Para el presidente consejero de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Arturo Peimbert Calvo, aun falta voluntad a nivel institucional para adoptar criterios de derechos humanos, lo que se contrapone con el avance que se tiene en esta materia a nivel constitucional y estatal.
Al estar presentes en los trabajos del Conversatorio “Avances y pendientes en la implementación de la Reforma Constitucional de Derechos Humanos en Oaxaca”, el ombudsman oaxaqueño refirió que este nulo avance es una combinación entre la falta de voluntad política institucional y “las letras chiquitas” de este nuevo contrato social que se ha firmado.
Comentó que suena muy interesante y atractivo el avance de este contrato, aunque se refleja “en las letras grandes”, en las pequeñas no se avanza.
Ante ello dijo se corre el riesgo que el discursos público y constitucional se convierta en demagogia al no poder ser éste asequible para la ciudanía…
“Lo que necesita la ciudadanía es oler, vivir y sentir los derechos humanos y que no solo se quede en el conocimiento de los doctos del derecho.”
Peimbert Calvo señaló que en Oaxaca se ha avanzado en materia de derechos humanos y sobre todo en el “las letras grandes y en la chiquitas se sigue estancado…”
¿Qué tanto?
-Mucho… el tema del presupuesto queda es uno que queda en tela de juicio, la autonomía de los órganos públicos, cuando no se aplica el principio proporcionalidad o lo relativo de la autonomía cuando una secretaría de finanzas sigue decidiendo sobre el futuro administrativo y económico de órgano autónomo, ahí ésta el ejemplo de “las letras chiquitas”.
También están todos los reglamentos, códigos, parte adjetiva de la Ley no está minimizado en términos de la reforma constitucional, señaló.