Torneo para pasarla bien

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Rodrigo Islas Brito/Rioaxaca.

Oaxaca de Juárez. En medio de algarabía, porras y mucha buena vibra se llevaron a cabo los juegos finales del Torneo de Consolación en la Súper cancha Xoxo. La gente asistente aguantó a pie firme una lluvia que en algún momento se volvió torrencial, pero que no pudo desterrar las ganas de gritar gol y unirse todos a una fiesta de alegría, vivencias y cohesión social.

Las tres diferentes ramas de la competición se dividieron en el propio Torneo de Consolación de futbol rápido, con un primer lugar para el equipo Pumas y un segundo lugar para el equipo FC Indeco. Entre los dos protagonizaron una cerrada competencia en la que los errores del equipo perdedor terminaron pesando más que sus aciertos.

El segundo partido de campeonato fue en lo respectivo a la Categoría de Ascenso con  Miniatos haciéndose de un triunfo al son de 6 goles contra las cinco anotaciones conseguidas por su rival Deportivo Kali, en un cotejo en el que la gran cantidad de goles describen en gran parte la pasión y el empuje con los que sus protagonistas enfrentaron el compromiso. Donde ninguno se guardó nada y al final el verdadero ganón fue el público asistente.

La tercera línea de ataque del citado torneo fue el partido entre los equipos de La Banda y Los Potros, en la que en el segundo mostró desde un  inició una clara superioridad de recursos que redundo en un marcador de tres goles de diferencia.

Al final la diferencia entre ganar y perder no significó gran cosa, dado que estos seis equipos  fueron los más competitivos y los que por merecimientos conseguidos en la cancha y la portería contraria lograron llegar a las finales

En el graderío de la Súper Cancha Xoxo, las familias, los amigos, los grupillos presentes, apoyaban y los bautizaban con sobrenombres de futbolistas famosos a jugadores sobre la cancha que puede que no fueran Cristiano Ronaldo, pero que al final dejarían en la cancha hasta el último de sus esfuerzos.

El público dejó también sobre la cancha sus gritos de apoyo, de reprobación, de llamar la atención del árbitro, y de sus enormes ganas de divertirse, disfrutar y no guardarse nada. Al final el futbol, como debe de ser, solo fue el pretexto para que todas y todos la pasaran bien.