Arsenal: Oaxaca, el triunfo de un cacique

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Por Exceslior (Francisco Garfias)

El “destape” de Alejandro Murat como candidato del PRI a la gubernatura de Oaxaca, refleja la incapacidad de este partido para acabar con los cacicazgos en la rezagada entidad. No hay duda de que su cercanía con el presidente Peña pudo más.

Otra lectura es que el exgobernador José Murat, padre del flamante candidato, le ganó la partida a Ulises Ruiz, su sucesor en Palacio de Gobierno, cuyo delfín era el senador Eviel Pérez Magaña.

Eviel era el aspirante mejor posicionado en las preferencias electorales, de acuerdo con encuestadoras como Mitofsky, de Roy Campos, y Parametría, de Paco Abundis. Pero sus negativos eran mayores.

El senador, quien iba por su segunda campaña, arrastra consigo la cercanía con Ulises, quien no es bien visto ni en Los Pinos ni en el equipo de Beltrones. Ruiz fue gobernador en 2006, año de rebelión, violencia política y muerte en el estado.

Semanas antes del destape de Alejandro, quien se registra como candidato este martes, uno de los lugartenientes del presidente del PRI ponderaba la oportunidad que los comicios de gobernador representaban para acabar con la influencia en el estado de los “exgobernadores enemigos”.

“Sería un gran triunfo para el PRI”, sintetizaba el Beltronista, consciente de que prolongar los cacicazgos de Ulises y Murat mandaría una señal negativa a la ciudadanía, y no sólo a la de Oaxaca. Ese día esbozó la posibilidad de una “tercera opción” para abanderar al PRI. Aspirantes no faltaban: el exdiputado federal Samuel Gurrión; el exdirigente del CCE, Gerardo Gutiérrez Candiani, y la legisladora federal Mariana Benítez.

La disciplina se impuso y los perdedores, incluido Eviel, cerraron filas en torno a Alejandro, quien deberá dar muestras de independencia frente a su recién matrimoniado padre.

Un día después de su destape Alejandro asistió al cumpleaños de Daniel Gurrión, exalcalde de Juchitán. “Yo lo llevé. Hicimos buenos acuerdos” nos dijo Samy, hermano del cumpleañero.

El joven Murat no es aún gobernador. Tendrá que enfrentar en las urnas al abanderado de la coalición PAN-PRD, aún por definirse entre Estefan Garfias y Benjamín Robles, y el de Morena, Salomón Jara.

Veremos, también, si el gobernador Gabino Cué tiene la fuerza necesaria para dejar como candidato al mencionado Estefan Garfias, o si acaba por imponerse la persistencia de Robles.

¿En Veracruz se prepara una narcoelección?, es la pregunta que se hizo ayer el coordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, Marko Cortés, luego de que legisladores de su partido hicieran un llamado a Manlio Fabio para que informe de los vínculos entre operadores políticos de su partido y el crimen organizado.
El diputado del azul derivó su pregunta de la detención de Francisco Navarrete, coordinador de la campaña del diputado priista veracruzano Tarek Abdalá, ligado con el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Fernando Herrera, coordinador de los senadores de este partido fue más lejos y acusó directamente al gobernador Javier Duarte de haber convertido ese estado “en el reino de la impunidad”.

El PAN dice que las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción serán su más alta prioridad en el periodo ordinario de sesiones que arrancó ayer en el Congreso.
Sus propósitos y promesas, sin embargo, carecerán de sustancia mientras no empaten palabra y discurso al interior del partido.

Los azules se jactan de ser el único partido que creó en su interior un órgano anticorrupción, que preside el expresidente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, de intachable trayectoria.

De toda evidencia, Bravo Mena se ha topado con infranqueables intereses para procesar al exgobernador de Sonora, Guillermo Padrés, quien dejó detrás de sí un estado en quiebra, una vergonzosa injusticia en el caso de una empleada doméstica y una presa particular dinamitada en un estado sediento, para evitarse problemas con la justicia.

El tema anticorrupción está en todos los discursos, pero en los hechos es tarea pendiente. Ya son décadas en las que se habla de poner remedio a este costosísimo fenómeno que en muy contadas ocasiones ha terminado con el encarcelamiento de lo que Vicente Fox llamaba “tepocatas, víboras prietas”.

Corrijo. No ha estado en todos los discursos. La lucha anticorrupción no mereció una sola línea en el mensaje que Emilio Gamboa, coordinador del grupo del PRI en el Senado, pronunció el pasado jueves ante integrantes de las bancadas tricolor y verde.

Esa omisión pareció dar razón a lo que el panista Herrera ha dicho públicamente: “Tenemos información que nos indica que el PRI pretende arrastrar los pies en este tema,” subrayó.

Otro asunto importante en el periodo que inicia es el de la inseguridad. El Mando Único es prioridad del tricolor, a juzgar por las declaraciones y discursos del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, del propio Emilio Gamboa y de los gobernadores.

Osorio ha repetido que necesita de la modificación legal para contar con policías estatales que suplan a las policías municipales, que en muchos municipios son brazo del crimen organizado.

La idea es que en lugar de tener mil 800 corporaciones no capacitadas, poco sólidas, sin prestaciones y sin armas existan 32 policías estatales.

Ayer mismo, 15 gobernadores presentaron una iniciativa en este sentido, durante una comida celebrada en la sede de la Cámara alta.