Patricia Rodríguez Rivero aclara, que ella no mutila huipiles, practica por demás común en el diseño textil de Oaxaca.
“Esas prácticas solo llevan a que no haya una coherencia de color, ni de texturas.”
Rivero menciona que en su trabajo textil aspira a encontrar una cosmovisión sobre la iconografía textil en Oaxaca, un recate icónico y gráfico de como representaron al maíz en los bordados, y proponer un matiz para contemporaneizarlo.
“Trató de rescatar, hacer y proyectar.”
21 piezas con dibujos suyos, bordados por ella, su madre y un grupo de artesanas oaxaqueñas, será lo que Patricia exhibirá este miércoles quince en el museo Belber Jimenez, a las siete de la noche.
Patricia aspira a escribir con hilos, a bordar historias (literalmente).
Fotógrafa y diseñadora gráfica, si con la fotografía Rivero escribía con la luz, ahora en el textil su propósito es el de rescatar tradiciones e historias.
Con tres años en la disciplina a la que llegó como un mero hobby para confeccionar su propia ropa, Patricia vio muy pronto en el textil un lienzo para expresarse .
La exposición que Rivero presentara serán vestidos contemporáneos, casuales, que las mujeres (o los escoceses) pueden usar donde sea y que los hará lucir bien.
Siempre buscando acudir al origen, Patricia narra como los triquis contaban su presente, pasado y futuro en su vestimenta.
“Se preparaban para la vida y la muerte al hacerse sus huipiles y sus bordados.”
Comenta que el textil en Oaxaca terminara por regresar a sus principios para retomar la fuerza que lo haga subsistir.
Patricia se pronuncia en el textil por el uso de lo orgánico, de una esencia más social.
“No puedo hacer una producción de veinte mil piezas, pero si puedo transmitirle mi esencia a cada cosa que haga.”
Rivero, quien asegura que su exposición no aparecerá la Flor del Istmo, comenta que su diseños y sus vestidos los comercializa en internet, y por el boca en boca.
