DETRÁS DE LA NOTICIA: Presiones, chantajes y fuego amigo, avivan infierno de la crisis de basura

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Alfredo Martínez de Aguilar

 Ni en las peores pesadillas de las horas más negras de las centenarias páginas de la historia de Oaxaca, estado y capital, imaginamos que celebraríamos su 491 aniversario en un muladar.

 

No se trata de rasgarnos las vestiduras y poner el grito en el cielo hipócritamente, pero sin exagerado amarillismo periodístico hemos convertido pueblo y gobierno a Oaxaca en una cloaca.

 

Sin refugiarnos en la comodidad de repartir culpas, de manera objetiva y realista, unos y otros somos, corresponsables, de la prefabricada crisis de la basura y de la grave crisis del agua.

 

Ambas crisis, pero especialmente de la del agua potable, reflejan la condenable apatía, indiferencia, cobardía o complicidad del silencio al no denunciar su creciente escasez.

 

Pero no solo poco se habla de la falta de agua, sino lo peor es que menos se protesta organizadamente de manera masiva y, mucho peor, que ningún partido abandere esta demanda.

 

En cambio, organizaciones políticas y sociales, y sindicatos de transportistas, convertidos en temibles grupos de presión y chantajes alimentan el infierno de la prefabricada crisis de la basura.

 

A las pruebas nos remitimos. Por tercera ocasión manos criminales provocaron el incendio del tiradero a cielo abierto instalado en el playón del Río Atoyac por transportistas de CATEM.

 

El fuego se aviva con los “infiernitos” del “fuego amigo”. CATEM juega las contras a Paco Martínez Neri, a pesar de ser el principal beneficiario del traslado de basura a Veracruz y la cementera Cruz Azul.

 

El costo de 80 millones de pesos en el traslado de la basura en góndolas del sindicato de transportistas de CATEM pudo destinarse a la primera etapa del Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU).

 

Y la cruel y cruda realidad se agrava todavía más por la desmedida ambición, por razones electorales futuristas de los granizos que cada día se calientan más y parecen chivos en cristalería.

 

Poco ayuda el tardío mea culpa de Jesús Romero, al reconocer que el Gobierno del Estado ha cometido un “error estratégico” en la busca de solución a la prefabricada crisis de la basura.

 

Es responsable como secretario de Gobierno de no socializar ampliamente entre todos los sectores sociales, el proyecto para construir el Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU).

 

No obstante ser el responsable de la política interior del Estado y, por tanto, responsable de garantizar la gobernabilidad, no lo hizo de la mano de los integrantes del gabinete ambiental.

 

La omisión y negligencia por soberbia y la actitud autoritaria al pretender imponer el proyecto del CIRRSU tiene preocupantes consecuencias al provocar el rechazo de los municipios involucrados.

 

Por falta de consulta hay rechazo unánime de los habitantes del propio municipio de San Lorenzo Albarradas que se suma al de la agencia de Roaguía y del municipio de la Villa de San Pablo Mitla.

 

Seguramente muy pronto las autoridades municipales y representantes agrarios y habitantes de estos municipios empezarán a interponer demandas de Amparo que frenarán el proyecto.

 

Al mismo tiempo, ha provocado que organizaciones ambientalistas empiecen a demandar cortar cabezas de los titulares de las dependencias del gabinete del controvertido sector en cuestión.

 

¡Pero qué necesidad de complicar las cosas!

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila