Museos y galerías, otras víctimas del conflicto magisterial en Oaxaca

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El Economista.

Ciudad de México. “Sí, la cultura en la ciudad, como todos los sectores, se ha visto afectada con los conflictos. En nuestro caso, sufrimos la baja de visitantes extranjeros y nacionales debido a que el Museo de los Pintores Oaxaqueños se encuentra en el primer cuadro de la ciudad y pues de plano la gente no viene”, me cuenta el artista Sinuhe Sánchez, quien se encarga de los talleres y visitas guiadas en el recinto.

En el centro de la capital oaxaqueña, la situación estuvo muy complicada con enfrentamientos y protestas que se agudizaron tras el enfrentamiento en Nochixtlán entre policías y manifestantes del magisterio.

Pero en Oaxaca esto no es nuevo, hace justamente 10 años se daba el enfrentamiento con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca 
(APPO), lo que ocasionó destrozos, pérdidas económicas y se blindó la ciudad.

Ahora, el conflicto se reavivó y volvió a dañar la cadena productiva de la ciudad que, claro, incluye la cultura.

“Para evitar problemas tuvimos que cerrar el museo más de un mes y de hecho nos rompieron los vidrios. Pero también tenemos obras de arte con alto valor que hay que cuidar y pues la gente tiene desconfianza de venir”, agregó Sánchez.

Además de la crisis económica en la industria turística, que incluye pérdidas millonarias para el sector, los museos adolecen de visitantes y las galerías de arte, la falta de compradores.

En un recorrido realizado por El Economista por algunos de los recintos culturales emblemáticos de Oaxaca es notoria la falta de turistas; sólo algunos estudiantes llegan a los espacios.

Por ejemplo, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), el cual pertenece a una asociación civil, se encuentra vacío.

“Definitivamente, el conflicto nos ha afectado: no hay turistas y a la gente le meten miedo y prefieren no venir a Oaxaca. Nosotros seguimos trabajando y abrimos normalmente esperando que lleguen los visitantes”, cuenta Bertín Fabián, quien trabaja en el recinto.

Otros espacios afectados son el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), apoyado por el pintor oaxaqueño Francisco Toledo, o el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, entre otros. Pese a la falta de visitantes, ellos siguen programando actividades.

María Isabel Grañén Porrúa, directora de la Fundación Harp Helú, aseguró que los problemas lastiman a todos.

“Es muy lamentable y muy triste los problemas entre unos y otros, el gobierno o los maestros… y en el camino los ciudadanos son los más afectados. Está dañada la economía de Oaxaca, pero a pesar de todo, la gente está ávida de cultura y salen a las calles”, agregó.

Mientras que Gerardo Carrera, empresario, amante de los libros y uno de los dueños del restaurante Sabina Sabe, comentó: “A mí me ha tocado una situación extraordinaria que pasa cada año con el tema del magisterio y que se puede ir sobrellevando; por ejemplo, a mí me tocó en el 2014, cuando abrimos este restaurante en el zócalo de Oaxaca, que con el plantón de casi un año tuvimos que cerrar. Ahora, en este nuevo espacio acabamos de cumplir un año, pero ahora volvió el conflicto y sí hubo un bajón de turismo que ha sido complicado para todos los sectores, pero hay que seguir chambeando y espero que mejore y podamos hacer presentaciones de libros y eventos culturales para atraer a más gente”.

Sin embargo, Alonso Aguilar Orihuela, titular de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca, reconoció las afectaciones pero agregó que ellos, como gobierno, no han parado en realizar actividades.

“Salvo la cancelación de una ópera, la verdad es que el gobierno no tuvo afectaciones en sus actividades culturales. De hecho, después de lo que sucedió en Nochixtlán nosotros organizamos festivales culturales en la zona y en las comunidades cercanas. Nosotros vemos la cultura como una manera de reconstruir el tejido social y no dejamos de trabajar en el tema”.

La ciudad de Oaxaca huele a cultura, el visitante casi se tropieza con galerías y comercios que ofrecen arte en todas sus manifestaciones, colores y formas que incluso llegan a adornar las paredes. La gastronomía, otra joya de la ciudad.

Un espacio importante de la ciudad es Quetzalli, una galería de arte contemporáneo que representa a artistas como Francisco Toledo, entre otros.

“Nosotros trabajamos con el turista que viene o con el coleccionista que llega a buscar arte oaxaqueño, pero ha disminuido considerablemente y definitivamente nos afecta”, aseguró María Saldaña, directora de la galería.

En el caso de Quetzalli, la directora aseguró que siguen en contacto con sus potenciales compradores de manera virtual. “Nuestra idea es no frenar nuestra dinámica y seguir con el calendario de las exposiciones, porque nos hemos convertido en un espacio de convivencia importante. Pero sí, el turismo que compra arte bajó. Espero que en Día de Muertos mejore”. Otro ejemplo de la crisis es la Galería Villafán, donde se muestran obras muy interesantes, pero no encontramos gente dentro.

“Las ventas se fueron al piso. No hay turismo; nadie compra arte, pero esperamos que ahora que entre el nuevo gobernador se reactive Oaxaca, pero todo está muy complicado”, opinó el galerista Jesús Villafán, cuyo espacio está frente a Santo Domingo.

A pesar del oscuro panorama y de meses difíciles para Oaxaca, la alegría poco a poco regresa a las calles. Algunos turistas llegan mientras una pequeña sinfónica se presenta en el zócalo de la ciudad, donde varias parejas se animan a bailar mientras que al fondo se ve el plantón de los maestros, que por fortuna se ha replegado.

Y sí, una vez más, la poderosa ciudad de Oaxaca vuelve a levantarse esperando que los turistas regresen a la ciudad de Tamayo, Toledo, Henestrosa y de una riqueza apabullante que a pesar de los problemas políticos y sociales sigue asombrando y conquistando al mundo.

“El recorte a la cultura es terrible”

Alonso Aguilar Orihuela, titular de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca señaló en entrevista que la Secretaría de Cultura no les ha entregado recursos por 14 millones 200,000 pesos, por lo que diferentes actividades culturales están en riesgo.