Oaxaca necesita un cambio efectivo: Jacobo Alejandro Domínguez G.

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El Doctor en Derecho, Jacobo Alejandro Domínguez Gudini, señaló que Oaxaca necesita un cambio efectivo, toda vez que funciona como si fuera un sistema solar de grupos que orbitan a partir de diferentes intereses que pueden cambiar las administraciones y todas las cosas seguir igual.

Durante una entrevista el profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México; de la Universidad Veracruzana; y, también de la Benemérita Universidad Oaxaca, habló sobre temas políticos, elecciones, oposición y una parte de su vida.

Durante las elecciones del 5 de junio el Doctor en Derecho, Jacobo Alejandro Domínguez Gudini, fue entrevistado.

El catedrático fue abordado sobre la coyuntura política actual, la participación de los jóvenes y sus expectativas, o quizá la falta de ellas, así como de los conceptos de poder, política, educación, entre otros temas; lo primero es que preparé una breve introducción.

Alejandro Domínguez fue cuestionado sobre los cambios después de la pandemia en el ejercicio político, quien aseguró que se han cumplido algunas profecías.

“Una de ellas es la de la biopolítica de Michel Foucault, es decir, todos esos planteamientos en los ochentas eran teóricos, relacionados con el control de los cuerpos para a partir de ahí controlar las mentes, que Foucault desarrolla esa teoría a partir de diferentes obras pero basada en el concepto de verdad, en el concepto de conocimiento, en el concepto de que desde el poder se despliega, digamos, lo que existe, lo que es verdad y que él adapta en un indicio a la idea de la salud mental, ese es el primer Foucault que después va desarrollando relacionado con el tema de la sexualidad que a él le dedica mucho tiempo eso”, señaló.

El Foucault con el que yo me quedo es el que habla del poder, y entonces vemos que ha cambiado el concepto de poder a partir de la pandemia; dijo.

Por otro lado, comentó que el concepto de poder se ha desplazado, ha cambiado de manos, ahora tenemos una sociedad estática, pero que desde su falta de movimiento se manifiesta, porque ahora la política si antes se hacía en las redes, había una conexidad entre la movilidad política de redes y la movilidad política física, es decir, en la plaza virtual era una plaza pública, ahora la plaza pública se extinguió y lo que tenemos es el traslado de toda la movilidad política a las redes, a los códigos etc; por eso el hombre que dice que va a comprar Twitter.

Así mismo abordó diversos temas sobre los candidatos a la gubernatura, la juventud en el ámbito político y su planteamiento en el Panel “Combate a la Corrupción y Administración Pública”, mismo al que no pudo asistir.

Acá la entrevista:

¿Cómo llego usted a cultivar esos valores, esas virtudes?

Muchas gracias por regalarme también tu tiempo, que es, decía Franklin, que “El tiempo es la materia prima de lo que está hecha la vida”, entonces, un poco es un regalo muy generoso el que compartes conmigo, y todos los que nos ven de igual manera así lo hacen, yo creo que yo sigo en el proceso de formación, de construcción, de deconstrucción de aquellas cosas que no funcionan, porque los seres humanos somos seres inacabados; es decir, hay una parte que nos está dada genéticamente, biológicamente; y hay otra parte que uno mismo se va construyendo, que uno mismo se puede ir formando o deformando; entonces, yo no creo tener esas cualidades que veía Tomás Moro en su maestro, sino por el contrario, soy solo un hombre en la búsqueda justamente de encontrarse consigo mismo, así es como yo podría, así es como yo me veo casi todos los días.

El pasado 20 de mayo lamentablemente no pudo asistir al Panel “Combate a la Corrupción y Administración Pública”, celebrado en la Benemérita Universidad de Oaxaca, en donde estuvo también el Dr. Alejandro Toledo Utrera.

Sobre la corrupción, en su libro “20 Tesis de Política”, Enrique Dussel dice que “La corrupción de lo político es doble: del gobernante que se cree sede soberana del poder y de la comunidad política que se lo permite”.

¿Usted qué opina? Y si nos puede dar un poco del contenido que usted iba a plantear en el Panel.

