Tres jóvenes médicos y su apostolado comunitario

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca. 

Oaxaca de Juárez, Oax.-Hace unas semanas se entregó el Premio de Ciencias Médicas Doctor Ramón Jiménez Caballero. Sus tres protagonistas, Luis Alberto Ruiz Ríos, ganador, Cynthia Nayeli Santiago Olivera, segundo lugar y Edgar Rafael Carazo Varga, el mejor promedio de su generación, platicaron en entrevista sobre los desafíos inmediatos y su  futuro  que visualizan para su profesión de apostolado de la salud.

Alumnos de quinto año de la carrera de medicina de la Universidad  Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Ruiz, Santiago y Carazo se destacaron entre quince jóvenes galenos nominados, donde tuvieron que cumplir con un destacado resultado académico y una actividad comunitaria que ayudará a traer salud a personas que de otra manera no lo tendrían.

Ruiz Ríos cuenta que trabajó en Tehuantepec, en barrios y comunidades, en actividades coordinadas con materias de educación para la salud, medicina preventiva  y saneamiento ambiental.

Buscando información y apoyo de las autoridades municipales, en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

“En la colonia San Pablo con las señoras del programa Prospera. Donde se tomaron muestras de perímetro abdominal, peso, talla, presión arterial”.

“Brindando información sobre cuidados, ejercicio y hábitos alimenticios. Teníamos que viajar y buscar un tiempo los fines de semana para hacer las actividades”.

Por su parte Santiago Olivera comenta que ha realizado actividades en su natal Santiago Matatlán, Tlacolula, Oaxaca.

“No todas ni todos en mi comunidad estudian para acceder a estudios de nivel superior, por lo que jóvenes mayores de 18 años están obligados a dar su servicio  para pertenecer a la comunidad”.

Cynthia cuenta que pintaba murales en su comunidad en torno a las fechas de actividades para el cuidado a la salud, como la semana nacional de vacunación, la antirrábica y la campaña de desparasitación en las escuelas.

Carazo Vargas por su parte cita el trabajo que realizó con su padre, también médico, en la conurbada a Oaxaca, San Agustín de las Juntas, con consultas y medicinas gratis para gente de escasos recursos que acuden por diabetes e hipertensión y cáncer cervicouterino.

Los otros dos jóvenes médicos, Luis y Cynthia están de acuerdo en que estas son las enfermedades que más se encuentran en comunidades de escasos recursos. Aunque la joven medica señala una peculiaridad en Santiago Matatlán.

“Las enfermedades crónico degenerativas no se encuentran tanto en mayor número en mi comunidad, lo que ahí abunda  son enfermedades del sistema óseo muscular, como crisis reumatoide u osteoartritis”.

“Incluso hay una gran incidencia de casos de cáncer de estómago, cervicouterino y de pulmón. Esto sucede por la destilación del mezcal que se hace de manera artesanal que expone a los adultos varones jóvenes al consumo de bióxido de carbono. Con la leña ardiendo durante horas dentro de un espacio muy cerrado”.

Ruiz Ríos considera que su principal desafío en su trabajo comunitario fue el convencer a la comunidad a que asistiera.

“Se les hace raro, preguntan ¿quiénes son?, ¿qué quieren? A veces desconfía la gente y no asiste”.

Santiago Olivera también encontró este tipo problemas en su natal Matatlán.

“Algunas personas creen que se trata de asuntos políticos, tienen desconfianza para asistir a esas pláticas. La ventaja es que es mi comunidad y todos me conocen”.

“La desventaja es que muchos no hablan español  y yo no hablo zapoteco, por lo que tuve que pedirle a amigas que si lo hablan que tradujeran”.

Carazo afirma no haber tenido mayor problema en la población en la que encaminó sus esfuerzos médicos. Recuerda que los pobladores de San Agustín preferían en un principio las consultas de doctor Simil de veinte pesos.

Pero después fueron agarrando confianza con  nosotros y empezaron a volver, pero con más gente. Iban a misa los domingos y después pasaban al consultorio instalado en el centro de San Agustín.

La doctora Melissa Smith, miembro del consejo consultivo del citad premio recuerda que  el fallecido Doctor Ramón Jiménez Caballero, venía también de una familia de  escasos recursos.

“Tuvo una carrera muy importante en el campo de la investigación y la docencia. Pero tampoco descartaba las formas para ser servidor de  la comunidad y ayudar a la gente más necesitada”.

“Esta profesión no es solo para tener el título de doctora o doctor y practicar la medicina, sino que también para tener siempre en cuenta la importancia de trabajar para la comunidad”.

Al respecto el ganador del premio, Ruiz Ríos afirma que lo que necesita la comunidad es un médico que brinde orientación.

“Es mejor tener las bases para prevenir las enfermedades que en realidad son prevenibles. Los pacientes llegan muy mal. Y tú dices porque llegan así si lo que tienen es una enfermedad prevenible. ¿Qué está pasando? ¿No hay información? ¿Esta no llega?”.

La medica Santiago Olivera considera que el premio (consistente en una cantidad económica y posibilidades de jornadas itinerantes médicas en otros países) es importante porque permite conocer la parte humanista del médico.

“Un médico tiene que aprender a convivir con la comunidad y ser parte de ella. Que te vean como parte de la comunidad, y no como una autoridad que hace por imponer reglas de salud, y no se detiene a comprender la situación de cada uno de ellos”.

Luis, Cynthia y Edgar están ya hoy en día en su internado de pregrado con duración de un año, al que seguirá un año de internado en una comunidad. Del futuro miran que lo que viene será la constante actualización.

La joven médica declara que en el futuro piensa mezclar la medicina con la ciencia. “Mucho de evitar el sufrimiento de las personas  es la investigación médica. Lo desconocido si logramos conocerlo podría ser benéfico para todos”.

Carazo por su parte van un poquito más allá, al lado de Cynthia anuncia su propósito de fundar un hospital pediátrico.

“Queremos crecer pero no solo crecer solos, sino juntos”.

Alentadores  propósitos y visiones en tiempos convulsos en Oaxaca que parecen querer convencernos de que toda está mal y no se va a poner mejor. Los jóvenes médicos Luis, Cynthia y Edgar parecen pensar exactamente todo lo contrario.