Dos pintores oaxaqueños que no se van por la libre

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 “Hay jóvenes artistas que apuestan a hacer una obra con un carácter propio. Pero también es cierto que hay muchos otros que se quieren ir por la libre”.

“No quieren hacer el proceso de un artista, de ir viviendo tus etapas, de ir experimentando, creando una línea y un lenguaje”.

Ixrael Montes, originario de San José de las Flores, Jamiltepec, lleva más de 25 años pintando y sabe de lo que habla.

 Junto con su compadre Tomas Pineda Matus expondrán  con la reconocida galerista Stacy Watkins, en la Soho Gallery, del 17 de septiembre al 17 de octubre, en la Gran Manzana, en la siempre fulgurante ciudad de Nueva York.

Pero antes de hablar de los detalles de este nuevo paso hacia adelante, Pineda quiere abundar sobre lo que ha dicho al que él califica como su “compadre”, sobre aquello que puede impulsarlo todo hacia atrás.

“Cuando decides ser artista y vivir del arte adquieres un compromiso, un proyecto de vida. Contigo y con tu entorno. Con los que te compran, los que te promueven, los que te ayudan”.

Pineda, originario de Juchitán, egresado del taller Rufino Tamayo, considera que vender mucho no es sinónimo ni garantía de ser un buen artista.

“Una cosa es que sepas vender y tengas muy buenas estrategias de mercado, pero al final el arte hay que sentirlo y vivirlo. El mexican curious al final siempre se va a vender muy bien”.

“Hay muchos jóvenes que están confundidos, que no quieren pasarse la vida trabajando para ellos mismos. Ellos quieren vender y piensan que todos los pintores son ricos. No es cierto, seremos sabrosos, pero no millonarios”.

Montes y Pineda ríen con la ocurrencia de este último. Tomas asegura que él pinta para estar en paz consigo mismo.

Su compadre Ixrael  comenta que el tomar al arte como una carrera conlleva esfuerzo, sacrificio, cosas que incluso al final no te garantizan que lo vayas a lograr.

“Yo puedo copiar a Francisco Toledo, pero no sentir lo que el sintió al hacer su obra, la rabia , la frustración . Cada quien tiene que vivir su propia emoción  para hacer lo suyo”.

Montes acepta que hoy el mercado del arte está marcado en buena parte por lo comercial

“A aquel que le está yendo súper bien, entonces empiezan a pintar como él. Todos tenemos algo de un maestro que admiramos. Pero en cuanto ya tienes un proceso de trabajo empiezas a hacer tu propia obra”

“Los jóvenes se hacen de un modo de vida muy cómodo, en el que se acostumbran a copiar . Y pasan los años y ya no son jóvenes, y siguen copiando”.

Pineda Matus y Montes expondrán en Nueva York, “El Alma de Oaxaca”, con 30 piezas que se expondrán entre los dos artistas.

“Nueva York es  un referente cultural, los ojos del mundo están ahí. Hay que mostrar lo que se hace en Oaxaca, el oaxaqueño a veces quisiera llegar a otros lugares, pero nos limitamos a estar con nosotros mismos”.

Montes  opina por su parte que él y Pineda están ya cobijados por el trabajo que han hecho durante veinte años, que ir a otro país significa salir de su zona de confort.

“Donde sabes que esa técnica o ese estilo que manejas ya es aceptado y lo identifica mucha gente”.

Sobre el trabajo de él y Pineda opina que ambos están personalizados en lo que hacen, independientemente de que pertenezca a la misma generación

“Cada uno tenemos nuestra iconografía y nuestras diferentes técnicas”

Sobre que le dirá el Alma de Oaxaca a los neoyorkinos, Pineda considera que “un latino como un parisino también tiene un punto de vista y el arte es universal  dónde el común denominador  es la sensibilidad”.

“El arte no tiene fronteras ni tiempos”. Sobre esto Montes apunta que Oaxaca se refleja en las raíces y la formación de los do .

