Yagular llega a su séptimo número

0
209

Después de una pausa en su publicación, que sirvió para replantearse caminos a seguir y la definición de los alcances, se presentó el séptimo número de la revista literaria Yagular.

Teniendo al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) como escenario y como moderadores a Alonso Aguilar Orihuela, director del recinto, Juan Pablo Ruiz Nuñez, coordinador editorial de la publicación y la escritora que en sus propias palabras “ escribe , pero no se considera escritora”, Nadia Cortés.

Miembro del consejo editorial de Yagular, cuyo nombre proviene de la cruza del nombre de la zona arqueológica oaxaqueña de Yagul, y la vena que recorre nuestro pescuezo y sin cuya sangre estaríamos muertos.

Ruiz Nuñez, cofundador y primer director del hoy extinto Jolgorio Cultural preciso que Yagular surgió a contracorriente del cierre de espacios culturales, con el propósito de significarse en un espacio de reflexión, como un puente de enlace entre artistas emergentes y artistas consagrados.

“Si este país se desgaja desde adentro, en el universo de la escritura para entrar basta con solo ser nombrado”, se podía leer en el número cero de la revista, cuyo propósito siempre ha sido el de crear una comunidad de escritores, que aunque no se conocieran entre sí, si se conectaran a través de sus vasos comunicantes.

Yagular está poblada por “gente que ama escribir, que aprecia el proceso de la escritura y de la lectura y contempla a la escritura como un tema. Que ama el lenguaje” apuntó Cortés. Y abundo sobre como contar los lugares que ya han sido contados, sobre la invitación de Yagular a reflexionar sobre las palabras, sobre un piedra, sobre un juguete, sobre el humo.

Por su parte Aguilar Orihuela destacó la calidad de las ilustraciones de la revista, alejadas del común denominador folkloristas de la plástica oaxaqueña. ”Como lector Yagular te involucra de una manera frontal, se erige como esa válvula de escape para que tu desarrolles nuevas maneras de mirar, de observar, de sentir. Es la oportunidad para percibir lo mismo pero de una manera diferente“

Destacó el director del IAGO al mismo tiempo que afuera un hombre rapado, corpulento, con tipo de cholo reconvertido al evangelio gritaba frenético que Cristo era la vida, el camino, el elixir, mientras caminaba raudo y veloz con un policía temeroso siguiéndole el rastro a una cuadra.

La literatura y la mirada están en todas partes.