Murió Mario Molina, Nobel de Química

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Reforma

Mario Molina, doctor en fisicoquímica y Premio Nobel de Química, falleció este miércoles a los 77 años.

“La Universidad Nacional Autónoma de México informa del lamentable fallecimiento del doctor Mario Molina, distinguido universitario, Premio Nobel de Química 1995”, informó la casa de estudios en Twitter.

Su fallecimiento tiene lugar el mismo día en que fue concedido el Premio Nobel de Química a las bioquímicas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna por el desarrollo de la técnica de edición genética CRISPR/Cas9, a 25 años de que el mismo galardón fuera otorgado a Molina.

Fue merecedor de dicho reconocimiento por sus investigaciones sobre la química atmosférica y la predicción del adelgazamiento de la capa de ozono como consecuencia de la emisión de ciertos gases industriales, los clorofluorocarburos (CFCs), publicadas en un artículo en la revista Nature en junio de 1974.

“Considero que este Premio Nobel representa un reconocimiento al excelente trabajo de mis colegas y amigos en el campo del agotamiento del ozono estratosférico”, sostuvo el científico en una semblanza autobiográfica.

Después de su paso por la Facultad de Química de la UNAM, realizó estudios de posgrado en fisicoquímica en la Universidad de California, en Berkeley.

Luego se unió al equipo del profesor Sherwood (Sherry) Rowland como becario de posdoctorado, en Irvine, California, donde además de haber sido docente, se introdujo al campo de la química atmosférica, que fue su especialidad.

En 1982 se incorporó al Departamento de Física y Química Molecular del Laboratorio de Propulsión a Chorro, en Pasadena, investigando la química peculiar propiciada por las nubes estratosféricas polares.

Y en 1989 volvió a la vida académica, ahora en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), donde continuó investigando sobre temas generales de química atmosférica.

En tiempos recientes, y a propósito de la pandemia de Covid-19, Molina participó en estudios donde, a través del análisis estadístico de la positividad de casos en diferentes regiones, se comprobó la correlación entre la imposición del uso del cubrebocas por parte de las autoridades y el control de los contagios.

Esto les permitió concluir que las mascarillas y cubrebocas estaban protegiendo contra los aerosoles, partículas más pequeñas que las gotículas de saliva, pero lo suficientemente grandes para acarrear el virus por el aire. Una vía de transmisión que originalmente no era aceptada, y por la que Molina insistió en el uso de cubrebocas, recomendación que hizo al Presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Es importantísimo que las gentes que están de alto nivel en el Gobierno usen cubrebocas para demostrárselo a la gente”, manifestó el pasado 14 de agosto en conferencia virtual organizada por El Colegio Nacional.