En el pasado, el cuestionamiento del estado en contra de la sección 22 se topaba no solo con la poderosa y disciplinada base magisterial; también se las tenía que ver con amplias capas sociales, sobre todo de corte popular, que apoyaban con todo la causa de los mentores. Por el contrario, hoy los cuestionamientos y denuncias en contra de las cúpulas del magisterio, son bienvenidas por la mayor parte de la población y gran parte de los mismo maestros que perciben con claridad el peligro que entraña el paro indefinido y el boicot electoral en un escenario adverso. Está en riesgo la integridad del movimiento sindical; la catástrofe puede ser inminente si no hay reconsideración de fondo sobre esas decisiones.
