Ley de la selva en pleno Andador Turístico: Oscar Sandoval

0
215

“No puede ser que en pleno Andador Turístico de la ciudad haya esta ley de la selva, en donde todo el mundo tiene el campo de acción suficiente para hacer lo que quiera.”

Oscar Jesús García Sandoval, psicólogo, poeta y promotor cultural publicado en el compendio poético chileno Antología del metalenguaje, y la antología chilanga Poesía y trayecto, no le encuentra lo poético a la golpiza que cinco empleados del Bar Desestresse le acomodaron la madrugada del domingo a las tres de la mañana.

“Veníamos de haber visto la pelea Pacquiao- Mayweather del bar el Espino, habíamos bebido pero veníamos bien. Veníamos caminando sobre la calle de Alcalá, pasamos de largo por el Desestresse cuando diez metros después nos dimos cuenta de que unos tipos venían sobre nosotros, mis amigos corrieron, pero a mí fue al que alcanzaron.”

Sandoval fue golpeado por miembros de seguridad y meseros del bar.

“Cinco personas se vinieron sobre mí, me patearon, y me empezaron a golpear en la cabeza con la hebilla de sus cinturones, en la cara y en el cuerpo.”

El poeta cuenta que antes de eso trato de correr, pero que su mala suerte lo llevo a resbalar, y a caer al suelo, donde fue tundido al grito de “¡no te pases de verga!”

“Me acusaban de haber tirado unas motos que estaban frente al bar. Yo solo decía que no había hecho nada, pero ellos me siguieron pegando.”

Oscar muestra en fotos y en persona las secuelas de la golpiza, los moretones en la cabeza, casi a la altura de la nuca, y la inflamación en la boca que le dejó una patada que también hizo impacto a unos centímetros de su ojo.

“Ayer que pase por ahí, vi a uno de los que me golpeo trabajando ahí, como si nada”

Sandoval asegura que ni él ni sus amigos tiraron las motos que fueron pretexto para la tranquiza, y que a sus cinco agresores los identifica como empleados del Desestresse porque vestían uniformes y delantales de trabajo del lugar.

El poeta relata que la andanada de patadas y hebillazos duro espacio de tres minutos.

“Llegaron elementos de la policía municipal, los cuales solo hicieron que mis agresores pararan de golpearme y se fueran. Luego los municipales me dijeron que lo mejor que podía hacer era irme porque me podían acusar de robo y me podía ir peor.”

“Por auxilio recibí una amenaza, ni siquiera llamaron a las asistencias médicas.”

Oscar Sandoval, como es conocido en los talleres de escritura que toma en la Biblioteca Henestrosa, afirma no conoce personalmente ni sabe los nombres de sus agresores.

“No tengo ningún tipo de relación con ninguno de ellos.”

El psicólogo menciona haber hablado con una persona de Desestresse que se identificó como Víctor y administrador del bar.

“Reconoció que fueron sus empleados pero deslindó a Desestresse de lo que pasó.”

“Dijo que aunque fueron sus empleados el bar ya no tiene nada que ver, porque la golpiza me la dieron afuera y no adentro.”

Kafkiana explicación que lleva a Sandoval a reflexionar sobre lo preocupante que resulta que ya cualquiera te pueda golpear en esta ciudad a la hora y en el modo en el que se le dé la gana.

“Que ya no tengas la posibilidad de caminar libremente porque a unos tipos se les ocurre agarrarte a trancazos nada más porque podían.”

Oscar puso una denuncia por lesiones en el Ministerio Público, la cual, le informaron cuatro días después que todavía no ha sido remitida al área de Oficialía de Partes en Ciudad Judicial.

“Lo que me paso es un llamado hacia los empresarios y hacia el personal que contratan. Deben estar atentos a qué clase de personas son.”

Sandoval pide que las autoridades pongan cartas en el asunto y que sean más estrictos con su reglamentación a los bares.

Considera que revisando las cámaras de seguridad de la Secretaría de Seguridad Pública, se podría demostrar la culpabilidad de los tipos que lo golpearon

“Lo mío no es dañar al empresario de Desestresse, ni siquiera lo conozco, no me interesa eso. Lo que me interesa es que en esta época en el que hay tanta violencia y el estado de derecho parece nulo, realmente se cumpla la ley.”

Porque la ley de la selva, esa se cumple todo el tiempo.