El debate en Colombia por la adopción homoparental

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Tras varias semanas de debate, la Corte Constitucional de Colombia rechazó el derecho a la adopción a parejas homoparentales. Sin embargo, si el menor es hijo biológico de uno de los progenitores, sí podrá ser adoptado. “Las parejas del mismo sexo solo pueden adoptar cuando la solicitud recaiga en el hijo biológico de su compañero o compañera permanente”, publicó la Corte en su cuenta oficial de Twitter.

En materia de derechos LGBTTTI en Colombia, ha tenido proceso lento y tedioso para las organizaciones de este sector. Los grupos opositores han sido agresivos políticamente con la discusión, haciendo pronunciamientos prejuiciosos acerca de la influencia de la orientación sexual de los adoptantes sobre los menores. La incidencia política e ideológica que tienen los grupos conservadores como la iglesia, retrasan el avance y cambios necesarios en estas políticas públicas.

La Corte Constitucional de Colombia inició el pasado 28 de enero un debate a propósito de la adopción de parejas del mismo sexo. Sin embargo, no había podido llegar a un acuerdo el pasado miércoles. La decisión quedó en manos de José Roberto Herrera, expresidente de la Corte, quien actuó como conjuez para deshacer el empate. Herrera es de corte conservador y católico.

El Ministerio de Salud de Colombia, respalda en un concepto jurídico la adopción homoparental. En un documento, el director jurídico de esta entidad, Luis Gabriel Fernández, sostiene que “no existe ningún riesgo para la salud y el bienestar de los menores de edad derivada de la adopción por parte de parejas del mismo sexo (…) Por el contrario, la orientación sexual de los padres es, en general, indiferente para el desarrollo cognitivo y social de los menores. Adicionalmente, en muchos casos, como en la adopción de menores de alto riesgo, puede contribuir a su bienestar”.

Asimismo, argumenta que “El único factor diferenciador en el bienestar de menores adoptados o criados por parejas del mismo sexo está en el estrés y las dificultades que pueden causar las restricciones legales y el estigma”. Es decir, el problema para los menores adoptados es la homofobia de la sociedad, la no aceptación a la diversidad, no la orientación sexual de los padres adoptivos.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Defensoría del Pueblo avalan la opción de que parejas del mismo sexo puedan adoptar. En tanto la Universidad Nacional de Colombia, la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad del Valle y la Universidad de los Andes, en 2012 emitieron informes a favor.

Por el contrario, a este derecho se oponen la Conferencia Episcopal de Colombia, la Universidad de La Sabana que pertenece al Opus Dei, así como diversas organizaciones conservadoras, como la Fundación Marido y Mujer.

Una pareja de lesbianas de Medellín, Ana Leiderman y Verónica Botero, casadas desde 2005, año en que contrajeron matrimonio en Alemania, fueron la primera pareja homosexual que la Corte avaló desde agosto pasado. Leiderman se inseminó artificialmente y desde el nacimiento de su hija es su tutora legal, por lo cual Botero desde 2009 había luchado por la adopción de la hija biológica de su pareja, hasta agosto que la Corte falló a favor de la adopción.

Otro polémico caso fue el del periodista estadounidense Chandler Blurr, quien en 2011, su trámite de custodia por sus ahora dos hijos colombianos, le fue obstaculizado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar bajo el argumento que los niños podían correr algún riesgo por la orientación sexual de Blurr. No obstante, la Corte Constitucional se pronunció a favor de los derechos del periodista. En ese entonces, la Corte decía que “no pueden basarse en apariencias, preconceptos o prejuicios” en cuanto a los derechos de los menores.