Pacto de silencio e impunidad en la Iglesia católica, detrás de la pederastia clerical

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La Jornada.

Adjudicar a la desintegración familiar el surgimiento de sacerdotes pederastas es una forma simplista e incompleta de explicar dicho fenómeno, que se debe en mucha mayor medida al pacto de silencio e impunidad que ha existido en la Iglesia católica frente a dichos agravios, señalaron especialistas, ex sacerdotes y víctimas.

Consultado acerca de las declaraciones del arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, de que la pederastia clerical es resultado de la participación como sacerdotes de hijos de madres solteras o padres separados, Bernardo Barranco –experto en temas religiosos– aseveró que dicha hipótesis es muy limitada, pues pasa por alto elementos como la falta de castigo a los agresores.

Creo que Aguiar está tratando de responder a esta gran pesadilla que acompañó al ex cardenal Norberto Rivera, que es la protección a la pederastia, pero su diagnóstico no es del todo correcto, porque los grandes pederastas, como Marcial Maciel o Nicolás Aguilar, son de otras generaciones y vienen de estructuras familiares incluso rígidas, apuntó.

El tema de la pederastia clerical es mucho más complejo y está aparejado con la concepción que tiene la Iglesia sobre la sexualidad, con una noción negativa del placer. Hay estudios que muestran que esta negación de la sexualidad genera un conjunto de patologías que dan pie en algunos casos a la agresión contra menores de edad.

Sin embargo, un aspecto que favorece aún más la aparición de curas pederastas es el silencio cómplice que durante mucho tiempo en la vida de la Iglesia favoreció expresiones de abuso sexual, porque (los agresores) sentían que en la Iglesia había una proteccion estructural y ­corporativa.

Mientras, el ex sacerdote Alberto Athié indicó que se trata de explicar la pederastia como un problema externo a la Iglesia, cuando está relacionado con la institución y el encubrimiento a los agresores sexuales.

Mencionó que el arzobispo Aguiar no ha entendido bien de qué se trata, pues es un problema de quien ejerce la autoridad y la función que tiene, se aprovecha de la confianza, y en este caso, muchas veces de la vulnerabilidad de las niñas y niños para someterlos sexualmente.

Por ello, la pederastia no es un problema familiar que se va a resolver atendiendo mejor a los chicos que entran al seminario y viendo sus tendencias afectivas; ese es un aspecto y no es el más relevante finalmente, afirmó.

Jesús Romero Colín, víctima de abuso sexual por parte del ex sacerdote Carlos López Valdez, indicó que las declaraciones de Aguiar siguen la misma lógica que se ha mantenido en la Iglesia.

Agregó que el abuso sexual a menores ha sido fomentando por encubrir. A los sacerdotes los cambian de parroquia, los protegen y piden a la víctima que los perdone.

Ante esta situación llamó a que antes de realizar reformas en los seminarios que forman a los candidatos a sacerdotes, debe haber una limpia de los que están ahí en la Iglesia y han operado de esta manera.