Pobreza extrema, negación de humanidad

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.

Oaxaca de Juárez. “La pobreza extrema constituye una violación generalizada de todos los derechos humanos, tanto civiles y políticos como sociales, económicos y culturales”.

En el marco del Día Internacional para erradicar la pobreza, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reiteró su llamado a los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a realizar todos los esfuerzos a su alcance para poner fin a este flagelo.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos señaló en su preámbulo que “sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos”.

La CIDH recordó que los requerimientos del derecho humano a una vida digna trascienden los contenidos igualmente fundamentales del derecho a no ser ejecutado arbitrariamente, del derecho a la integridad personal, del derecho a la libertad personal, de los derechos relacionados con el sistema de democracia representativa y de los demás derechos civiles y políticos. Asimismo, la experiencia demuestra que la pobreza extrema puede afectar seriamente la institucionalidad democrática, pues constituye una desnaturalización de la democracia y hace ilusoria la participación ciudadana, el acceso a la justicia y el disfrute efectivo, en general, de los derechos humanos. Por ello, además de destinar recursos públicos por un monto suficiente para los derechos sociales y económicos de las poblaciones, los Estados deben velar por el uso apropiado de tales recursos.

En efecto, una de las situaciones generales de derechos humanos más preocupantes en el hemisferio es la relacionada con la pobreza y la pobreza extrema que afecta a un número cada vez mayor de personas. Lo extenso y complejo del problema, así como la necesidad de buscar soluciones, ha sido reconocido por varios Estados y por la sociedad civil, e igualmente por instituciones y organizaciones internacionales, tales como las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros.

Es de resaltar que la Asamblea General de la ONU adoptó en septiembre de 2015 la “Agenda 2030” con la inclusión de 17 objetivos de desarrollo sostenible,  que regirá los programas mundiales de desarrollo durante los próximos 15 años.

La referida agenda tiene por finalidad prioritaria poner fin a la pobreza en el mundo para 2030, así como erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria; garantizar una vida sana y una educación de calidad; lograr la igualdad de género; asegurar el acceso al agua y a la energía; promover el crecimiento económico sostenido; adoptar medidas urgentes contra el cambio climático; promover la paz y facilitar el acceso a la justicia, entre otros.

La CIDH informó que  es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia.

La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan a sus países de origen o residencia.