Evo Morales está en México, y en Bolivia Jeanine Añez se proclama presidenta

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Expansión

Bolivia vive un vacío de poder. Más de 48 horas después de la dimisión de Evo Morales, apenas se comienzan a perfilar los pasos que deben dar los liderazgos del país andino para tener un nuevo presidente.

Evo Morales llegó a México la mañana de este martes y fue recibido por el canciller Marcelo Ebrard.

Morales debía terminar su tercer periodo de gobierno el 22 de enero de 2020, sin embargo, la presión de la oposición y de las fuerzas armadas lo obligaron a dimitir. El ex gobernante acusa un golpe de Estado en su contra. Esto es reconocido por el gobierno de México, que le otorgó el asilo político.

Mientras tanto, en Bolvia, la senadora Jeanine Añez se proclamó este martes presidenta interina de Bolivia en una sesión legislativa que no contaba con quórum de reglamento en ninguna de sus cámaras, alegando “la necesidad de crear un clima de paz social” en el país.

Añez, segunda vicepresidenta del Senado, se había autoproclamado momentos antes presidenta de la cámara alta, ante la ausencia de la titular del órgano y del primer vicepresidente, supuestamente asilados en la embajada de México en Bolivia. “Queremos convocar a elecciones lo más pronto”, dijo en un discurso.

El partido de Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS) cuenta aún con hegemonía en ambas cámaras. Previamente los jefes de bancada de ambas cuerpos legislativos habían pedido garantías para poder asistir a la sesión congresal, donde debía leerse la renuncia de Morales al mando de la nación, como manda el precepto constitucional.

Añez, de tendencia derechista, se trasladó luego a la casa de gobierno donde con una Biblia en la mano se dirigió a sus adherentes: “Es un compromiso que hemos hecho ante el país y, por supuesto, lo vamos a cumplir”.

El Tribunal Constitucional avala nombramiento de Añez como presidenta interina.

Desde México, Morales consideró que la “autoproclamación” de la senadora Jeanine Añez como nueva presidenta interina del país sudamericano constituye la consumación del “golpe” en su contra.

Evo Morales acuso que renunció “obligado” a la presidencia de Bolivia, por lo que dijo que se trataba de un golpe de Estado, versión que apoya el gobierno de México, por lo que le concedió asilo político.

Sin embargo, la internacionalista Norma Soto Castañeda, precisa que aún no se puede hablar de un golpe de Estado en este caso.

“Si las fuerzas armadas se hacen cargo del país, entonces sí hablaremos de un golpe de Estado; pero si van a elecciones en estos primeros 90 días para formar un nuevo gobierno, entonces hay un respeto al orden constitucional para elegir a un nuevo presidente”, señaló la académica de la Universidad La Salle en entrevista para Expansión.

El politólogo estadounidense John Polga-Hecimovich explicó a la agencia AP que la falta de uso de la fuerza por parte del ejército hace que el golpe de Estado sea una “cuestión semántica”.

“El ejército no utilizó la violencia. Emitió una declaración verbal y no dio ultimátum al presidente. Creo que ese es el meollos del asunto, ya sea que uno lo quiera percibir como una amenaza o no. Si se ve como amenaza es un golpe de Estado. Si no se ve como amenaza, entonces no lo es”, indicó el académico de la Academia Naval de Estados Unidos.

La especialista lasallista señaló que las fuerzas armadas de Bolivia retiraron su apoyo a Evo Morales después de las acusaciones de irregularidades en las elecciones del 20 de octubre.

“Perdió el apoyo de las fuerzas armadas después de todo lo que estaba pasando por la elección.También perdió el apoyo del sector obrero, que lo apoyaba muchísimo, entonces por eso alguno hablan de un golpe de Estado, incluso el mismo Morales lo afirmó”, dio Soto Castañeda.

Las Fuerzas Armadas y la Policía jugaron un papel clave en la renuncia de Morales, quien llegó al poder en 2006, al pedirle el domingo que diera un paso al costado para conseguir la pacificación de Bolivia al cabo de tres semanas de protestas, que dejaron tres muertos y unos 400 heridos.

El jefe de la policía de La Paz pidió la tarde del lunes a las Fuerzas Armadas que intervengan para frenar la violencia generada en la ciudad por simpatizantes de Morales, pues su capacidad operativa fue superada.

De las protestas en Bolivia al cariño de Ebrard: Evo Morales en imágenes
“Al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (le pido) que intervenga: mi general Williams Kaliman, le solicito que intervenga, porque ya la policía boliviana ha sido rebasada”, afirmó el jefe de la policía de La Paz, coronel José Barrenechea.

Este lunes, Jeanine Añez, quien se perfila como la presidenta interina de Bolivia, anunció que convocará a elecciones lo más pronto posible, con lo que el congreso intentará llenar el vacío provocado por la salida anticipada del primer gobernante indígena.

Añez, una legisladora de oposición, puede ocupar la presidencia interina de Bolivia después de la renuncia del vicepresidente, el presidente del Senado y el presidente de la Cámara de Diputados, quienes eran los primeros contemplados por la Constitución para quedarse al mando del país tras la dimisión del presidente.

“Vamos a llamar a elecciones con personalidades probar, que ellos sean los que lleven un proceso electoral que refleje lo que quieren y el sentimiento de todos los bolivianos”, dijo a la prensa Jeanine Añez.

“Tenemos ya un calendario. Creo que la población grita por que el 22 de enero tengamos ya un presidente electo”, añadió, evocando la fecha prevista, antes de la crisis, para la toma de funciones del próximo presidente de Bolivia.


En las elecciones, podrán presentarse los mismo candidatos de los comicios de 20 de octubre, incluido el mismo Morales, o candidatos nuevos, puntualizó Soto Castañeda.

La secretaría general de la OEA rechazó el lunes “cualquier salida inconstitucional” y reclamó al Poder Legislativo reunirse “en forma urgente” de cara a la organización de nuevos comicios tras los realizados el 20 de octubre, impugnados por la oposición y por el organismo regional.

El Senado de 36 curules, donde los seguidores de Morales son aún mayoría con 25 bancas, debe sesionar el martes para ratificar las renuncias y nombrar al presidente interino de Bolivia.

“Si los parlamentarios del MAS (el movimiento de Morales) no allanan la salida institucional el vacío de gobierno puede generar más situaciones de violencia vandálica, revanchismo y una situación en extremo peligrosa”, aseguró el diplomático Pablo Solón en un artículo publicado este lunes.

En Bolivia, en ausencia del presidente la Constitución establece que la sucesión recae primero en el vicepresidente, luego en el titular del Senado y después en el jefe de la Cámara de Diputados, pero todos ellos renunciaron con Morales.

Además de los funcionarios recibidos por México, el exministro de gobierno de Bolivia Carlos Romero, la ex ministra de Planificación Mariana Prado y un tercer exfuncionario de menor rango se encuentran bajo protección de Argentina, en su embajada en La Paz, aseguraron a la AFP fuentes diplomáticas argentinas.

Morales, forjado políticamente como sindicalista cocalero, dejó el poder defendiendo un legado que, según él, trajo progreso económico y social a una de las tres naciones más pobres de América Latina.

“Estamos dejando a Bolivia con muchas conquistas sociales”, dijo en su mensaje de renuncia.

Tras la renuncia de Morales, la policía detuvo a la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Choque, y a otros responsables de ese órgano por orden de la Fiscalía, que investiga irregularidades cometidas en las elecciones.