Egresado de la escuela de Bellas Artes  de la UABJO,  Ixrael reconoce en el japonés Shizanburo Takeda a su maestro y mentor.

“Las figuras de (Rufino) Tamayo y (Francisco) Toledo, son un gran factor para que esto se haya abierto y los ojos ahora estén puestos en Oaxaca”.

“Nuestra generación es una de las más ricas en cuanto  a artistas vigentes existen. Todos estamos, con una presencia muy  fuerte que se va consolidando”.

Montes se refiere a  talentos como Rosendo Pérez Pinacho, Fulgencio Lazo, Israel Nazario, Francisco Thompson y Rolando Rojas, los cuales continúan con una ascendente  trayectoria  y un posicionamiento que por lo menos les permite ya vivir dignamente de lo que hacen.

Matus  aborda entonces una de sus más arraigadas pasiones, “un lenguaje que le fascina”: la Gráfica.

“La gráfica siempre va a estar presente, es una obra original múltiple,  no es una copia como tal Se extiende más rápido que la pintura, puede llegar a muchos lugares”.  

Tomas habla de que el grafismo es la exigencia del dibujo, “el grabado es de lineas, independientemente que se hable agua fuerte, de agua tinta, de punta seca, o de litografía , la gráfica siempre será primordial”.

El artista señala que la futura exposición en Nueva York  vino precisamente de mostrar obra gráfica.

“La gráfica es un lenguaje diferente al de la pintura, el cual es mucho mas de pastas, de materia,  en cambio el grabado es un lenguaje más de intervención”.

“De herir la placa, trabajar la plancha madre para lograr ciertos efectos, texturas, cortes y líneas También es fascinante la litografía, el hecho de poner el lápiz encima de una piedra de la que salen cosas maravillosas”.

“El tuch, es la tinta o la aguada en la litografía, es una acuarela con ciertos valores tonales que enriquecen, hasta el punto  en que uno quisiera hacerlo en la pintura no se puede”.

“Hay diferencias entre el zinc, el cobre y el fierro. Todas tienen una composición diferente”.

“En la gráfica no hay límites,  si no reglas. Hay que hacer hacer y hacer, y si se rompe el papel , pues se rompió”.

Admirador del  renacentista Alberto Durero, Pineda reflexiona además sobre hasta qué punto la paleta de colores ha venido cambiando para los pintores oaxaqueños.

Cuestión sobre la que su compadre Montes, tiene una opinión. Recuerda a pintores como Francisco Villalobos y Luis  Zarate y su paleta de colores ocre y  tierra, reciclados directamente de la obra de Francisco Toledo.

Montes comenta que en su caso, evolucionó del uso de esos colores por las ganas de atreverse a usar colores cada vez más fuertes y fuera de lo convencional.

“Este cambio de colores  tiene que ver también con la frescura de las nueva generaciones, con sus grafitis. El 2006 fue un detonante para la gráfica, para chicos que asimilaron el conflicto para encontrar un nuevo estilo”.

Da gusto ver a tantos jóvenes apostándole a la gráfica, donde del uso de monocromatismo se van atreviendo cada vez más a experimentar con el color

“Antes, cuando yo empezaba, no podías conseguir siquiera un color rojo,  era solo un negro y con eso hacías tus pruebas”.

“Los jóvenes que apuestan a hacer una obra con un carácter propio siempre serán bienvenidos. Los que no, pues pobres cuates”.

Pineda sonríe y retorna de vuelta a comentar sobre el camino de la vacua y falsa ley de la oferta y la demanda.

“Son chavos que le apuestan a la pintura no por una vocación, sino porque creen que es una guía para tener dinero y ser famosos a costa de lo que sea. Colgándose de quien tengan que colgarse”.

“Y si quieren grafica, le dicen al impresor, hazme esto. No saben ni que chingaos se siente tocar el ácido”.

Por lo pronto, para Ixrael Montes y Tomas Pineda, con la intermediación de la galería oaxaqueña Alex Pint-Art, lo que viene, será tocar la Gran Manzana.

Foto: Malicia Jiménez Sánchez