“Una política cultural cuya finalidad y meta no sean los ciudadanos, el pueblo, la sociedad civil. Puede ser una política administrativa, de becas, pero no es una política cultural”.
La dramaturga, guionista, directora de cine, articulista y entrevistadora, Sabina Berman opina así sobre un país con una instancia rectora cultural (CONACULTA) ya en camino legislativo a convertirse en una Secretaría de Cultura.
“Nuestra mal llamada política cultural se queda en los artistas. No va más allá”.
En entrevista, después de la presentación de su novela El Dios de Darwin durante la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, 2015, Berman afirmó que nuestro pendiente más grande como país es con la verdad, no solo con la libertad de expresión.
“¿De qué sirve la libertad de expresión si solo es para decir mentiras o soltar retóricas? Para pasar a un estadio superior como país tenemos que hablar con verdad”.
“Ni la policía ni la justicia ni el poder político han buscado la verdad”, la escritora asegura que Proceso, semanario de la que articulista, hace investigación de fondo y no se basa solo en los dichos”.
Berman dice vivimos en un país donde la prensa solo reporta dichos, respecto a los 43 jóvenes normalistas desparecidos de Ayotzinapa considera que estos no serán olvidados y serán tan importantes como los niños calcinados de la Guardería ABC o los civiles asesinados en la matanza de Tlatelolco hace 47 años.
“El cambio no va a venir de la clase política, sino de la sociedad civil. Los padres de los 43 dieron una lección cuando fueron a pedir auxilio a la ONU. Dentro de la sociedad civil necesitamos pedir ayuda
“La mentira de la izquierda es decir que estos chicos van a aparecer”
Sabina dice que en la desaparición de los 43 no funcionó la prensa, que esta llegó, tomó sus fotos y se fue.
“Mientras no alcancemos la verdad no tendremos la esperanza de salir del autoritarismo y la corrupción”
Pero qué posibilidad hay de salir del autoritarismo en un medio cabalmente oficialista como TV Azteca, televisora donde se transmite su programa de entrevistas, Berman-otras historias.
Berman declara tener un contrato personal con el dueño, Ricardo Salinas Pliego, que consiste en cero restricciones en sus contenidos, pero tampoco privilegios, así que la pueden correr en cualquier momento sin liquidación ni explicación previa.
Cuenta que muchos políticos que ha invitado a su programa no quieren ir, sobre todo secretarios de estado, quienes al final prefieren ir al de programa de Adela Micha en Televisa.
“Los medios hoy son más oficialistas que hace seis años, el periodo de mayor libertad lo vivimos con el sexenio de Vicente Fox. En la prensa televisada existe control y publicidad encubierta”.
Comenta que hoy el periodismo más importante no es el oficialista, ni el militante y activista, ni el que se va con las versiones de las oficinas de comunicación social, sino “el que investiga y pregunta con conocimiento y sin concesión”.
“Carmen Aristegui y Proceso no son militantes, investigan. Necesitamos que este periodismo prolifere y borre a los demás”.
“¿Qué hacemos con un periodismo oficialista a estas alturas del partido?, es un mal sueño. ¿Que hacemos con un periodismo militante? Es tan mentiroso como el otro”.
Cuenta que ya le pidió una entrevista al Chapo Guzmán, aunque este se encuentre prófugo y amparado.
“Su túnel fue como el túnel de Chapultepec, lo construyó el mismo gobierno, posiblemente todos están comprados. Estamos en la nebulosa en este asunto, ni a mí me importa mi opinión sobre cómo sucedieron las cosa”.
A Donald Trump la entrevistada afirma que le preguntaría si habla español, con preguntas específicas en las que pondría de manifiesto que se equivoca en todos los datos que maneja.
“Le preguntaría ¿Cuáles son las diferencias entre mexicanos y centroamericanos ilegales? ¿Por dónde entran la mayoría de los ilegales? ¿Qué parte de esos ilegales son mexicanos?”.
“ Y a la secretaria de relaciones exteriores (Claudia Ruiz Massieu) le preguntaría que represalias tomaría México en caso de construirse un muro?”.
De Francisco Toledo dice lo respeta mucho, que se ha ganado el prestigio que hoy tiene. Pero que es un sangrón por no haberle hasta ahora y después de mucha insistencia, concedido una entrevista.
Sabina Berman desea hablar de otras tantas cosas, pero los veinte minutos pactados para esta entrevista han llegado a su fin.
