Contra el ciudadano

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Carlos Edmundo

“Han tirado basura en mi verde jardín, si capturo al culpable de tanto desastre lo va a lamentar” -Silvio Rodriguez

Alguien que tira una envoltura de Gansito en la calle o en medio de la carretera merece todo el mal que les sobrevenga, o que le corten el brazo ¿no dice pues el evangelio que si tu ojo te da ocasión de pecar es mejor que te lo arranques? Así yo les digo que es preferible que se amputen el brazo antes de que éste les dé ocasión de tirar una envoltura de gansito, ¿exagero? seguramente, pero poco anima darse cuenta que para evitar este tipo de comportamientos serían necesarias penas más severas, ello debido a la carencia de una cultura medioambiental, de un sentido mínimo de respeto hacia el entorno, hacia el otro.

La lista de actos aparentemente intrascendentes pero que en el fondo denotan la carencia de una “comunidad” es extensa. Tener perros en la calle y no esterilizarlos, escuchar a todo volumen esos horrendos, deleznables, antiestéticos, pérfidos, infelices,  espeluznantes, mórbidos, desgraciados, hijos de mala madre corridos alterados (o en realidad cualquier tipo de música) sin tomar en cuenta la tranquilidad de los vecinos, no respetar el estacionamiento asignado a los minusválidos o agregue el lector los actos que guste, de los cuales muchos no se quejan porque el ciudadano, a veces, para no tener problemas “se aguanta” y termina acostumbrándose a “nimiedades” o a la más tiránica opresión.

En política ese desinterés tiene su eco en la apatía, la cual cuenta con una explicación histórica relacionada con el reforzamiento de la cultura política del clientelismo y el corporativismo. En pocas palabras, la formación de grupos privilegiados por el gobierno a través de prebendas para obtener respaldo y legitimación política, lo cual automáticamente dejó sin voz a esa “sociedad civil” desorganizada no incluida en estos grandes sindicatos o grupos facticos, de suerte que los “sin voz” heredaron un sin sabor general de impotencia a otras generaciones, algo parecido a lo que sentimos cuando Margarito fue masacrado por Manny Pacquiao. Pero como en el box, en la vida hay siempre revanchas, ¿o no Juan Manuel Márquez?