Cierra negocio revolucionario en medio de caos social

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca

Oaxaca de Juárez, Oax.-“Me gusta el buen café y el de Lobo Azul es muy bueno. Me gusta que tengan sus propias mezclas y que tengan una ideología bien definida, sus aportes no son sólo el buen café y el lugar, tienen más que sólo eso, me encantan las bicicletas y el ambiente que crean, un lugar muy recomendable”.

Decía apenas hace unos meses un comentario en la página turística  Trip Advisor sobre el mencionado negocio ubicado a unos pasos del edificio de la CNTE oaxaqueña, hoy ese lugar ya no existe más.

Después de cinco años de fungir como una especie de parque temático de la lucha social, albergando en sus instalaciones conferencias de prensa de organizaciones sociales, grupos disidentes y asociaciones defensoras de los derechos humanos, el café El lobo Azul cerró sus puertas en pleno plantón magisterial  y caos social derivado del conflicto magisterio, organizaciones y sociedad civil contra el gobierno federal por la marcha atrás de la ya alucinante Reforma Educativa.

Con afiches y recuerdos en sus paredes del EZLN, el líder de las autodefensas José Manuel Mireles y conciertos y movimientos de resistencia social, el Lobo Azul se convirtió en opción de buenas pláticas reactivas y progresistas y ricas comidas con ensaladas y hamburguesas que tenían nombres de próceres revolucionarios de la historia de Latinoamérica como Simón Bolívar o Emiliano Zapata.

Concordante con su giro temático  y según lo consignan versiones periodísticas del periódico Noticias, de una nota de la reportera Yuri Sosa,  la gerencia del lugar adjudico su quiebra a las fuertes medidas fiscales de la reforma hacendaria.

Pero también no obvió que las razones para este cierre de un negocio que proponía a la Revolución como una franquicia temática estilo Planet Hollywood de los noventas, sea la irrupción de una movilización magisterial y social que hoy en su confrontación contra el gobierno federal, tiene a la ciudadanía oaxaqueña rebasando ya las fronteras del colapso.

Con nueve muertos, de los que todavía está por establecerse cuántas balas policíacas fueron responsables, después de los cuales ya existen intermitentes mesas de negociación entre los dos bandos (magisterio y gobierno federal) y el anuncio de los hoteleros de que estarán recortando hasta en un cincuenta por ciento su planta laboral, con ocupación del cero y cancelaciones del 95 por ciento.

Respecto a estos dos tópicos vale la pena citar una reflexión publicada en red social por el escritor  Fernando Lobo:

“Leo sobre una nueva categoría del pensamiento social que no proviene de la teoría, sino de las pólizas de seguro: los terceros. Los terceros son “afectados”. Los terceros sólo piden que alguien les abra el paso (y que por favor, al final, alguien limpie las manchas de sangre con agua a presión). Ellos no tienen la culpa de lo que hagan o dejen de hacer los primeros y los segundos. De hecho, los terceros no han hecho nada. Viven fuera de la Historia, en un mundo que se les ha vuelto hostil e incomprensible. No sé si soy segundo o primero, pero espero nunca ser un tercero”.

Al respecto también vale citar la respuesta del también escritor y empresario mezcalero, Ulises Torrentera:

“Los primeros son la élite y sus epígonos, los segundos los desposeídos y sus líderes, los terceros quienes trabajan y pagan para los primeros y segundos se enfrenten. Los terceros son, siempre, el daño colateral”.

Por lo pronto, según lo consigna la nota de Sosa, el empresario dueño del café con look Revolucionario y de resistencia declara que se va a los Estados Unidos en búsqueda de recuperar algo de piso económico, y sobre la paradoja de su cierre nada revolucionario, también reflexiona:

“Es curioso, porque fue el mismo movimiento el que se llevó entre las patas el negocio”.

Por lo pronto con Oaxaca Capital y el estado entero convertido en el pandemónium de las cosas se ponen más difíciles y nadie sabe lo que va a pasar, la “Revolución” ha perdido su lugar para tomar café.