Logra IEEA más de 5 mil inscripciones en la Jornada Nacional de Incorporación

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Oaxaca de Juárez. Resultado de la Jornada Nacional de Incorporación 2016, realizada por el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y el Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA), se logró incorporar a los servicios de alfabetización, primaria y secundaria a 3 mil 753 jóvenes y adultos oaxaqueños, así como más 2 mil 93 reincorporaciones.

Las 5 mil 846 inscripciones realizadas durante esta Jornada se suman a los que se encuentran en atención en los Círculos de Estudio ubicados en las ocho regiones del estado, con lo que en el presente mes de noviembre, 138 mil 953 educandos buscan una mejor calidad de vida mediante la preparación.

El Director General del IEEA, Modesto Pineda Romero, invitó a la población oaxaqueña a incorporarse a los servicios educativos que de manera gratuita ofrece el Instituto y en horario en que las personas dispongan de tiempo.

“Todas las personas que no han concluido la educación básica o tienen algún familiar, amigo o vecino, acudan a la Coordinación de Zona más cercana a su domicilio, para inscribirse y recibir asesorías, durante todo el año estamos incorporando a los adultos que deseen concluir su primaria o secundaria”.

Con estas acciones se busca motivar a las personas de 15 años y más, que durante su niñez no tuvieron la oportunidad de aprender a leer y escribir o dejaron inconclusos sus estudios básicos, para que puedan salir del analfabetismo y rezago educativo, a fin de acceder a mejores oportunidades de vida.

Don Juan Tejeda es uno de los beneficiados de la Jornada Nacional de Incorporación. A sus 87 años  se inscribió al IEEA, porque quiere terminar su educación primaria, la que dejó inconclusa cuando era niño. Dos veces a la semana asiste a sus asesorías especializadas en San Felipe Tilpam, del municipio de San Pedro Ixcatlán, para complementar con el material educativo que le proporcionaron de manera gratuita el personal de la Coordinación de Zona de Ojitlán.

“Antes las escuelas no tenían sillas ni mesas, solo había una tablita y los niños tomábamos clases paraditos porque el suelo era de tierra. A la hora del recreo, cuando no sabíamos la lección nos quedábamos castigados; solo terminé hasta el tercer año, ya no pude seguir en la escuela por problemas personales. Pero para aprender no hay edad determinada, yo ya me decidí a terminar aunque sea la primaria”, comentó el señor Juan.

Explica que para comprobar los conocimientos con los que se cuenta es necesario tener un certificado, además de que los padres y madres tienen la encomienda de fomentar en sus hijos el gusto por el estudio, como lo hizo su papá con él, aun cuando no sabía leer ni escribir.