UABJO, peleas en el lodo

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Es claro que uno de los problemas centrales en Oaxaca es el educativo. Y en todos los niveles. La depauperación que el magisterio ha hecho de la educación básica, el abandonó infame de los gobiernos estatal y federal, ven cerrado el círculo con lo que el porrismo, clanes familiares y sindicatos hacen con nuestra màxima casa de estudios.

La más reciente jornada de desestabilización y violencia en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) se presenta en Enfermería, que no es sino el símbolo de degradación a la que ha llegado la política universitaria. Porque la disputa no es entre dos proyectos académicos, !vamos!, ni siquiera entre uno académico y otro porril. No. Ahí la pelea es entre dos grupos de poder que como sanguijuelas viven de sangrar a nuestra alma mater.

Es preciso recordar que Enfermería se convirtió en el bastión de la fracción del STAUO liderada por Enrique Para y Corazón Saavedra. Manejado de forma patrimonial lo convirtieron en su feudo personal.. Incluso expulsaron a todos los maestros afiliados al sindicato antagónico, SUMA.

Una afrenta demasiado abierta que no podía tolerar el caciquil grupo en el poder universitario: la familia Martínez Helmes.

RECAPITULEMOS. En la UABJO cada sindicato ha impuesto su cacique. El malogrado Nahúm Carreño fue el poder tras el trono con el STAUO. Tras su asesinato quien tomó las riendas fue su esposa Leticia Mendoza Toro. Ambos habían cortado las aspiraciones del ladino Abraham Martínez Alavés de perpetuarse en el poder.

Pero este regresó por sus fueros. Fundó SUMA. Con Francisco Martínez Neri enfrentó a Leticia Mendoza y, pese a los grupos de choque de ésta y el apoyo que le diera el exgobernador José Murat’ la venció. Pero pronto se dio la ruptura con el ahora diputado federal. Para la siguiente elección necesitaba a un incondicional manipulable, Martínez Alavés lo encontró en el frívolo Rafael Torres Valdés. Para alcanzar el triunfo no dudó en pactar con su enemiga histórica, Leticia Mendoza. La búsqueda del poder por el poder.

Ya antes había mostrado su ambicion al imponer a uno de los principales porros como director de la Facultad de Derecho, Jesús Villavicencio. Y tanto a Neri como a Torres Valdés les impuso como secretario particular al “orgullo de su nepotismo” (López Portillo dixit): Abraham Martínez Helmes. En esa historia ha estado presente el uso de porros por todos los grupos. Pendiente sigue la agresión a Ixtli Martínez, periodista herida de bala por uno de los personeros de Martínez Alavés.

Mientras en la otrora principal mafia universitaria, el STAUO, las pugnas internas provocaron rupturas. Por un lado Leticia Mendoza, aliada ahora con Martínez Alavés. Por otra, víctor …. Y Enrique Para. Luego se daría una más con Enrique Martínez y Martínez.

En ese rejuego el STAUO perdió rectoría y, basado en el uso indiscriminado de recursos y fuerzas perfiles, Eduardo Martínez Helmes se convirtió en rector. Enrique Martínez al ostracismo. Y Enrique Lara y Corazón Saavedra se refugiaron en Enfermería.

Esos son los orígenes de una escalada de violencia. Las acusaciones de la injerencia de porros, de prácticas de corrupción, hostigamiento a maestros, trabajadores y alumnos, son ciertas. Ambos grupos tienen razón, pues ambos las practican. Las marchas de STAUO y SUMA, las auto tomas de edificios, rectoría incluidos, son lucha por cotos y espacios.

Ese es el círculo vicioso en que está inmersa la UABJO. Y en el panorama asoma la adelantada lucha sucesoria por la rectoría en 2016. Y también la ambición de Martínez Helmes por trascender a la política estatal, para lo cual coquetea con partidos y se reúne con los probables candidatos a la gubernativa con la esperanza en convertirse en uno de ellos. la academia y los estudiantes? Qué importan?