Díaz fue un dictador, pero hay que celebrarlo: Masones de Oaxaca

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Con motivo del centésimo aniversario del fallecimiento del polémico soldado, presidente y dictador, Porfirio Díaz Mori , la logia masónica de Oaxaca anunció la celebración de distintos eventos que van desde conferencias, desfiles y la presentación del libro, Porfirio Díaz, ejemplo de vida, escrito y publicado por primera vez en 1908, por un autor anónimo (que presumen pudo ser el escritor y maestro Justo Sierra), dos años antes que una revolución armada desatada por el nepotismo del viejo caudillo, cobrara la vida de millones de mexicanos.

Adán Esperanza, integrante de la Logia oaxaqueña aceptó que Díaz si “fue un dictador” , pero que su figura histórica debe ser observada desde un claroscuro en el que se pondere también la modernización que sus tres décadas de gobierno trajo a México, al cual siempre fue su propósito pacificar, restaurar y renovar.

“El General era un negociador, primero platicaba contigo y trataba de convencerte con argumentos, ya después si esto no funcionaba se iba a afectarte en lo económico, y ya si esto tampoco surtía efecto pues te aplicaba el destierro o el entierro.”

En conferencia de prensa, Antonio Pérez Rueda aseguró que, el interés sobre la figura de Díaz va sobre todo enfocado a resaltar su papel como fundador de la Gran Logia Masónica de Oaxaca, declarándose un convencido, al igual que todos los masones, de que los restos del General sean repatriados de Paris a México, propósito para el cual comentó, que existen planes de ponerse de acuerdo con la logia masónica de Francia para pedir su apoyo en cuestiones de tramitología.

Se aseguró que los eventos de celebración del hombre que definió el termino porfiriato, son sufragados por los mismos miembros de la Logia, en acuerdo a un arraigado concepto de fraternidad, y destacó el reconocimiento que se le dará al ingeniero Ricardo Orozco, director del Centro de Estudios del Porfiriato.

Sobre la polémica, que Díaz renunció en vida a su calidad masónica para pronunciarse en 1880 católico hasta las cachas, los masones lo atribuyen al hecho de que su primera esposa (y sobrina) Delfina Ortega estaba muy enferma y deseaba recibir la extremaunción.

“Pero el venerable hermano Porfirio Díaz Mori nunca dejó de ser un masón.”

Finalizó Pérez Rueda sobre una celebración que, a los neoporfiristas debe tener de plácemes.