La disputa por el poder en la Escuela de Ciencias de la UABJO

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Keyla Eugenio Cruz, candidata perdedora en la elección a la dirección de la Escuela de Ciencias de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), cuyo grupo político tiene tomada desde hace más de una semana sus instalaciones, es familiar consanguíneo del rector de la Universidad, Eduardo Martínez Helmes.

“El mismo rector nos dijo a mí y a nuestro grupo de trabajo en una audiencia, que era su sobrina. Y desde el principio hubo una clara preferencia de Rectoría para beneficiar su campaña”.

Comenta Xóchilt Mejía Arévalo, coordinadora de la carrera de computación de la Escuela y responsable de la campaña de Raúl Contreras Medina, el candidato que al final de la elección recibió un acta de consejo que daba fe de su triunfo electoral.

Por su parte, Dagoberto Álvarez Solano, docente de la carrera de Biología, y quien al momento de visitar la escuela, era la persona que se encontraba al frente de las y los alumnos que resguardan el paro, acusó a la aún directora de la Escuela, Ishtar Hernández, de haber dividido a la institución y cargado los dados a favor de la elección de Contreras Medina, y menciona el nombre del catedrático Daniel Díaz Porras, coordinador de biología, como la persona que, con la anuencia de Hernández, amenazó y coaccionó a otros profesores con la intención de que votaran forzosamente por el candidato que finalmente superó a Eugenio Cruz por cuatro votos.

Según cálculos de Mejía y Álvarez, la escuela, que aglutina las carreras de Biología, Física, Matemáticas y Computación, tiene una matrícula que ronda los más de 490 alumnos. Sin embargo de estos más de cuarenta no aparecen en el padrón estudiantil de la institución.

Razón que resultó en una de las principales disputas entre los dos grupos antagónicos, pues el grupo de Keyla Eugenio responsabiliza al de Contreras de no haber permitido que muchos de los estudiantes partidarios a su causa votaran por ella, impidiéndolos a que emitiera su sufragio con su credencial o con su hoja de materias.

A lo que Mejía Arévalo, asevera que fue la misma Eugenio Cruz la que “rasuró el padrón electoral” semanas antes de la elección, pues en su calidad entonces de coordinadora académica de la escuela no regularizó la situación de los más de cuarenta alumnos, sacándolos del padrón y colocándolos en calidad de” indefinidos”.

Dagoberto Álvarez señala además que, el grupo de Contreras adelantó las elecciones con la finalidad de que los alumnos que están por egresar pudieran votar por él, Mejía vuelve a señalar a la misma Keyla como la que tuvo la idea original.

Argumenta que, Eugenio le sugirió a la directora Hernández la idea de adelantar las elecciones, quien a su vez lo consultó con el rector Helmes, quien dio su anuencia.

Moción que, fue aprobada por el Consejo Estudiantil, pues los alumnos acusaban ya un “ambiente enrarecido” en la institución, donde el acoso para que votaran o hicieran proselitismo por Eugenio o por Contreras, era ya insoportable.

Ambos lados se acusan mutuamente, de valerse de promesas de calificaciones aprobatorias a los alumnos para hacerse de su voto.

Dagoberto comenta de un audio donde se puede escuchar a Contreras, prometiendo apoyo académico por votos, Xóchilt asegura que, en dicha grabación nunca hay ninguna promesa de voto, sino una conversación sobre el plan de trabajo del candidato.

Álvarez comenta que la Escuela está en un proceso de acreditación de sus planes de estudio, el cual es rechazada sola y abiertamente por los catedráticos matemáticos de la institución, pero que tanto computo, biología y física se encuentran ya en el nivel dos de dicho proceso.

Señala a Mejía Arévalo, como la persona que dos meses antes de las elecciones formó un grupo político para impulsar una candidatura de la que fue jefa de campaña, además de que organizó fiestas con dinero de la coordinación en computación, donde los alumnos bebieron cerveza y platicaron sobre sus preferencias electorales.

La ingeniera responde a las acusaciones del biólogo, comenta que, el grupo efectivamente existe, pero que fue formado hace un año, como un comité de apoyo estudiantil y académico para subsanar las observaciones del organismo encargado de dar la acreditación nivel uno, del plan de estudios de la Escuela.

Arévalo explica que el grupo, hoy con 114 estudiantes a los que asegura nunca les ha pedido su voto, se formó con la finalidad de empezar con tareas de socialización entre los mismos integrantes de la matricula de la Escuela de Ciencias, pues el organismo les había señalado que, los alumnos de las cuatro licenciaturas ni siquiera se conocían entre sí. Además de organizar conferencias, talleres y cursos.

Y que en ”las reuniones”, el dinero de la coordinación sólo estuvo enfocado en alimentos, que hubo patrocinios buscados por los mismos estudiantes, el local donde se llevaron a cabo fue prestado por un estudiante y que el alcohol lo llevaron los alumnos.

Por lo pronto Álvarez comenta que, la toma de la Escuela se nutre de cincuenta a cien alumnos, mientras Mejía asegura que, estos no pasan de treinta.

Álvarez dice que las y los alumnos paristas temen represalias en su accionar académico y que su exigencia de renuncia de la directora Ishtar Hernández se mantendrá hasta que ella abandone sus funciones en octubre. Mejía aclara que, la directora termina su gestión un mes antes.

Por lo pronto trascendió que los dos grupos ya están negociando las cuatro coordinaciones de la Escuela, de las cuales Mejía asegura que la bióloga Keyla Eugenio ya le ha pedido a su tío (el rector) su cabeza.

Llama la atención como una Escuela pequeña de no más de 200 alumnos y tres pequeños edificios, se encuentra (fiel a las costumbres de la universidad a la que pertenece) envuelta en una andanada de politiquería, en la que la tan mentada acreditación nivel uno de sus alcances académicos se encuentra finalmente en los últimos lugares de la lista de prioridades, la cual parece estar encabezada por una sola palabra: Poder.