Las sonrisas y los fanáticos de Elena Poniatowska

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“Tlatelolco era un enclave muy aislado, después de siete cuadras ya nadie sabía lo que estaba sucediendo. Una señora, Margarita Nolasco, salió a la calle, tomó un taxi y comenzó a gritar, ¡están masacrando a los muchachos! El taxista le dijo que si no bajaba el vidrio del coche, el mismo la bajaba en la esquina”.

Elena Poniatowska tiene 84 años y cuenta anécdotas como nadie.  Está en una conferencia de prensa previa a su participación en la FILO 2015 de Oaxaca y responde a la pregunta sobre qué similitudes o diferencias encuentra entre el movimiento estudiantil de 1968 que acabó en masacre, y el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Guerrero que terminó en lo mismo. 

“En el 68 no había un conocimiento de la gente del movimiento, los estudiantes eran estudiantes nunca convencieron ni a los obreros ni a los campesinos”. 

Hoy Poniatowska mira a un México con libertad de expresión, pero “en el que no se oye nada”, en el que  hay muy poca reacción con el Chapo Guzmán haciendo un túnel en una cárcel de máxima seguridad, sin que nadie se haya enterado de nada. 

Debido al caso Ayotzinapa llama a Guerrero un “estado narcotizado. En manos de un gobernador, Ángel Aguirre, que pretendía dejar a su hijo de gobernador”.

No queda claro si la escritora y periodista sabe que hoy el gobernador ya no es Aguirre , como lo era al momento de la desaparición forzada de los 43 estudiantes , sino el interino Rogelio Ortega Martínez , quien en unos días será sustituido por el priista recién electo Héctor Astudillo Flores. 

Le preguntan si ha sufrido de censura en sus intervenciones en Televisa. Más allá del bien y el mal, Poniatowska responde que nunca le han pagado tan bien como en sus colaboraciones en las capsulas editoriales de “En la opinión de” del noticiero nocturno de Joaquín López Doriga.  

Cuenta que desde hace cinco meses no se para por ahí pues lo dejó muy molestos con una de sus últimas intervenciones donde dijo que Televisa había impuesto como primera dama “a una vedette, que ni es vedette porque ni baila”. 

La entrevistada recuerda que siempre López Doriga la despedía con un “muchas gracias, Elenita”, pero que en la capsula de la “vedette primera dama”, al final ya ni le dijo nada. 

¿Cuál es su opinión sobre López Doriga y los señalamientos que lo califican de corrupto y extorsionador?

Poniatowska sonríe, “nada mas no me gusta que se peina demasiado” La escritora ríe con su propia ocurrencia y el reportero, que buscaba una respuesta clara y polémica de su parte, ríe con ella.

No es muy diferente con el resto de las y los reporteros, aquello más que una conferencia parece un coro de fans. Elena recuerda que en 1953, cuando ella empezó en el periodismo no se hacían reportajes, que aquel era un  México en el que  no se hablaba de la pobreza, pero si se explotaban sus consecuencias en la nota roja. 

“Hoy el efecto de la libertad de  expresión si se ha expresado en la sociedad porque la gente escribe, protesta”. 

Cuenta que como reportera empezó en sociales y la mandaban a cubrir las bodas. Recuerda a la periodista Ana Cecilia Treviño como aquella que empezó por separar a la cultura de la página de sociales, pues entonces para el periodismo las dos cosas eran sinónimos. 

De la literatura y el periodismo comenta que nos las conjuga. “Yo sólo escribo, aunque ya por mi edad no me puedo estar trepando en todos lados”.

“En México ya no es necesario hacer novelas, pues con la pura realidad se pueden hacer textos a la altura de Shakespeare”. 

Se toca el tema de su apoyo al dos veces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador , quien ya anunció que va por la tercera, y del reportero que se lo pregunta acusa que hace sus cuestionamientos como una metralleta. 

“Mi apoyo a él data desde el 2006,  fue a mi casa y me dijo que me invitaba a participar con él  para que lo apoyara. Yo creo que había leído La Noche de Tlatelolco o algo así”.

“Lo voy a seguir apoyando, ¿Por qué si no, a quién? Ustedes díganme ¿a quién?”

¿Usted cree entonces que Obrador sería un buen presidente para México? 

Poniatowska insiste al reportero que sus preguntas son metralla, y responde con un “¿y yo como voy a saber?”

Después habla de los gobernadores actuales a los que considera un asco. “Javier Duarte, de Veracruz, Rafael Moreno Valle de Puebla, y el de Acapulco, Aguirre, también es un asco”. 

La duda queda despejada, la octogenaria escritora piensa que Ángel Aguirre sigue siendo gobernador de Guerrero, pero entre tanto fan, nadie la saca de su error. 

“Y ese que tiene nombre de culo y se apellida Cué”

Todas y todos los reporteros oaxqueños ríen, Poniatowska les pide que no lo publiquen, pero el comentario está hecho. 

Y después habla de más personajes y más historias, de su tía Guadalupe Amor, de la lucha de Demetrio Vallejo, de cuando conoció a Francisco Toledo y este se hacía llamar Benjamín López, de lo bien que la hizo sentir el llevar a sus diez nietos al  momento de recoger el premio Príncipe de Asturias.

Y después vienen las fotos con las reporteras, con los reporteros,  a las que les ha dicho que hoy más que nunca las mujeres están rompiendo barreras en el periodismo. Y un reportero llega tarde y le pregunta a sus compañeros porque nadie le preguntó a Poniatowska sobre su cercanía intelectual con el sexenio ferozmente priista de Carlos Salinas de Gortari. 

En ese momento Elena Poniatowska Amor se está tomando sonriente la foto del recuerdo con tres reporteras que sonríen incluso más que ella. La respuesta a la pregunta ha quedado más que clara.