Discriminación estructural hacia las mujeres, origen de violencia de género 

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.  

Oaxaca de Juárez. En el Día Internacional de la Niña, celebrado el pasado once de octubre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recordó que existen múltiples problemáticas en Latinoamérica que dificultan a diario el ejercicio pleno de los derechos para las niñas y las adolescentes.

“La magnitud y las consecuencias de estas problemáticas en muchos casos siguen siendo poco analizadas y conocidas, insuficientemente atendidas, e incluso aceptadas como normales por la sociedad. La CIDH hace un llamado a los países de la región a que presten mayor atención a los diversos retos que enfrentan las niñas y las adolescentes”.

Informó la CIDH, y para ello exhortó a los Estados a que fortalezcan la perspectiva de género en el funcionamiento de los Sistemas Nacionales de Protección de la Niñez y a que consulten directamente y de forma periódica a las niñas y a las adolescentes sobre su realidad y sus propuestas para mejorar sus circunstancias, empoderándolas y haciéndolas partícipes del diseño de políticas públicas para garantizar sus derechos.

Dijo que en el contexto en el cual crecen las niñas y las adolescentes en nuestra región está profundamente marcado por la violencia y la discriminación contra ellas. Un alarmante número de niñas y adolescentes son víctimas de abusos, acoso, violencia física, psicológica y sexual, explotación y negligencia, en muchos casos por parte de personas cercanas a ellas como familiares, vecinos, conocidos, profesores y compañeros.

“La violencia contra ellas y las dificultades en el ejercicio de sus derechos están íntimamente vinculadas con las condiciones de discriminación estructural hacia las mujeres y por los estereotipos de género presentes en todos los países del hemisferio”.

“La violencia sexual es una de las formas de violencia más graves debido a que atenta contra la dignidad de las niñas y las adolescentes e impacta de forma severa en su vida, integridad física, psicológica y en su desarrollo personal. Esta forma de violencia tiene efectos en la salud reproductiva y frecuentemente resulta en embarazos no deseados y de alto riesgo, en abortos ilegales e inseguros e incrementa el riesgo de enfermedades de transmisión sexual”.

Declaró la CIDH, considerando que los niveles de prevalencia de la violencia sexual en la región son abrumadores, con países con algunas de las cifras más elevadas a nivel mundial, siendo las principales víctimas las niñas y las adolescentes, quienes representan un promedio de entre el 70% y el 80% de todos los casos de violencia sexual que son denunciados.

Especificó que estas cifras sin embargo no reflejan la magnitud de la problemática dado que existe un importante subregistro de los casos de violencia sexual contra las niñas y las adolescentes debido a la falta de denuncia a causa del estigma asociado con esta forma de violencia, por desconocimiento, por temores o engaños, por ser usualmente el agresor un familiar o una persona cercana o con una relación de superioridad con la víctima, o debido a presiones de los familiares.

Existiendo además barreras estructurales para el acceso a la justicia para las niñas debido, entre otros motivos, a la carencia de servicios de asesoría legal gratuita para el tratamiento de sus casos, por el hecho que en algunos países se establecen limitaciones a quien puede interponer la denuncia, y por los plazos de prescripción de este tipo de delitos.

“Para la CIDH es motivo de profunda preocupación el reducido número de casos que son efectivamente investigados, enjuiciados y sentenciados, lo cual contribuye a que la violencia contra las niñas siga proliferando. Algunas legislaciones no han regulado correctamente algunos de los tipos penales, como por ejemplo el delito de trata con fines de explotación sexual, ni los protocolos de investigación de dichos delitos”.