Sexenio de EPN rompe récord en homicidios: Inegi

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El Universal

Ciudad de México. En el sexenio de Enrique Peña Nieto se reportaron 156 mil 437 homicidios, 34 mil 824 más que en la administración de Felipe Calderón, lo que constituye el monto más alto de los últimos cuatro sexenios desde que el Inegi empezó a recabar esta serie.

Entre las principales causas de defunción se encuentran los asesinatos por disparo de arma de fuego, con casi 70%, seguidos por agresión con objeto cortante, así como por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, con 18% en conjunto.

Los estados con más homicidios en el sexenio pasado fueron: Estado de México, con 17 mil 891 casos; Guerrero, con 13 mil 979; Chihuahua, 12 mil 421; Jalisco, 9 mil 564; Guanajuato, 9 mil 482; Baja California, 8 mil 569; Michoacán, 7 mil 966; Sinaloa, 7 mil 619; Ciudad de México, 7 mil 349, y Veracruz, con 7 mil 113.

Estas 10 entidades concentraron 65% del total de muertes reportadas en el gobierno de Peña Nieto.
Por el contrario, los estados con menos de mil asesinatos en el sexenio fueron Yucatán, con apenas 328; Aguascalientes, 348; Campeche, 465; Tlaxcala, 631, y Querétaro, con 949 casos.

Ponderado por el tamaño de la población, la tasa de homicidios durante el sexenio pasado fue de 21 crímenes por cada 100 mil habitantes en promedio.

Cabe señalar que 12 entidades se ubicaron por arriba del promedio nacional, entre las que destacan Guerrero, con 65 homicidios por cada 100 mil habitantes; Colima, con 63; Chihuahua, 57; Sinaloa y Baja California, 42 cada uno; Baja California Sur, 34, y Morelos, con 31.

Los estados donde más repuntó la violencia y reportaron el mayor incremento de asesinatos en los últimos seis años fueron Quintana Roo, que pasó de 154 homicidios en 2012 a 834 en 2018, 5.4 veces más que al inicio del sexenio; Baja California, con alza de 37 a 138 en el mismo lapso (5.3 veces más); Guanajuato, de 684 a 3 mil 493 (5.1 veces más), y Baja California Sur, de 581 a 2 mil 910 muertes (cinco veces más).

Crímenes en 2018. En 2018 se registraron 35 mil 964 homicidios en México, lo que representa una razón de 29 homicidios por cada 100 mil habitantes, la tasa más alta de la que se tenga registro desde 1990, cuando inició la serie, de acuerdo con los resultados preliminares del Inegi.

Las entidades con el mayor número de homicidios registrados el año pasado fueron Guanajuato, con 3 mil 493 asesinatos; Estado de México, con 3 mil 135; Chihuahua, 2 mil 957; Jalisco, 2 mil 919; Baja California, 2 mil 910; Guerrero, 2 mil 312; y Michoacán, 2 mil 78. Estos siete estados concentraron 55.1% del total de crímenes registrados en 2018.

Ponderados por el número de la población, 14 entidades reportaron una tasa superior a la media nacional, entre las que destacan Colima, con 98 homicidios por cada 100 mil habitantes; Baja California, con 83 asesinatos; Chihuahua, 79; Guanajuato, 64; Quintana Roo, 51; Zacatecas, 46; Michoacán, 44, y Morelos, con 41.

La principal causa de los homicidios fue la agresión con disparo [excluyendo rifle, escopeta y arma larga] con 24 mil 349 asesinatos, es decir, 67.7% del total, seguida por agresión con objeto cortante, con 4 mil 22 muertes; agresión por medios no especificados, 3 mil 432, y agresión por ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, con 2 mil 383, homicidios.

Estas cifras se derivan de la estadística de defunciones registradas a partir de los registros administrativos de muertes accidentales y violentas, los cuales son generados por los estados y son recopilados mensualmente por el Inegi.

Desde 2015, el Inegi capta información de presuntos homicidios directamente de los Servicios Médicos Forenses por medio de los certificados de defunción que se emiten por muertes accidentales y violentas. Además, capta datos en las Oficialías del Registro Civil a través de actas y certificados de defunción. Esta información se complementa con la proporcionada por las agencias del Ministerio Público en cuadernos estadísticos.

Los homicidios forman parte de las defunciones accidentales y violentas, cuya clasificación se determina con base en las afecciones y lesiones (causas), la presunción del tipo de defunción y el motivo de la lesión, registrados en el certificado de defunción.