Denuncia Edil huave presencia de grupo paramilitar, exige al estado oaxaqueño su intervención

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El alcalde de San Francisco del Mar, Leonel Gómez Cruz, denunció la presencia de un grupo paramilitar en la zona de la Isla de San Francisco y Cerro Tortuga, supuestamente para el resguardo de tierras, pero que ha estado causando un clima de terror entre pobladores y pescadores huaves que atraviesan esa zona, la cual se encuentra en litigio ante la Procuraduría Agraria.

El edil responsabilizó a su homólogo, José Luis García Henestrosa, de estar provocando un enfrentamiento entre los pobladores de Ixhuatán y el pueblo huave en la Isla de San Francisco y al mencionar en los medios de comunicación que defenderá incluso con su vida las tierras que le pertenecen.

Gómez Cruz supone que por órdenes del alcalde de San Francisco Ixhuatán, un grupo armado se localiza en la zona de Cerro Tortuga y a modo de intimidación revisan las pertenencias de los campesinos y pescadores huaves cada que circulan esta zona.

Recordó que el alcalde de Ixhuatán encabezó hace quince días una caravana donde se hizo acompañar de al menos 60 caciques de su municipio, provocando un clima de hostilidad e inestabilidad.

“No entendemos por qué José Luis García Henestrosa está incitando a la violencia, el asunto de los límites de tierras no es un asunto de ahora, ambos pueblos llevan más de treinta años defendiéndolo ante los juzgados de la Procuraduría Agraria, pero ahora él asegura que lo hará inclusive con su propia vida, lo cual indica que prefiere la violencia y no el diálogo”, expresó.

Dijo en cambio que ellos como huaves han decidido en asamblea defender sus tierras pero mediante la paz y el diálogo, porque con la violencia lo único que se gana son muertos y sangre.

Anunció que para este lunes se realizará otra nueva asamblea, en donde se tocará este punto de violencia paramilitar que ha ocasionado el alcalde de Ixhuatán, porque el clima de terror e intimidación es fuerte.

Gómez Cruz responsabilizó al Gobierno del Estado de Oaxaca por su silencio y no hacer nada para lograr un dialogo entre ambos municipios y al mismo tiempo ser cómplice de la violencia que se avecina.

Esta situación de violencia y disputa de tierras revivió cuando la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) aprobó un proyecto ecoturístico en la zona de conflicto de límites (Cerro Tortuga), en donde ambos municipios manifestaron ser poseedores de la tierra y contar con documentos oficiales.