Si, muchas gracias, no pude llegar por cuestiones logísticas y más para compartir con Alejandro Toledo, que yo fui su sinodal en el examen doctoral, es una persona que yo estimo mucho y no pudimos coincidir temporalmente, pero en ideas tenemos algunas ideas similares.

Quiero empezar diciendo que el poder implica privilegio por su propia naturaleza, es decir, no hay un poder que sea, digamos, un poder que sea neutral o un poder que sea franciscano, o un poder que sea austero; el poder por su naturaleza representa un privilegio, sino, no lo buscarían, ¿me explico? Ya algunos autores nos advierten que la naturaleza del poder tiene que ver con su teleología, eso es otra cosa, que tú quieras el poder para hacer el bien es distinto, el poder en sí mismo implica privilegio, porque implica lo que los romanos llamarían un “dominus”, es decir, una autoridad sobre alguien, entonces, los privilegios pueden usarse de diferente manera y la corrupción en cualquiera de sus dimensiones es el uso incorrecto del privilegio de mandar, entonces, esto es muy importante porque siempre nos vamos a encontrar en mayor o menor medida con personas, con grupos, con clases que eventualmente hagan mal uso de ese privilegio.

Y por privilegio me refiero a todo, me refiero al privilegio de la inteligencia, es decir, es un acto de corrupción que yo sepa algo y que lo use en mi beneficio y no lo socialice, es acto de corrupción también que yo tenga una ventaja sobre otro y la utilice en mi beneficio, es decir, la corrupción no es estrictamente un fenómeno político, de hecho el término corrupción no viene del lenguaje político, viene del lenguaje religioso y nosotros nos vamos a encontrar lo “corrupto” como aquello, fíjate es un tema de temporalidad, como aquello que pasa de lo verde a lo podrido, es decir, que nunca fue susceptible de haber madurado, entonces, ese es el concepto, el privilegio que finalmente cae en un estado de putrefacción, vamos a encontrar en todas las sociedades, y hay diferentes fórmulas de medirlo, hay diferentes vacunas relacionadas con eso, pero la parte que a mí me parece más interesante es verlo, verlo con evidente claridad y ver cómo estamos rodeados de seres privilegiados y que, hacia el privilegio hay que tener una actitud de autogobierno y el autogobierno nos va a prevenir de hacer algunas cosas.

Paulo Freire, en su “Pedagogía de los Sueños Posibles”, dice que “la educación es, simultáneamente, una teoría del conocimiento puesta en práctica, un acto político y un acto estético. Estas tres dimensiones van siempre juntas, son momentos simultáneos de teoría y práctica, de arte y política”.

¿Según su experiencia docente en qué sentido la educación se convierte en un acto político y simultáneamente en un acto estético, como dice Paulo Freire? 

Bueno, la educación es un acto instrumental, es decir, me va a capacitar para utilizar una herramienta ¿sí?, y va a ser la axiología que yo le dé a la herramienta lo que va a tener un contenido ético, estético, trascendente y todo aquello de lo que habla Paulo Freire, pero no es la educación en sí misma sino el uso que yo voy a hacer de ese conocimiento, en mi opinión, yo no soy tan optimista como freire, yo no creo que el ser humano por el simple hecho de ser sometido a procesos de educación gana bondad, a mí me parece que puede ganarla o puede no ganarla, entonces, la educación es un elemento de naturaleza instrumental, la parte ética está modulada por otras variables, claro que es muy deseable que la educación llegue al mayor número de sujetos para que amplíen sus fronteras de comprensión y eventualmente amplíen sus fronteras éticas y estéticas, pero no es automático, es decir, no es una receta en mi opinión el que subas el nivel de educación y subas el nivel de bondad en las sociedades, eso a mí me parece, soy un pesimista, discúlpame, pero a mí me parece que eso no funciona del todo así.

Existe la opinión generalizada de que la juventud no se interesa lo suficiente por la política, ¿percibe usted esa tendencia en sus alumnos?

