Relatos de acoso y violencia sexual, previos a la marcha #VivasNosQueremos

0
218

Por Rodrigo Islas Brito

La movilización nacional #VivasNosQueremos, una denuncia sobre la situación de violencia feminicida en Oaxaca arrancará en marcha multitudinaria este domingo 24 de abril , con una conferencia de prensa a las once de la mañana en la Fuente de las 8 Regiones.

Convocada por Colectivos feministas, organizaciones sociales, ciudadanas ciudadanos de Oaxaca, vale la pena citar y contextualizar antes de que esta marcha se lleve a cabo, la violencia feminicida y el acoso y agresión sexual que muchas mujeres han sufrido y compartido en cruentos relatos a través de sus estados en Facebook y Twiter, mujeres de las cuales se guardara su identidad por razones de un respeto a la privacidad.

“Ahora que repaso los abusos cotidianos a los que estamos sometidas las mujeres, veo que lo que más me emputa, es la mezquindad del tipo de hombres que abusan: si los confrontas te dicen frígida o loca y huyen, pero si te ven asustada te vuelves suya”.

Comenta Alicia, profesionista de 29 años, a lo que Dulce, de 33 años y con un trabajo en el sector público hace un relato de sus experiencias con el acoso sexual masculino.

“No sé si hablar de los muchísimos exhibicionistas que vi en mi adolescencia. O de mi tío javier que me puso la mano en el coño no más porque pudo. O del horror de sentir una mano “discreta” sobre una teta, por un ladito del asiento del camión. O del tipo restregándose en mi hombro. O de mi vecino que se masturba en la ventana. O de la vez que me salvé de ser violada porque me puse como poseída y me le dejé ir al agresor a patadas antes de que me viera asustada”.

“O del lava carros que me quería dar dinero por enseñarle los calzones. O del vecino que me invitó a pasar en lo que llegaba su hija y a la primera ya me estaba tocando con cuidadito para que no saliera corriendo, aunque lo hice. O de los millones de veces que me halagan los caballeros con elevadas frases tipo: te arranco los pezones a mordidas. Creerán que exagero, pero todas son verdaderas y son muchísimas, no me extiendo más, pero no son todas. Pero claro, las mujeres exageramos. Es una moda quejarnos”.

Lilia, de 31 años, precisa en su perfil:

“Lo peor es que hay pendejos que creen que te están haciendo un favor. Yo recuerdo algunos imbéciles que aparentaban ser educados/cultos/progresistas. Lo único que les importaba era acostarse con el mayor número posible de –viejas-. Luego se aprende que cosificar a las mujeres así también es una forma velada y muy perversa de violencia. Nos volvemos impersonales. Por eso es que los abusadores pueden dormir por las noches. En diferentes grados se han deshumanizado”.

Carla, de 34 comenta que en los últimos días ha leído a varias mujeres/amigas/compañeras que han decidido contar sus experiencias de acoso sexual callejero con la finalidad de visibilizar, denunciar y mostrar cómo todas en algún momento lo hemos vivido.

“Me sumo a la iniciativa aunque no es estimulante recordar episodios tan desagradables. Recuerdo una excursión de la secundaria en las que todas las niñas del camión escolar nos conmocionamos durante un embotellamiento porque el automóvil vecino estaba conducido por un tarado con los pantalones abajo, una mano en el volante y la otra en el pene. No se me olvida el terror que sentí a mis 17 años cuando un imbécil se sentó a mi lado en el pesero, se sacó el pene y comenzó a masturbarse. Éramos los únicos pasajeros además del conductor”.

“Tampoco olvido un hermoso día soleado que fue arruinado por un tipo nefasto en bicicleta que al pasar me dio una nalgada por debajo del vestido y huyó rápidamente”.

“Me faltan dedos para contar las múltiples ocasiones en las que viajando en metro he puesto mis codos hacia atrás a los tipos que se quieren arrimar o he afrontado con la mirada a los que fijan su mirada en mi pecho”.

“O las muchas veces que he tenido que voltear la cabeza para enfrentar a un grupo de orangutanes que te miran por detrás. Ni que decir de los chiflidos, las obscenidades sobre mi cuerpo y otras formas primates de expresión que una escucha por el simple hecho de transitar, caminar, existir”.

“¡El acoso sexual en la calle y en el espacio público está normalizado, pero no es normal. No es un halago. Y es violencia de género!”.

Finalmente cabe señalar que existe otra marcha convocada en Oaxaca para denunciar la situación de la violencia feminicida, emplazada para las cinco de la tarde de este mismo domingo, y que se presume ha sido convocada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con fines a todas luces electoreros.