Dolor y porno, el camino del poeta

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Alejandro Aparicio Morales, poeta, escritor.

Llano en llamas, Juan Rulfo, libro regalado por su madre.

Estas son las vertientes por las que comienza la biografía de un poeta que mira en el porno la sublimación de la supuesta realeza.

“La poesía se me facilitó en la medida  de su musicalidad. Un primer acercamiento fue empezar a copiar a Neruda en poemas largos, en su voz, como una especie de rescritura”.

Aparicio llegó a la universidad y ahí conoció  José Carlos Becerra (poeta mexicano medular fallecido prematuramente al salirse su automóvil de una carretera italiana en 1970).

“A él lo veo como mi maestro, por su manejo de la trama, por ese albedrio lleno de complejidad”.

El entrevistado menciona al español José Ángel González  y su sensibilidad por la sencillez de la  palabra,  los universos poéticos y estrujados por la sed, el ansia  de Arthur Rimbaud  y Charles Baudelaire, como otros de sus referentes.

“La poesía es una forma de vida. Una vez el poeta tlaxcalteca Jair Cortés me preguntó que era para mí la poesía, le respondí que es algo que te permite dejar de ser humano”.

“Hoy creo que es al contrario, la poesía es ese algo que te permite ser humano en este tiempo de violencia”.

Alejandro hoy parece comprender más las canciones tristes y los momentos bajos. En el 96 empezó a tomar conciencia de ser poeta  y más de quince años después se puso a manejar un autobús urbano por las meras ganas de escuchar a la gente.

“Central –Santa Lucia era la ruta. En mi poesía esa experiencia  fijó un ritmo acelerado. El ritmo de la depresión, de las prisas, de la prostitución, del alcoholismo, de la drogadicción. Todas subiéndose a un mismo sitio y todas esperando llegar a un destino”.

El poeta porno de Oaxaca  le dicen a Aparicio y este, cual escudero del también insigne poeta  Alfonso Zayas, no le saca al parche. Cuenta que su lascivia y su poesía se encendía al ver subir al autobús mujeres bellas envueltas en las llamas de una cotidianidad que las asfixiaba.

“Cuando tenía siete años, mi padre tenía un tráiler que iba a la frontera, y ahí me ponía yo a jugar. No tarde mucho en descubrir su arsenal de revistas pornográficas”.

Tan núbiles y bonitos recuerdos asaltan a Aparicio mientras se apresta a hablar de Astromelia Editores. Esfuerzo editorial personal que hasta ahora cuenta ya con seis libros editados.

Entre los que se cuentan su propio libro lleno de poemas breves y depravados llamado El sueño ligero de los Gatos. E Hibristofilia, antología de poetas mujeres, donde Aparicio trabo contacto con la coautora de su nuevo libro: Viridiana Yescas.

Belladonas club, cuyo nombre fue tomado de una actriz porno de culto, ausculta las relaciones de pareja, sus tipos de sexo, sus volcanes de cotidianidad. También habla sobre la infancia alterada por un mundo que le quiere  comer el corazón.

“Son dos versiones de los libros. Una artesanal, diez piezas únicas, impresos en serigrafía con el trabajo del pintor Spencer Farías, y una versión  económica con un tiraje de cien ejemplares”.

Se le pregunta al poeta que estado guarda el postcorrientismo, del que fue parte y firmante.

“Somos los poetas que estamos trabajando más. Oscar Tanat, que ahorita está más centrado en lo visual y su música. Jesús Rito, con su editorial Pharus”.

El poeta porno también cuenta sus proyectos de una doble equis moderada, con poesía en redes sociales, grabadas con la  voz aguardientosa  de los poetas.

“Estoy también levantando un acervo de poesía. Un registro y antología de poetas”.

“Alejarse de la realidad, ser grande”

Dice Aparicio en una expresión salida de quien sabe dónde, habla de un proyecto  de compendio de Poesía postcorrientista, de otro libro de frases albureras y existenciales de urbanos ( “del tipo niños menores de tres años no pagan pasaje, si no tienen  en la ruta se los hacemos”).

“Oaxaca no solo debe ser tierra de poetas, sino también de narradores.

“Hoy está surgiendo un movimiento editorial importante. Mezcalito City, Pharus, El Volador Ediciones, Pérgola, Mano sucia. Son esfuerzos que no han salido de la nada nada nada más para rajarse”.

Aparicio habla de conjuntarse  como editoriales para  un bien común, de estar construyendo un local para distribuir los libros que estas editoriales independientes produzcan.

Y pese a que le gusta tanto el porno, Alejandro Aparicio Morales no parece masturbarse mientras cuenta sus planes.