El Economista.
Ciudad de México. Los hogares mexicanos que reciben remesas registraron la entrada de 2,709 millones de dólares durante septiembre. Estos recursos, que mes a mes reciben 1.4 millones de familias en el país, completaron un quinto mes consecutivo en desaceleración, revela información del Banco de México.
No obstante a la reducción en el flujo mensual de remesas, la entrada de estos recursos durante agosto se convierte en la más alta para un mes de similar desde que el banco central mide estas transacciones. Además incorpora un crecimiento de 8.8% respecto del registro de septiembre del año pasado.
Como estos recursos ingresan en dólares, las familias receptoras tienen que cambiarlos a pesos mexicanos para su gasto, ahorro e inversión; de manera que al pasarle el filtro cambiario, se observa un crecimiento real anual de 10.9%, de acuerdo con cálculos de Alberto Ramos, economista en Goldman Sachs.
La información del Banco de México evidencia que en lo que va del año, el acumulado de los envíos de dólares a las familias receptoras de remesas en México, sumó 24,676 millones de dólares. A pesar de la desaceleración mensual, en agosto se registró la mayor entrada de remesas para los primeros ocho meses del año desde que se tiene registro.
Según la información del Banco de México, el giro promedio enviado por cada mexicano desde el exterior a sus familias, ascendió a 317 dólares, que es el más alto desde agosto de 2010, cuando el cheque promedio de remesas ascendió a 326 dólares.
De acuerdo con la información del Banco las remesas enviadas por casi 10 millones de mexicanos radicados fuera del país llegaron a las familias mexicanas en 8.5 millones de operaciones.
La información del Banco de México muestra que tal como ha sucedido desde hace más de una década, los mexicanos radicados en el exterior, privilegiaron sus envíos de remesas por canales no bancarios.
De manera que en el mes, el 98.7% de las remesas captadas en México llegaron vía transferencia electrónica y el resto, en efectivo o especie.
