Excélsior
Destacó que, por lo pronto en noviembre, los precios de productos agrícolas incrementaron 10 por ciento, “en momentos en los que hay una estrepitosa caída del mercado laboral y poder adquisitivo en los hogares, lo que provocó una baja en el consumo privado del 30 por ciento”.
De esta forma, el dirigente campesino puso en duda las “declaraciones triunfalistas” del secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, y del subsecretario Víctor Suárez, quienes aseguran que la producción agroalimentaria será suficiente para satisfacer la demanda interna.
Estimaciones apuntan a que las afectaciones por lluvias irregulares en Durango serán mayores, con un pronóstico de producción de frijol de 45 mil a 50 mil toneladas y un potencial de rendimiento de 450 a 500 Kilogramos por hectárea, incluso algunos productores hablan de 300 a 400 kilogramos por hectárea”, explicó.
Detalló que esto causará alzas en el frijol, pues el precio de garantía de 14.50 pesos por kilogramo, ya quedó corto por el aumento de precios en los insumos de producción.
Por otra parte, dijo que Guanajuato vive una de las peores sequías de los últimos años con pérdidas en cultivos de granos básicos de temporal como maíz, sorgo y frijol.
Indicó que los industriales de la masa y la tortilla argumentan que las alzas en los precios de sus insumos (maíz, harina de maíz, gas) crecieron y por lo menos tendrían que elevar un peso el kilogramo.
El dirigente de ALCANO agregó que los pequeños y medianos productores de granos se quedaron sin apoyos productivos y son presa de los intermediarios o “coyotes” ante la imposibilidad de que Segalmex les compre sus cosechas.
Comentó que la reducción en el Presupuesto asignado a la Secretaría de Agricultura propició la desaparición de más de 17 programas de apoyo productivo y para el 2021 desaparecen los siguientes programas: Crédito Ganadero a la Palabra, Desarrollo Rural, Vinculación productiva, Fomento de la Ganadería y Normalización de la Calidad de Productos Pecuarios.
Asimismo no se contemplan recursos para Agroasemex ni para la Financiera Nacional de Desarrollo (FND), con lo que se elimina por completo el apoyo al sector agropecuario vía recursos fiscales para la Banca de Desarrollo, en materia de financiamiento y seguros.