy Oaxaca, soy Arte Divino”, es lo que decía el pedestal de una escultura de latón de Fernando Andriacci, que mostraba a un Jesucristo estilo brasileño del Corcobado, pero mucho más compacto y con un rojo fuego que hizo llorar la retina de más de uno .

“Ah no manches, ese güey ya está fumando mucha Mota”, es lo que opinaba uno de los comentarios de una foto publicada en Facebook, que mostraba al Cristo andriacciano colocado en su locación de la explanada del templo y centro cultural Santo Domingo con las manos extendidas a Dios y mirando al cielo.

“¿Dónde quedo el estado laico?” era una de las tantas preguntas que diversos memes estructuraban sobre los efectos de un Cristo chirriante colocado en los contornos de una de las iglesias turísticamente más redituables para el erario oaxaqueño, el barroco, muy visitado y fotografiado, Templo de Santo Domingo.

Hoy, cinco de junio, al parecer este escándalo y linchamiento de red social contra una idea y conceptualización del arte en el espacio público a todas luces fallida, redundó en que el Cristo ya le estaban haciendo en tiempo récord, apenas unas horas después de haber sido colocado, memes tan diversos, como una imagen del Cristo rojo y con actitud a lo Roberto Carlos (el cantante, no el jugador) y otra donde se veía al Buki confundiéndose con el Cristo en su pose de interprete grupero de los ochentas, con la pregunta de ¿A dónde vamos a parar?

La burbuja de red social, Twiter y Facebook, se empezó a hacer tan grande en torno a la incredulidad, reclamos, burlas y los llamados a la indignación y reflexiones sobre las implicaciones que puede tener el hecho de que el nombre del cotizado artista encabece las placas de sus esculturas antes incluso que el propio personaje representado, como lo hizo en el Benito Juárez que hace unas semanas fue colocado abajo del puente a desnivel de Cinco Señores.

La intensa presión social y un muy molesto e irónico clamor popular que ya bordeaban las fronteras del tender tropic, fueron tan efectivos, que coincidentemente a menos de 24 horas después de haber sido colocada, una grúa se presentó para llevarse la escultura bajo el argumento de que no tenía permiso para haber sido colocada ahí.

“¿Entonces las otras esculturas del artista en las calles de Oaxaca si lo tenían?” cuestionaba uno de los comentarios que acompañaba la foto del Cristo siendo colgado para llevarlo de vuelta a la bodega de su autor, el pintor y escultor Fernando Andriacci.

Quien desde el año pasado sostiene que su lugar de privilegio en el espacio público, expuestas en rotondas y parques en estos tres años de administración municipal se debe a una especie de filantrópica convicción personal de que su obra ayuda al ánimo social, idea con la que el municipio del priista Javier Villacaña ha asegurado estar más que de acuerdo.

También el año pasado el cada vez más polémico Andriacci llegó a sostener una pública confrontación mediática con el pintor Francisco Toledo que empezó cuando el menú del IAGO, institución estandarte del legado cultural tolediano, fue colocado sobre la escultura de un pez vela autoría de Andriacci que el municipio les había colocado enfrente, lo cual terminó por darle el look a esta obra artística de que seguramente era el fetiche de la entrada en una marisquería.

Las disputas entre los dos versaron desde una petición que hizo Toledo al INAH para retirar de las calles del centro de Oaxaca, una ciudad patrimonio de la humanidad, la esculturas de cuicateco que mostraban camellos, elefantes, toros bravos y un felino con la pata en alto, gruñendo como el león de la Metro.

Hasta criticas de Andriacci hacia la exitosa oposición social que Toledo convocó y terminó liderando, sobre los planes del gobierno estatal de construir un Centro de Convenciones en plena carretera del Cerro del Fortín

Hoy, Fernando Andriacci no ha encontrado comprensión en la ciudadanía sobre sus conceptos de que es Oaxaca y que es el arte divino. Que ahora ya hasta habla de hacer campañas para que la totalidad de las esculturas del autor sean retiradas del espacio público de la ciudad.

Una chica estudiante de comunicación analiza por su parte que si ese Cristo se hubiera mantenido expuesto, hubiera sido muy probablemente vandalizado.