Afromexicanos celebran Día de Muertos con Danza de los Diablos

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Excélsior

Las comunidades afromexicanas, que representan el 1.16% de la población en México, también celebran el Día de Muertos con sus propias costumbres y tradiciones, una de ellas la Danza de los Diablos en Cuajinicuilapa, Guerrero, declarado Sitio de Memoria de la Esclavitud de las Poblaciones Afrodescendientes. 

La Danza de los Diablos es una mezcla entre el culto del Día de Muertos y una divinidad africana que se llama Ruja, a quien le pedían que se acabara la esclavitud y dejaran de explotarlos. Aprovechaban la festividad para poder rendir culto a sus dioses”, aseguró el doctor Carlos Flores Guillén, sacerdote yoruba y especialista en temas afromexicanos.

El origen de esta tradición ha sido identificado en el virreinato o época colonial, sustentado en intercambios culturales y sociales de las poblaciones africanas que arribaron al país como resultado del comercio de esclavos hacia América y como parte de las huestes españolas.

A través del intercambio cultural la ceremonia se transformó, pero también pasó a formar parte de una de las tradiciones más importantes de la región de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, sin embargo, también se lleva a cabo en algunas partes del sur de Veracruz.

Esta danza, que también es conocida como Juego de los Diablos, se realiza principalmente el 1 y 2 de noviembre en el marco de la celebración del Día de Muertos en México, aunque también se realiza en los días de San Nicolás y en el Día de la Virgen de Guadalupe.

Los participantes de la danza usan máscaras con cuernos muy grandes, cabello de paja o palma, barbas y flecos hechos con crines, colas de caballo y portan ropas de harapo.

El grupo, conformado por cerca de 12 personas, va precedido por el “Diablo Mayor” o “Tenango”, que representa el papel de capataz o patrón, y la “Minga” o “Bruja”, que es personificada por un hombre que usa ropas consideradas de mujer mientras carga un muñeco.

En Cuajinicuilapa a la par de la Danza de los Diablos se hace un altar a los muertos. Son iguales a los tradicionales, pero con un rasgo interesante, la comida que se pone en los altares son tamales con hoja de plátano y carne de cerdo; representan la herencia africana y cómo se transmitió a los indígenas”, señaló Carlos Flores.

Comentó que los afromexicanos también acostumbran visitar a sus difuntos en el panteón, porque en la cultura africana todo lo que está en la tierra contiene vida.

Entonces ahí se encuentra parte de la esencia de sus ancestros y enfocan a que en ese sitio puedes encontrar un pedazo del alma de un familiar o un ser amado. Llevan flores, velas, licores, principalmente aguardiente, es muy parecido a lo tradicional, que también está lleno de negritud”, afirmó el especialista.

OTRAS TRADICIONES AFROMEXICANAS EN DÍA DE MUERTOS

Otras de las expresiones culturales representativas de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca en Día de Muertos también es el Paseo de la Rama, una rama de framboyán, que tiene una vaina que adentro tiene semillas y suena como una sonaja, la cual se acompaña con una vela.

En algunas zonas de Campeche y Veracruz es común que con la rama vayan llamando a los ancestros y con la rama de la vela van cantando canciones y pidiendo que la gente les de dulce o dinero”, apuntó Carlos Flores.

El son o fandango de artesa es otra, un baile que se practica arriba de una pieza de madera que es tallada en forma de animal y que recuerda a los caballos o las vacas.

Asimismo, en la zona norte de Veracruz, en la región del Totonacapan, algunas comunidades también celebran la fecha con el Baile de los Negritos.

Cuando se quiere hablar de respeto, de alianza, de unión, se hace esta danza”, aseguró el sacerdote yoruba.

AFROMEXICANOS, NO SOLO EN GUERRERO Y OAXACA

En nuestro país no solo existe población afromexicana en la costa chica de Guerrero y Oaxaca (zona que aglomera la mayor cantidad de estas comunidades), sino que se encuentra dispersa en todo el territorio, y en cada uno de esos territorios la afrodescendencia se expresa de manera particular.

Por ello, la difusión de las expresiones culturales de los pueblos afromexicanos es una acción importante que contribuye a visibilizar a estas poblaciones y a reconocer su identidad étnica, a la vez que favorece a eliminar los estereotipos y prejuicios que giran en torno a estas poblaciones y que se asientan en el racismo.