Llegar a tiempo para un teatro imprudente

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Por Rodrigo Islas Brito

Ermhy Méndez  y Samantha Moreno van cargando mochilas y un veliz de guardarropa teatral a las afueras de la recién abierta La Locomotora Foro Escénico, son las ocho y cuarto de la noche, es una oscura calle de la colonia Víctor Bravo Ahuja  y su camión sale de Oaxaca para Puebla (y de ahí a su natal Tlaxcala) a las nueve de la noche.

Vienen de representar la función número noventa y seis de la obra “Papá está en la Atlántida”, puesta en escena de Imprudentes Teatro, compañía independiente fundada  por los dos hace cuatro años.

La obra representa a su estado en la Muestra Regional de Teatro de la Zona Centro, que comprende a Hidalgo, Morelos, Puebla, Oaxaca y Tlaxcala

“Es una obra sobre el amor entre dos hermanos que siempre están solos  y deciden ir a buscar a los Estados Unidos a su padre ausente”.

Explica Ermhy mientras se dirige con Moreno, una chica que nunca se identificara durante la entrevista  y que carga una mochila de montañista,  y el reportero que ha llegado tarde a su propio interrogatorio porque se ha perdido; a tomar ese taxi que impida que a los tres los deje el ADO.

“La migración es un subtexto, las implicaciones de la obra van en el sentido de explorar como las familias se separan y los núcleos familiares se vuelven distintos “

“Nuestros personajes no sufren este viaje, simplemente están hartos y tienen que moverse”.

Con cara de preocupación e instalados los cuatro en una orilla de avenida Ferrocarril esperando un taxi que no pasa, Méndez cuenta lo importante que fue el ganar con la obra que han representado en Oaxaca  la muestra estatal del Tlaxcala del 2014.

“Hay mucho teatro en Tlaxcala pero es de una calidad muy austera. No hay una carrera de teatro, ni una preparación académica, pero si hay un movimiento teatral, todavía no tan profesional, pero lo hay”

De la obra, mientras solo pasan colectivos por la noche y la avenida, el joven actor y director teatral explica que Papá está en la Atlántida no se vale en su progresión narrativa un marco solido e inamovible.

“Lo que hacemos es improvisar con objetos, en este caso una maleta. La historia ya está escrita, obra de Javier Malpica,  es una estructura sólida lo único que se improvisa tiene que ver con juegos entre hermanos”.

“Con la improvisación de palabras, con complementar los movimientos de uno y otro personaje”.

El entrevistado continua mientras camina con sus dos asociadas, buscando un taxi en una ciudad que no conoce y bajo los consejos de un reportero que sinceramente no tiene idea realmente de donde exacta y geográficamente se encuentra.

“Era fácil caer en el cliché tipo Chabelo o el Chavo del ocho. Pero acá el propósito era explorar los juegos que se reinventan entre los dos protagonistas, los códigos que se van sucediendo entre los dos”

El chavo está a punto de decir cuántas obras ha realizado Imprudentes Teatro, cuando un taxi parece detenerse y suspende de facto la entrevista. La buena noticia no llega muy lejos, una señora de más de

sesenta que carga una caja de jabón zote llena de cosas que parecen muy pesadas, le agandalla el taxi.

Algo agitado pero conservando el estilo y tratando de guardar cierta concentración en sus respuestas, el joven veinteañero dice que Imprudentes prepara actualmente una  obra llamada Inmolación, del pachuqueño Enrique Olmos de Ita.

“Hacer teatro independientees muy difícil, la persona que se dedica a eso  se tiene que preocupar mucho por su público, lo que se puede hacer con ellos y para ellos”

Provenientes de comunidades con muy altos índices de migración, Méndez y Moreno  estuvieron anteriormente involucrados  en Jolgorio tlaxcalteca, improvisación teatral que verso sobre la trata de blancas, delito del que la pequeña Tlaxcala es casi casi capital mundial, y sobre la cual algunos de sus niños se forman como lenones en potencia.

“Hablamos de como existe el robo de mujeres en pleno carnaval de Tlaxcala, y luego nadie sabe, y nos quedamos todos con el aquí no pasa nada y las cosas aquí solo pasan  y ya”.

Samantha Moreno ha parado por fin un taxi, dos minutos después ella, Ermhy, la chica que nunca se identificó y el estoico reportero han trasladado la entrevista al interior del vehículo, que afortunadamente surca a buen ritmo la avenida que conduce a la central de autobuses.

“Joven le puede  bajar a la música porque van a grabar algo rapidísimo” le pide Moreno al taxista que se ve forzado súbitamente a baja el ritmo de sus cumbias.

“Nos interesó siempre saber cómo reaccionaba la gente en Tlaxcala con un teatro más en forma, con textos que ya no fueran los de siempre del siglo de oro español, sino con temas máscontemporáneos,más difíciles”.

Moreno se pronuncia por un teatro joven, un poco alejado de temas como el típico trio amoroso, o de historias que suceden en otros países

“Hablar de lo cercano, de aquello que al espectador le abra la perspectiva”

Los dos pivotes de la imprudencia escénica cuentan que comparten responsabilidades  por igual en el teatro con el que experimentan y ponen en marcha.

Ermhy Méndez  y  Samantha Moreno miran con cierta preocupación como el taxista se ha parado a cambiar un billete a una gasolinera porque asegura que acaba de entrar y seguramente no va a tener cambio.

Mientras el reportero les asegura que si llegan, el primero relata como su compañía está hoy colaborando en una obra con un actor de teatro de cabaret, “y con otras personas que aunque no forma parte del personal base de Imprudentes nos ayudan a materializar los proyectos de la compañía”

De Oaxaca y las dos representaciones , Moreno cuenta que les llamó mucho la atención haber llegado a un foro independiente como el de la Locomotora.

“Es cuestión que para nosotros resulta mucho más cercana”

Con el taxista otra  en marcha y el taxi a dos cuadras de llegar a la terminal, Ermhy Méndez  asegura que esta imprudencia teatral está creciendo a buen ritmo.

“Empezamos a recibir apoyo de gente a la que le gusta nuestra propuesta, hoy incluso de diferentes escenarios en el estado de Puebla”

“No hay que aflojar en ningún sentido, estamos creciendo rápido pero igual nos podemos caer”

Finalmente hemos llegados todos a la terminal ADO de Oaxaca, los Imprudentes Teatro dan gracias al reportero por la enrevesada entrevista y este responde igual.

Son diez para las nueve y el autobús de los tres teatreros tlaxcaltecas terminara retrasándose durante casi media hora. Eso no importa, la representación para llegar a tiempo se ha concretado divertida y con esa emoción que uno espera resucitar todos los días.