Miss Bolivia y su Revolución Ovárica

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“A veces al hip hop se le agarra para el ego, la competencia, para minimizar y reducir al otro. Creo que no, tenemos que ser responsables, tener cierta ética y ver que en el hip hop está una herramienta de sanación comunitaria y social”.

Miss Bolivia es Paz Ferreyra y viceversa. Nacida en Bueno Aires, Argentina hace 39 años, a la rapera se le empezó a identificar en México hace tres años con Loca, rola con sonido de barrio y emancipación, que se puede identificar como abiertamente feminista.

Donde habla de la mujer que la mueve, que la goza y que no es dominada.

“Es una canción que busca empoderar a la mujer, generar autonomía de género, resistencia contracultural en culturas (Latinoamérica entera) que objetualizan a la mujer como un bien de consumo y abuso”.

Ferreyra observa que en estos momentos en el continente, estamos inmersos  en un pico crítico de tasas altísimas de feminicidios, por lo que para ella sus canciones hoy no solo deben producir un gozo estético.

“También necesito que sean herramientas de empoderamiento y piezas de comunicación y de resistencia, trazar high lights sobre puntos críticos e irlos constelando”.

Bolivia habla rápido y sostenido, su rap se traduce a sus palabras calmadas, está en Oaxaca, se encuentra a punto de abrir con la jarocha Ali Gua Gua, dos fechas de presentaciones en el Txalaparta,  lugar del que se pronuncia “contenta de estar”.

Además de confesarse amante del mezcal, pues estudia la carrera de sommelier y pretende especializarse en la ancestral bebida.

Paz cuenta que en consonancia con su nombre solía vivir en la calle de Bolivia, en el barrio bonaerense de la Paternal.

“Entonces hacia música más urbana y me pareció que estaba bueno tomar el nombre de mi calle, pero con el tiempo le fui dando otro significado”.

Bolivia señala que la palabra miss le suena a corte imperialista que denota estatus, producto  de un idioma muy abusado en el rap donde los raperos sudamericanos todo el tiempo diciendo” you men”.

“La idea fue ponerle al lado a esa palabra el nombre de un pueblo revolucionario del cono sur, me parecía una provocación simbólica, además de una crítica a  certámenes de belleza que intoxican a un sector muy vulnerable de nuestra comunidad, que son las jóvenes, a las que les imponen un concepto falso de talento y de belleza”.

Se le pregunta a Miss Bolivia, quien lleva haciendo hip hop desde el 2008, el porqué irrumpir en un género musical que continuamente hace apologías del machismo más recalcitrante, con líneas de contenido que tratan a la mujer como un objeto.

Antes de responder, Paz se pronuncia de acuerdo con que el machismo es una constante en el hip hop, pero que lo mismo “pasa en el reggaeton y en alguna cumbias”.

“Empecé haciendo hip hop porque no podía evitarlo, fue algo que me atravesó.  La verdad es que nunca tuve ningún problema de presión de género o de corte machista dentro de mi trabajo musical”.

“Al contrario siempre tuve mucho apoyo de mis colegas varones. Como somos pocas mujeres haciendo hip hop, se valora más. Es como la ley de la escases”.

Paz se pronuncia por hacer una línea ovárica adentro del estilo, declara que el hip hop es una herramienta privilegiada para el texto, para comunicar. “Se puede decir tanto en dos palabras”.  

“Cuando entre a esto tuve mucho más problemas con los puristas por hacer fusión que con lo machistas por ser mujer”.

La cumbia, el rap, el dance, el reggae, son los estilos medulares que Bolivia reconoce como los que componen su sonido.

“Una fusión es una licuadora de estilos, no es un copy page. Es tejer una malla con elementos provenientes de múltiples destinos”.

“Me siento en libertad de poder bastardear los estilos  y utilizar un bombo de house y agregarle un güiro de la cumbia y encima rapear, y fusionarlo con una cantante lirica”.

Jálame la tanga y Alta yama (la cual Bolivia interpretó a dúo con Ali Gua Gua en su presentación en Oaxaca) fueron los dos éxitos que se desprendieron de su primer disco, Alhaja.

Tomáte el palo (a dueto con el cantautor Leo García), Tan distintos y Bien Warrior, fueron los temas que saltaron del segundo, Miau.

Hoy Miss Bolivia va por un nuevo álbum en el que piensa seguir perpetuando los estilos, “que estos sigan evolucionando y que no se mueran por falta de opciones”.

Paz declara que la fusión oxigena los estilos, les da un futuro, un movimiento.

“La fusión promueve la tolerancia a tal punto, que se puede ir a un concierto de rap y rapear sobre cumbias, sin preocuparte de que alguien quiera hacerte un tango”.

Bolivia comenta que sus planes próximos serán tocar en Buenos Aires, Mendoza, y en San Juan, Argentina, además de asistir a un festival de hip hop  en Noruega.

“El papel de la mujer en el hip hop  es cada vez  más importante. Esta más abierta la escucha y lo que tenemos que decir es necesario, sanador, revolucionario”.

“Es hermoso que se puedan mezclar la sensibilidad, la poesía, la resistencia y la revolución ovárica. A la responsabilidad que como artista mujer asumimos en el estilo”.

Para Paz cantar, pensar y escribir hip hop es “ser canal, disolver el ego y dejar que hablen a través nuestro las voces de quienes no están pudiendo hablar”.

“Es hacer un ejercicio de cederse a la voz de las silenciadas y los silenciados”.

¿La revolución sonara a hip hop? , se le pregunta a Miss Bolivia.

“Yo creo que sí, hay que estar atento, porque un escenario o un micrófono son herramientas de poder”.

Por lo pronto Miss Bolivia se retira a ver los últimos detalles de su presentación, mientras su audiencia que poco a poco va llegando al Txalparta la observa  con la expectación de alguien que sabe que están por decirle todas las verdades,  y provocarle todos los bailes.