“La solución a la violencia está en manos de los mexicanos”

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Para el novelista y ensayista Jean-Marie Le Clézio (Niza, 1940), Nobel de Literatura 2008, fomentar la educación y la cultura, además de aliviar los problemas económicos, son las premisas para que México solucione sus problemas de violencia y desigualdad social.

De visita en Monterrey para participar en la Feria Universitaria del Libro UANLeer, e invitado por la Alianza Francesa, Le Clézio dijo sentir un enorme “honor y placer” por visitar la tierra que vio nacer a Alfonso Reyes, cuya poesía “sirvió de inspiración” en su obra.

“La obra de Alfonso Reyes ofrece una buena posibilidad de intercambio porque Reyes siempre subrayó la necesidad de la multiplicidad en las culturas, que la cultura no sea una sola lengua, pero que todas las lenguas se unan para hacer un río cultural”, resaltó.

Trajo bajo su brazo la novela La cuarentena, una historia que narra el viaje desde la Isla Mauricio por parte de dos migrantes y cómo el cólera afectó a los tripulantes de la embarcación.

El considerado “novelista más leído en Francia” no evitó hablar de México, aunque sí de la política del país, argumentando no estar enterado a profundidad. No obstante, comentó sobre dos flagelos que afectan a la población desde hace años: la violencia y el tráfico de drogas.

“La violencia es una enfermedad de sociedades complejas. Hay violencia en Estados Unidos, la hay en Francia así como en México, no hay país que sea más violento que otro. En México la solución está en manos de los mexicanos, que es política, económica y cultural”, expuso en charla con medios de información.

Indicó que si bien la violencia afecta especialmente en sectores donde la educación y la cultura están ausentes, la pobreza, que orilla a los jóvenes de Michoacán o de Guerrero (que Le Clézio conoce) a viajar a Estados Unidos o inmiscuirse con el narco, debe ser solucionada.

“Hay un segmento de la población ajena a la cultura que no sabe leer y escribir; esa parte está más dispuesta a ser víctima de la violencia. En el fomento cultural e intercambio en educación está la solución”, apuntó.

Realce a culturas antiguas

Le Clézio se ha declarado amante de las culturas prehispánicas de México. Lo ha expuesto en diversos títulos, uno de ellos el ensayo La relación de Michoacán.

Señaló con disgusto que hoy en día se siga viendo a las culturas prehispánicas como sociedades “exóticas”, aunado a que su historia no sea enseñada en los colegios de Europa o América Latina.

De los mayas alabó su estudio por los astros y de los mexicas su amplio conocimiento de la naturaleza. Incluso catalogó a La relación de Michoacán como la primera novela de América Latina.

“Los mayas, los aztecas y los purépechas, además de los grupos nómadas del norte, pintaron un retrato complejo de la humanidad y siento mucho que en las escuelas, principalmente de Europa o América del Norte, casi nunca mencionan la contribución de éstas culturas al tesoro humano”.

“Europa padece esclerosis”

A Europa la definió como un anciano propenso a cometer errores ya superados, como si estuviera enfermo de esclerosis, endureciendo sus políticas hacia los extranjeros e inmigrantes.

Los recientes atentados en Francia —con el recuerdo de Charlie Hebdo— solo han reflejado el extremismo que hoy se vive en sus ciudades.

“Europa, al ser un continente muy antiguo, padece la enfermedad de los ancianos, una especie de esclerosis, de alienación mental; a un radicalismo corresponde otro radicalismo, y al ver éste radicalismo islámico se responde con un radicalismo fascista”, recalcó.

Libros y leguminosas

Siempre dispuesto a atender las preguntas, Jean-Marie Le Clézio habló de literatura y su fascinación por el libro impreso. Pero tampoco es que esté peleado con el digital, al que consideró “el gran invento de nuestra era”.

Refirió que la literatura es un arma perfecta para eliminar “fronteras y murallas imaginarias”, donde el fomento por la lectura debe ser promovido tanto por los gobiernos como por las familias.

Recordó cómo fue “afortunado” por contar con abuelos que tenían una gran biblioteca y cómo su madre también fue una gran lectora.

“Mi mamá era aficionada a la literatura moderna. Cada mañana salía a hacer algunos mandados y regresaba con su canasta cargada de legumbres pero también con libros, y así leí la literatura norteamericana. Creo que los padres son un buen fomento para la lectura”.