Yo noto que la juventud, mis alumnos, no son la juventud, solo son parte de la juventud, por lo tanto es y además es una parte muy privilegiada, en un país donde 8 de cada 10 personas tienen algún tipo de pobreza, mis alumnos son una parte muy privilegiada de ese universo que vamos a llamar juventud, son una elite de eso que vamos a llamar la curva demográfica de los jóvenes, todos mis alumnos tienen tres comidas al día; todos mis alumnos tienen aparatos electrónicos, entonces eso contrasta con las estadísticas de lo que es el resto de mi país y el resto de América Latina; entonces, yo lo que veo en mis alumnos, tomada la proporción, es una profunda decepción, es decir, ellos están sumamente angustiados frente al futuro, porque ven que no hay llaves para abrir nuevos espacios de oportunidades, que la promesa de que una educación sólida y una meritocracia los podía llevar a tener tranquilidades es una promesa que no se está cumpliendo, entonces, yo veo almas, si me permiten el sentido tomista del término, sumamente angustiadas; entonces, yo lo único que trato es de decirles, es una contradicción porque yo soy un pesimista, pero trato de decirles que no pierdan la esperanza y que en el estudio al menos van a encontrar ciertas instrumentos de paz interior y que eso es importante y que eso los debe mantener en una búsqueda permanente y eso va a liberarlos un poco, o al menos eso creo, de esas angustias exteriores, entonces eso es lo que yo creo.

No tenemos una juventud que no participa porque no quiere participar, porque es apática, eso es una trivialidad, ese es un punto de partida poco razonable, es una juventud, es un segmento poblacional que se está dándose cuenta que la meritocracia que le prometieron no es cierta y entonces estamos ante seres decepcionados y tienen toda la razón de estarlo.

Las últimas encuestas de las elecciones aquí en Oaxaca muestran que Salomón Jara tiene una clara ventaja sobre los demás candidatos y candidatas, con esta lectura de las preferencias electorales, ¿podríamos decir que los jóvenes se van a decepcionar más porque no hay un candidato que les proporcione una alternativa distinta a la que la mayoría aparentemente prefiere?

El problema político reviste dos variables, desde mi óptica, uno es el problema de la representación y otro es el problema de la teleología, a ver si lo puedo explicar con mediana claridad.

La representación significa que quien ejerce el poder tiene una parte de mí, es decir, que yo me siento representado a partir de su ejercicio del poder y eso le va a dar lo que los autores clásicos y modernos llamaran legitimidad, es decir, que me representa, y para llegar a esa representación hay diferentes fórmulas y una de ellas es el mandato representativo, es decir, yo quiero que equis candidato gane porque va hacer algo, tiene un mandato, yo no puedo distinguir con claridad, no soy oaxaqueño, cuál es el mandato que él tiene, y de ahí vamos a la siguiente pregunta la teleología, ¿para qué quiere el poder? Tampoco puedo distinguir para que lo quiere; tampoco puedo distinguir si para lo que lo quiere va a solucionar digamos la crisis política, social, económica que vive Oaxaca y eso es muy importante; es decir, la alternancia no significa transición, puede haber alternancia y puede no haber transición, un poco la Lampedusa lo advertía con claridad y decía, El gatopardo, que vamos a cambiar para que todo siga igual, eso es exactamente lo que no tiene que ocurrir en estos procesos políticos.

No tengo mayores datos para poderme pronunciar sobre la perspectiva de un candidato, pero yo pienso que en la medida que cumple ese mandato representativo y ese mandato axiológico, que pareciera un rollo muy rebuscado, pero en realidad no lo es, en esa medida vamos a tener un mejor ejercicio del poder.

¿Si usted fuera opositor a los candidatos que tienen mayor preferencia, en este caso, aparentemente son los de MORENA, qué estaría haciendo en este momento, además de darnos la entrevista?

¿Qué estaría haciendo si yo fuera un candidato opositor?, yo soy un opositor, de hecho, permanente, porque creo que la clase política mexicana no cumple el mandato representativo, a mí no me representan, yo no me siento identificado con lo que están haciendo ni tampoco me gusta el sentido axiológico de lo que están haciendo, no creo en los valores que están planteando, es más, no creo que lo que están planteando corresponde con lo que están haciendo, es decir, veo una brecha entre lo que dicen y lo que hacen; entonces, yo creo que lo que primero debe hacer cualquier oposición organizada es mostrarlo, es decir, mostrar justamente esa falta de congruencia para que la gente lo vea y después la gente pueda tener la posibilidad de decidir, la visibilización de un conflicto es, digamos, la primera parte de solución y la política es un conflicto.

