Juan Villoro recordó a ‘Gabo’ en congreso de literatura

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No le resulta nada sencillo recordar a un personaje como Gabriel García Márquez, mucho menos hacer un análisis de su obra, pero Juan Villoro se planteó ambos retos en su conferencia de inauguración del Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, en El Colegio de México, con el título “Lo que pesa un muerto. Crónica y fabulación en Gabriel García Márquez”.

En los peores años de la violencia en Colombia, a mediados del siglo XX, aseguró el narrador mexicano, “el cronista convirtió el sentido del humor en principio de resistencia, un clima de asfixia dominaba los periódicos: el decreto 3521 promulgado el 9 de noviembre de 1949, reforzó la censura en los medios y dejó poco espacio para el periodismo crítico”.

“La ironía, que ya formaba parte del ADN literario de García Márquez, se convirtió en una manera de seguir respirando.”

Durante la conferencia, ante alrededor de 400 especialistas de diversas partes del mundo, Villoro recordó que a los 19 años de edad, el Premio Nobel de Literatura suspendió sus estudios de Derecho en Bogotá y se refugió en la Costa, “donde la vida proseguía sin más interrupción que los ocasionales resbalones de un borracho”.

“Su exilio periodístico resultó venturoso, en unos meses se apropió de un estilo que produjo piezas maestras. “La crónica no es una bata cualquiera”, publicada cuando el autor acababa de cumplir 23 años, revela su capacidad de analizar con nuevos ojos los misterios de lo ordinario.”

Desde la perspectiva de Juan Villoro, en sus facetas de cuentista, guionista o autor de reportajes, Gabriel García Márquez se acogió a formas canónicas, sin mostrar un ímpetu rupturista o experimental, pero “en sus columnas formativas ensayó recursos de transgresora audacia”.

Luego de un breve recorrido por aquellos primeros años, Juan Villoro se enfocó en la que considera su obra maestra de la madurez: Crónica de una muerte anunciada, una obra que “pone en escena la depredación del amor”.

“En la línea de Sófocles, García Márquez coloca suficientes pistas para sugerir que el investigador puede tener alguna responsabilidad en los sucesos; con arriesgada pericia se incluye en la fila de sospechosos comunes. Si en los textos costeños lo ordinario adquiere relieve gracias a fantasiosas explicaciones, en Crónica de una muerte anunciada el procedimiento adquiere mayor complejidad: el novelista narra varias veces los mismos sucesos y contrasta las versiones de distintos informantes.”

Definida por Villoro como la más intrépida de sus narraciones, Crónica… es el mejor ejemplo de que la realidad de la literatura puede llegar a superar a la del autor, resaltó el autor de Arrecife o Balón dividido.

El Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana se llevará a cabo hasta el miércoles, en El Colegio de México, donde se realizarán alrededor de 100 mesas de reflexión académica.