Periodismo no es activismo: Héctor de Mauleón

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“Un periodista no puede ser un activista. Eso es asesinarse como periodista y empezar a engañar a los lectores”.

Con treinta años como cronista y periodista, hoy subdirector de la revista Nexos, columnista del diario El Universal y conductor del programa de televisión El Foco, de Canal 40, Héctor de Mauleón, opina que la verdadera labor de un periodista es hacer las preguntas y las búsquedas, aunque no sean las políticamente correctas.

Mauleón y el reportero del semanario Proceso, Temoris Grecko, protagonizaron hace poco más de un mes un incidente, en la que el último increpo públicamente al primero durante la presentación de un libro sobre los 43 normalista desaparecidos en Iguala, Guerrero hace más de un año, acusándolo de haber redactado un prólogo que defendía la verdad histórica del gobierno federal, que dicta que los 43 jóvenes fueron incinerados en un basurero. 

“A veces se indignan de las preguntas que haces. Me parece tremendo que periodistas estén juzgando a otros periodistas

“Temoris Grecko es un activista Me parece el suyo no fue un acto de periodismo, me parece un acto de un porro y de un activista, yo no lo considero un periodista”.

“Un cruzado de la verdad histórica del exprocurador Jesús Murillo Karam”, es como Grecko calificó a Mauleón posteriormente en su red social.

Mauléón considera que” la verdad histórica es un término legal con una calidad menor. La verdad histórica es aquello que se reconstruyó de unos hechos, es una verdad provisional”

No hay una verdad absoluta, sino muchas hechas de pedacitos. Si no hubieran hecho su trabajo los expertos internacionales del grupo independiente no hubiéramos tenido una parte de la historia que ya tenemos”

Para el cronista hay un México antes y después de Ayotzinapa,  pues revelo tantas cosas de un sistema, que se vuelve muy complicados entender el proceso.

“No podemos ser tan cortos como para decir ya tengo la verdad, ya la se”  Mauleón dice que por lo menos está demostrado ya que la PGR contó mal los camiones tomados por los normalistas.

“En el caso de Iguala nadie sabe bien lo que paso. Yo sí creo que agarraron un camión que tenía algo, que ese camión llevaba heroína y dinero y por eso (los narcos) dieron la orden de que no salieran”.

De regreso a Grecko el entrevistado alega  que es funesto que alguien vaya a un acto público  a llevar a juicio a una persona que se atrevió a opinar algo con lo que no está de acuerdo.

“Quererte meter miedo al llegar a vociferar a un acto, si tengo algo contra alguien se lo digo por escrito. No llego a pedirle cuentas gritandole, ¡usted como se atreve!”

Hoy Mauleón llama al periodismo a ser crítico con todo y no solo con el estado, dice que hoy Ayotzinapa  es también “chisme y manipulación. Intereses políticos que no tienen que ver ni con la verdad, ni con la nobleza, ni con la justicia”

“Yo no quiero hacer un periodismo doctrinario, lo respeto, pero no quiero hacerlo”.

“Voy a cumplir treinta años de periodista y sigo pagando renta. Así que cuando me dicen que cuanto me pagaron, la verdad es que me da risa. La gente cuando escribes algo que no les gusta ya dicen que te vendiste y empiezan a preguntarse cuanto le habrán pagado a este”.

“No he recibido un cinco en treinta años, puedo cometer el error de ser pendejo, pero no corrupto”

Respecto a La Ciudad que nos inventa. el libro que el cronista vino a presentar a la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, Mauleón  el suyo es un homenaje a los cronistas del siglo 16 y 18  de la Ciudad de México.

“Grandes chismosos, por ellos hoy podemos  saber cosas que no sabríamos”

El escritor recuerda a Manuel Payno, autor de Los bandidos del Río Frio, quien una tarde de 1848  no encontraba  tema para su nota del día. “Se metió  a un restaurante y se encuentra con una novedad que no había visto en la Ciudad de México, el bistec. Gracias a eso podemos saber en qué año llegó el bistec a México  y  en donde se vendía

“Gracias  a estos personajes que han amado  a la ciudad y han sentido curiosidad por ella. Hoy podemos tener una recreación de la ciudad de México, década por década”.

El cronista dice que la crónica es una tradición del periodismo mexicano  que lo ha acompañado desde su nacimiento y lo ha ennoblecido.

Cita a Manuel Gutiérrez Nájera, Ángel de Campo, Luis G Urbina y Guillermo Prieto como grandes cronista atemporales de la urbe de hierro. Recuerda que en la primera mitad del siglo veinte la figura relevante de la crónica mexicana fue Salvador Novo, y en segunda mitad, Carlos Monsiváis.

“Caminantes que hacen por arrancarle a la esfinge sus secretos. Fueron los escritores ambulantes los que formaron a la familia de cronistas mexicanos.

“Decía Monsiváis que la tragedia del periodismo mexicano es que la sintaxis huyó en estampida. Antes se escribía muy mal”.

Mauleón considera que la función de la crónica es  la traer una memoria perdida a gente que ya no tiene conexión con su ciudad.

“Ya no es posible la idea de un cronista oficial, se ha vuelto rancia, anacrónica. Le ofrecieron  ese trabajo a Monsiváis  en la Ciudad de México, y él contestó, bueno, acepto, solo que me den peluca, caballos y carroza”.

“La ciudad de México debe ser contada de una manera horizontal y su crónica debe ser colectiva. Lo cual ya se está dando en los blogs y la articulación de las redes sociales. Ya hay muchas voces y miradas que participan coralmente”

“En la Ciudad de México, la crónica ya no la están contando desde el centro. Las periferias hoy tienen sus propias versiones”

Mauleón recuerda la marcha contra la violencia y la inseguridad  que se dio en  México capital y la cual le tocó cubrir.

“Iba mucha gente vestida de blanco. Del Ángel de la independencia hasta el Zócalo. Un señor preguntó entonces que cuando tiraron el  hotel del Prado, el cual se había caído en el terremoto del 85”

“Su ciudad de Méxi
co no era la de los otros. Puedes vivir, morir, reproducirte en un lugar y decir que lo conoces, cuando en realidad no es así.

Mauleón cuenta que su fascinación por la Ciudad de México surgió a raíz de su pertenencia a la generación  de “cuando  levantaron el metro   y comenzó a salir la enterrada Tenochtitlán”.

“Crecí con la idea de que donde hacías una pregunta en la ciudad, había una respuesta”.

“La crónica es una género proteico, que tomas cosas de otros lados y los modifica. Las mejores herramientas de la literatura pueden arar los campos del periodismo.

“La crónica puede tener un pedazo de cuento, un pedazo de ensayo, un fragmento lirico cercano a la poesía, es el género más noble y maleable del periodismo”.

El periodista afirma que con la crónica “no estás a atado a otros géneros tan mezquinos de sí mismos como la nota informativa, el reportaje, la entrevista”.

“Ver al periodista como el pariente pobre del escritor es algo que ya quedo zanjado. Un periodista tiene las mismas herramientas del escritor, con otra visión”.

Héctor De Mauleón deja en claro que la crónica no es ficción, es reproducción. La única manera de combatir contra el imperio devastador de la imagen. El lenguaje mismo