¿Podríamos decir que hay más complicidad que oposición?

Lo que hay es un sistema que tiene sus propios pesos y contrapesos, en donde se alcanzan acuerdos. Oaxaca es un lugar que tiene mucho tiempo que funciona como si fuera un sistema solar de grupos que orbitan a partir de diferentes intereses que pueden cambiar las administraciones y todas las cosas seguir igual, entonces, precisamente lo que se necesita es que haya un cambio efectivo en cuanto a eso, quien mejor explicaría ese fenómeno político oaxaqueño seria Galileo, entonces Galileo diría, hay que rivolvere, es decir, poner la mesa de cabeza justamente para que haya una nueva conformación de las fuerzas políticas.

Al respecto, es la primera vez que en Oaxaca existen dos candidatos indígenas independientes, propuestos y avalados por comunidades igualmente indígenas. ¿qué lectura le merece ese fenómeno tan exclusivo de Oaxaca?

Me parece interesante que haya condiciones de competencia, es decir, que desde minorías puedan postular candidatos, la pregunta es que si esas minorías tienen la respuesta a los problemas de la mayorías, si nuestro problema político es un problema que las minorías pueden solucionar, hay dos posibles respuestas, Obama, por ejemplo, dice: yo tengo la solución como minoría de un problema de las mayorías, y sí lo tuvo, al menos en el discurso, al menos en ciertos rasgos del ejercicio del poder; por otro lado, hay otras minorías que dicen no, yo lo que voy hacer es actuar como una minoría desde el poder, con las mayorías, caso peruano por ejemplo, y este presidente que recorrió el país con un lápiz de plástico, lo que hace es llevar su planteamiento ideológico minoritario y con eso gobernar a las mayorías; entonces eso me parece una respuesta equivocada, depende de cómo va a usarse ese poder para saber cuáles son los resultados que vamos a tener.

Suponiendo que en las próximas elecciones sucediera un fraude en cualquiera de los Estados en los que están en disputa las gubernaturas, ¿habrá desorden? O retomando las palabras de Goethe: “prefiero la injusticia al desorden”, ¿la sociedad mexicana preferiría la injusticia o desembocaría en un desorden?

La sociedad mexicana ha tenido injusticias y ha tenido desordenes, ha tenido las dos cosas, ya tuvimos un plantón en el palacio nacional, en algún momento, larguísimo, financiado con recursos del Estado, en este caso en la Ciudad de México, hemos tenido fraudes electorales, no solo estoy hablando del ochenta y ocho, estoy hablando de las elecciones de Vasconcelos, por ejemplo, un ilustre oaxaqueño que gano la elección, hemos tenido ambas cosas, hemos tenido fraudes y hemos tenido desordenes, yo lo que creo es que lo que es preferible es que las cosas funcionen bien, o sea, que encontremos la manera de que las cosas funcionen bien y de que exista algún tipo de control democrático para que las cosas mejoren, y no tengamos que escoger como dijera el profesor Atienza, un caso trágico, y cualquier de las dos opciones que escojas va a vulnerar algún tipo de derecho, no me parece que esa sea la opción que yo quisiera.

Para concluir le pido que nos cuente de nuevo aquella anécdota de los políticos que se fueron sin pagar la cuenta

Con mucho gusto, en alguna ocasión me reuní con un director de un periódico importante y estaba en ciernes una elección, y entonces, de manera, como un ejercicio práctico, invitamos a nuestra mesa a un par de políticos que eran candidatos y disputaban un puesto, ambos estuvieron, charlaron con nosotros, no por mi sino por la importancia del otro comensal, estuvieron degustando con nosotros y ambos se retiraron sin pagar la cuenta; y entonces nuestra conclusión fue que ambos serían muy malos gobernantes, porque si no pagas la cuenta y no tienes la cortesía política, sin poder, menos lo vas a tener con poder, entonces es una anécdota de como lo pequeño nos muestra la importancia de ser educado políticamente, de tener buenas costumbres en lo individual, y las buenas costumbres en lo individual nos llevaran a las buenas costumbres en lo político, ser un poco dirían los gringos polite, en ese sentido.

Con información de Antonio Gutiérrez Victoria