Rescatan memoria de artesanos oaxaqueños

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El Heraldo de México

El oficio de carpintero en Analco, poblado insertado en la sierra de Oaxaca, está extinto. Después de ser el productor primario de muebles con escenas grabadas para exportar a Europa en los siglos XVII y XVIII, los pobladores abandonaron la artesanía y actualmente ningún habitante del pueblo sabe de esta historia.

“No hay nadie que recuerde de esta artesanía, se perdió la memoria y la producción, y es importante, porque es el origen de lo que somos. Somos producto del mundo prehispánico y del mundo virreinal, y estos muebles nos hablan de esa sociedad”, señaló Gustavo Curiel, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla, España.

Para rescatar la memoria de este oficio artesanal, Curiel coordinó un equipo de investigadores en diferentes disciplinas para catalogar los muebles que todavía se conservan en colecciones privadas y museos. Después de 10 años, editó el libro Carpinteros de la sierra. El mobiliario taraceado de la Villa Alta de San Ildefonso, Oaxaca (siglos XVII-XVIII), en el que registran 120 objetos.

Se trata de la primera investigación histórica, estética y científica de los muebles hechos en Analco. La propuesta es ubicar en la línea del tiempo la producción de las piezas y, sobre todo, analizar el valor artístico de los grabados que caracterizan esta producción.

Curiel precisó que se trata de escritorios, mesas de lectura, baúles, papeleras y cajas realizados con una técnica de marquetería única en su tipo y realizada únicamente en la Villa Alta de San Ildefonso, en particular el barrio de Analco.

Se sabe que a este poblado llegaron muchos grabados europeos, principalmente flamencos, y sirvieron como fuente de inspiración para crear representaciones propias.

“Es una localidad muy alejada que tenía contacto con el Convento de Santo Domingo de Oaxaca, es una zona dominica y, posiblemente, con ese contacto pudieron llegar grabados europeos y ser el inicio de la llegada de muebles que copiaron los indios. Lo interesante es la reinterpretación y adopción del lenguaje estético”.

En esta apropiación, los artesanos fusionaron elementos de grabados hechos en la ciudad de Amberes, con detalles de textiles locales.

Con la publicación, el investigador rescata la memoria de un oficio que colocó a los artesanos indígenas en la mira de coleccionistas europeos.