La piel ajena de Plinio Villagrán

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Vestimos la piel del desollado, concentrados en un ritual en el que nos la pasamos poniéndonos la piel del otro”.

Plinio Villagrán es artista gráfico y su concepción creativa evoluciona en encontrar conexiones estéticas entre estómagos de mulas cuyas cápsulas de heroína les terminaron explotando dentro, soñadas reinas de bellezas de concurso de comicidad involuntaria, y fotos de sonrientes empleados del mes de franquicias de comida rápida cuya materia prima es confeccionada por niños esclavizados en Tailandia.

Villagrán, guatemalteco de origen, llegó a Oaxaca en el 2009 gracias a una beca de residencia del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), donde por razones personales y sentimentales terminó por establecerse.

Crecido en el periodo entre el final de la Guerra Civil de su país (que se origina desde 1960), y los acuerdos de paz que se firman en 1996, Plinio recuerda las desapariciones forzadas, la violencia de estado, la inclemencia de su ciudad natal, Guatemala, “polarizada, racista y con serios problemas de impunidad“.

En Oaxaca, el artista se encontró con otro tipo de conflictividad social, pero con aperturas culturales y artísticas que han venido potenciar su quehacer profesional.

“Este exilio voluntario me ha otorgado nuevos pasajes para visualizar mi trabajo” considera Plinio quien durante sus años arquitectónicos universitarios formó con otros colegas el colectivo La Torana (elemento arquitectónico de la India) donde todos desarrollaban una idea y todos la ejecutaban.

“Al principio fue todo muy romántico” recuerda el pintor y grabador y cuenta que desde el 2008 el colectivo comenzó a trabajar en cosas más serias, directas y críticas.

Mirando al cielo, era el nombre del proyecto que hablaba sobre migraciones, con la elaboración de un mapa geográfico y conceptual que hacia la reflexión del fenómeno de la migración desde el punto de vista del que regresa, a través de una constelación de estrellas con esas imágenes de violencia, explotación y zozobra que caracteriza el viaje del ilegal centroamericano en su búsqueda del sueño americano.

Bienales de arte contemporáneo y exposiciones en España y Centroamérica tuvieron lugar para un colectivo que terminó de manera efímera y con cuyos integrantes Villagrán todavía tiene cierto contacto.

Estudioso del grabado en París y en la escuela de arte de La Esmeralda, con una beca que lo trajo por primera vez a trabajar a México en el 2006, Plinio asegura que actualmente está incursionando en el terreno del video.

Encontrándose en este momento concentrado en Trópicos, reflexión sobre el territorio, la movilidad y la discontinuidad de la historia, donde gusta de trabajar con la imagen y recolectar los pedazos de esa historia que en su país se le mostró fragmentada desde niño.

Hijo de un doctor que estudió medicina como un deber familiar, pero que en realidad quería ser soldado, Plinio ve a los fragmentos como entes irresueltos e insolutos. Como una oportunidad para la contraposición de imágenes de guerras internas y masivas.

Con la estética como un planteamiento filosófico relacionado con las convenciones de los fenómenos históricos y artísticos, con conexiones entre la muerte y el sexo, utilizando y mezclando recursos como imágenes de películas e ilustraciones de atlas de medicina o de manuales de necropsias (con lo que creció desde su niñez) para dar por resultado un aproximado al génesis de la orfandad humana.

La mala foto, la imagen fea, esa relación entre estómagos que explotan y empleados del mes. En donde Plinio afirma que se ha ido introduciendo poco a poco en una biblioteca de la imagen, en la cual se puede terminar llegando a extremos inimaginables.

“La muerte está en cualquier elemento” menciona Plinio solo para tocar su camisa de marca y explicar cómo esta seguramente está fabricada con horas de trabajo y explotación de decenas de seres humanos.

“Perecedero es el ser humano y aquello que su mano fabrica” comparte un artista que no se guarda nada y que estimula todo el tiempo esa obsesión que concentra y sublima en su trabajo.