A las 14:30 horas, el Senado de la República en sesión ordinaria inició por fin el último debate para aprobar las reformas secundarias en materia político- electoral; sin embargo, tras la presentación de Miguel Ángel Chico, en su calidad de presidente de la Comisión de Reforma de Estado, 18 minutos más tarde, el responsable de la Mesa Directiva de la Cámara Alta, Raúl Cervantes, determinó un receso por “30 minutos” para que los coordinadores de las principales bancadas afinaran la redacción de los dictámenes.
La redacción que afinan es sobre la Ley General de Instituciones y Procesos Electorales, la Ley General de Partidos Políticos y los cambios en la Ley de Sistemas de Impugnación.
En paralelo, en un salón de la bancada priista, el coordinador del PRI, Emilio Gamboa, se reunía con sus pares del PAN y el PRD, Jorge Luis Preciado y Miguel Barbosa, quien por cierto habría anticipado que su bancada votaría a favor de estas reformas, aunque se prevén votos en lo particular de algunos de sus senadores, para afinar cambios de redacción en algunos preceptos de los tres dictámenes.
Eso sí, alertó Barbosa Huerta, la prueba mayor que tendrán estas reformas político-electorales serán los comicios federales intermedios en 2015, para ver que aterrice en la realidad lo que está plasmado en el papel.
Los legisladores les habían dispensado a estos dictámenes primera y segunda lectura y Miguel Ángel Chico había aseverado que con estas normatividades los comicios del año entrante se regirán estrictamente bajo los principios de certidumbre, legalidad, transparencia, objetividad, equidad y ética pública entre otros.
Chico Herrera destacó que precisamente a partir de estos cambios, por ejemplo, el consejo General del INE será el responsable de fiscalizar a los partidos y las campañas a los candidatos.
Tanto Barbosa como Gamboa y Preciado habrían señalado en entrevistas por separado que tenían confianza plena que se subsanarían algunos aspectos de forma y fondo en temas concretos como la sobre y subrepresentación, los medios de comunicación política y la equidad de género, que no estaban cabalmente reflejados en la redacción que emergió de la reunión de Comisiones Unidas.
