Veracruz, el peor en ejercicio del gasto federal en 2014

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Por El  Eeconomista

Veracruz es la entidad federativa que presenta un mayor monto de recursos federales bajo observación por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en el periodo de 2011 a 2014, al sumar 35,421 millones de pesos, un 16% del total que se encuentra bajo observación en el país, que fue de 221,182 millones.

Asimismo, el estado es el único que reprobó en el Índice de Desempeño de Gasto Federalizado, al ocupar la última posición con una calificación de 52.6 de 100 puntos posibles, donde el promedio nacional es de 76.2 puntos, y el ranking es liderado por Durango, que obtuvo una calificación de 86.5.

Según lo establecido en la Cuenta Pública 2014, a Veracruz se le hicieron observaciones por 14,047 millones de pesos del gasto federalizado de ese año, aunado a que aún tiene pendientes por resolver 13,456 millones de pesos del periodo 2011-2013, y 3,148 millones correspondientes a procedimientos resarcitorios.

Sólo por denuncias penales relacionadas con simulación de reintegros, Veracruz acumula 4,770 millones de pesos.

A partir de la publicación de la Cuenta Pública 2014, por ley, las administraciones estatales cuentan con un periodo de 120 días para solventar las irregularidades detectadas por la ASF.

A la entidad veracruzana le siguen Michoacán, con 28,477 millones bajo observación de 2011 a 2014; Jalisco, con 21,938 millones sin resolver; Estado de México con 17,381 millones; y Guerrero con 12,099 millones bajo escrutinio.

Salud y educación, epicentro de subejercicios

Cabe destacar que “los recursos no ejercidos son observados por la ASF y se les considera un monto por aclarar; para su solventación se requiere a los entes fiscalizados que acrediten su aplicación en los fines previstos”.

Los fondos y programas que tuvieron un mayor subejercicio en la Cuenta Pública 2014, en términos relativos, respecto del monto asignado a los entes fiscalizados, fueron el Programa de Apoyo para Fortalecer la Calidad en los Servicios de Salud con 78.9% de recursos no ejercidos al 31 de diciembre; el Programa de Expansión en la Oferta Educativa en Educación Media Superior y Superior, con 75.3%; el Fondo para Elevar la Calidad de la Educación Superior, con 73.3%; el Fondo de Cultura con el 56%; el Programa Escuelas de Tiempo Completo, con 49.6%; el FASP, con 48.6%, y el FISE con 43.4 por ciento.

Malas prácticas

La ASF destaca en el informe que una irregularidad recurrente en diversas entidades federativas y municipios, es “la indebida transferencia de recursos de las cuentas de los fondos y programas a cuentas bancarias distintas a éstos, para financiar requerimientos propios de los gobiernos locales”.

Igualmente, algunos estados utilizan una cuenta concentradora para la gestión de los recursos federales transferidos en los diferentes fondos y programas, “sin que existan los elementos necesarios para garantizar la transparencia en su manejo, lo que propicia descontrol y su desvío hacia otros fines, generando un alto grado de irregularidades”.

Y refiere que en la Cuenta Pública 2014, las irregularidades referentes a recursos transferidos a otras cuentas y recursos no entregados a los ejecutores o ministrados con retraso, ascendieron a 9,734.1 millones que significaron 12.6% del monto total observado.

Otra de las malas prácticas, refiere el organismo, es cuando los estados, para solventar gastos y contar con liquidez, retienen a trabajadores cuotas e impuestos como ISR, así como las aportaciones al ISSSTE y al FOVISSSTE, los cuales no son transferidos a dichas instituciones y se usan para otros propósitos. Esta irregularidad ascendió en 2014 a 5,854.6 millones.

Finanzas débiles propician abusos

Ante ello, el organo que vigila el ejercicio de recursos, alerta que las debilidades en las finanzas de las entidades y municipios propicia la utilización de recursos federales para fines distintos a los aprobados, esto debido a la “elevada dependencia de los ingresos de las entidades federativas y municipios respecto de participaciones federales y transferencias condicionadas, además de la debilidad de sus fuentes de ingreso propias.