¿Y los trabajadores?

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En meses recientes, Estados Unidos ha tenido una escasez de trabajadores. Falta personal en fábricas, en cocinas, de limpieza, en oficinas, repartidores, etcétera. Hay diversas teorías de dónde están esos trabajadores faltantes, y probablemente todas tengan algo de ciertas, pero es difícil estimar qué tanto pesa cada una y cómo están interrelacionadas.

A pesar de que cada mes se contratan cientos de miles de trabajadores, muchos sectores todavía no se han recuperado (otros sí). Parecería que muchos de los nuevos trabajos se pierden o abandonan en poco tiempo.

Por supuesto, el más de un millón de muertes oficiales -más otro cuarto de millón de muertes en exceso- han afectado a la fuerza laboral. La mayoría de las muertes fueron en mayores de 65, pero esto no implica que no hayan tenido profundas implicaciones en el resto de la fuerza laboral. Por un lado, muchos mayores de 65 trabajan. Por otro lado, muchos otros ayudan a que otros trabajen, por ejemplo, con el cuidado de pequeños.

Tal vez el factor más relevante en la falta de trabajadores sea el Covid persistente (long Covid). Se estima que cuatro millones de trabajadores de tiempo completo están sin trabajo debido a esta condición. Esto equivale al 2.4% de la población trabajadora de EU.

Algo más difícil de medir es el número de personas que han adquirido depresión o fobias debido a la pandemia. Primero, porque muchos ya las tenían. Segundo, porque muchos se han acomodado a trabajar de manera remota. El estar meses aislados ha tenido impactos en la salud mental que algunos creen que son más graves que la salud que se “ganó” con todas las medidas preventivas. Esto no sólo es comparar peras con manzanas, sino que es difícil estimar con precisión el qué hubiese pasado -aunque sí se pueden comparar los saldos de países que tomaron más o menos medidas preventivas.

Otro factor que sería conveniente considerar es el de la gente sin techo. Hay más de medio millón en Estados Unidos, por diversos motivos. La desigualdad es tal, que en muchas ciudades es común que la gente con trabajo no gane lo suficiente como para poder pagar una renta. Al parecer el número de gente sin techo no aumentó demasiado con la pandemia, pero su condición precaria ciertamente se agravó.

Otro efecto del aspiracionismo que se promueve en EU es que la mayoría de los ciudadanos vivirán en una constante insatisfacción. Al parecer, muchos han elegido dejar de correr esta carrera de hámsters, en lo que se ha llamado la “renuncia silenciosa” (quiet quitting): Esto tampoco es nuevo, pero se ha exacerbado con la pandemia.

Tradicionalmente, jóvenes de clases media y alta salían de su casa para estudiar en otra ciudad, tal vez ayudándose con trabajos de medio tiempo. Con la pandemia, los jóvenes tuvieron que regresar a casa de sus padres. ¿Cuántos se habrán acostumbrado a esta “comodidad” y decidieron continuar este estilo de vida hasta ahora? Sólo podríamos especular. Algo que sí podemos decir es que la pandemia ha transformado el tejido social y todavía no sabemos qué nuevo patrón se organizará.

Si no hay suficientes trabajadores, ¿qué se puede hacer? ¿Migrantes? En los 1960, Europa tenía una situación similar. Invitaron migrantes de países musulmanes, pero muchos no se han adaptado todavía (ni nietos de nativos ni nietos de migrantes).

Japón ha puesto más obstáculos para recibir migrantes, aunque los necesitan. Han buscado soluciones en la automatización, pero los robots no resuelven todo.

En Estados Unidos, ya se admiten millones de migrantes para otros trabajos de baja paga y alto esfuerzo. Su integración ha sido muy complicada. Para eso existe el outsourcing: mandemos call centers a India, manufactura a México. Pero hay trabajos que se tienen que realizar de manera presencial (con la pandemia quedó claro cuáles).

¿Será una oportunidad para México? Exportar más migrantes no es sostenible. Y simplemente teniendo más dinero en México no se resolverán todos los problemas que aquejan al país.

Debería de ser prioritario hacer un estudio detallado sobre los efectos a largo plazo de la pandemia en México, en el aspecto laboral, social, económico y de salud (física y mental). Sólo con esta información podremos planear las mejores maneras de recuperar lo perdido y enfrentar todas las complicaciones que nos faltan.