Comparsas de muertos, gozo de vivos

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.

“Con cerveza la muerte se vive mejor” se puede leer en un letrero publicitario propulsado por internet que hace referencia a que en estos días de los fieles difuntos hay que andar hasta el queque.

Alejandrina Villegas lo mira y aseguraeste primero de noviembre, que no es buena idea esa de andar hasta las trancas en una comparsa en algunas de las muchas poblaciones que integran la Villa de Etla. Recuerda cuando una de sus amigas acabo en una cárcel municipal solo porque quiso bailar en una comparsa de muertos que las costumbres del pueblo dictaban que solo era para hombres.

“No hizo caso, dijo que eso era machismo y zas, que se la llevan. La tuvimos que ir a sacar de una cárcel municipal “.

La chica no recuerda donde fue exactamente en qué municipio sucedió aquel hecho, cuenta que a sus 32 años ha ido a muchas comparsas de losvarios municipios de Etla. Considera que la comparsa de Nazareno, Etla en done el ambiente se vuelve más volátil.

“Ahí he visto broncas durísimas, donde la gente disfrazada termina sacando hasta la hebilla de su cinturón con tal de salirse con la suya”.

Villegas ahora tiene un novio italiano al que le cuenta pelo, señal y detalle de las comparsas para las que se están alistando a ir. Le dice que la de San Agustín Etla es la “más comercial “donde más extranjeros llegan y en donde menos hay que preocuparse de que a la gente del pueblos no le cagas en gracia.

La chica dice que en otros lugares de comparsas como la de Santiaguito la gente es más proteccionista con su comparsa a la que consideran como parte de su identidad ya para la que se preparan durante un año en la confección y el mandado a hacer de disfraces vistosos y costosos que les den presencia entre los de su pueblo.

Le cuenta a su novio italiano que la parte de la comparsa que más le gusta es la guerra de bandas, con comparsas que van de allá para acá con sus respectivos conjuntos musicales solo para encintarse cada cuanto en distintos lugares y esquinas del pueblo retándose con trombones, trompetas y bombos en la que alguna tendrá que dar media vuelta y casi casi salir huyendo dl desafío.

El novio italiano le pregunta a su novia mexicana si la expedición no suena peligrosa, la mexicana le contesta que lo único peligros para el serpa si se pone demasiado amable con las “güeras extranjeras pintadas con las caras de catrinas” que pululan en estos reventones de toda la noche.

Entre las recomendaciones de salida que se da a sí misma para ir a disfrutar de las comparsas de muertos y sus disfraces y música interminable será de no dejar a la vista el estéreo de su auto una vez que estacione su Tsuru en la tradicional fila de estacionamiento en la que se convierte el camino a San Agustín, Etla cada temporada de muertos.

“Hace tres años ahí me abrieron el auto y no se pudieron llevar nada, ni el estéreo. Pero eso sí, me arruinaron la cerradura de la puerta y no sé qué más, total todo el chistesito me acabósaliendo en siete mil pesos”.

“Tuve una ganas de no regresar nunca más a las comparsas que la verdad no duro demasiado. Al año siguiente ahí estaba yo en la comparsa de Reyes Etlaviendo como a un pobre lobo borrachísimo se lo tuvieron que llevar a su casa cargando borrachísimo”.

El lobo del que habla la mujer no era una animal, sino un hombre joven disfrazado con un disfraz de lobo de una sola pieza que resultaba igualito al que Manuel el Loco Valdez usara en las películas mexicanas sesenteras de matineetelevisiva que hace algunos años se transmitieran regularmente sobre el personaje de caperucita roja.

“Fue chistosísimo, hasta le dije, ¿ quépasó mi Loco Valdez, se le pasaron las cucharadas?”

Alejandrina cuenta que la reacción del alcoholizado lobo feroz fue la de soltarse de sus cargadores, azotar en el suelo y dirigirse a ella con gritos e improperios de los que sinceramente confiesa que no entendió una palabra.

“Afortunadamente lo volvieron a agarrar sus amigos y se lo llevaron. Yo también me excedí al hablarle así a alguien que nunca antes había visto en mi vida”.

La mujer dice que la razón para tal actitud fue la botella de mezcal que ella y su dos amigas se refinaron aquella vez en tan solo dos sentadas. Lejos de preocuparse por la situación su novio italiano le dice a Alejandrina que antes de llegar a Etla deben pasar por sus buenas botellas de mezcal.