DETRAS DE LA NOTICIA: Enfermo, inicia su campaña Toño; si salen a votar mujeres, ganaría Bárbara

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Por Alfredo Martínez de Aguilar

(In Memorian. A mi amigo y colega Celestino Robles Pérez, vocero de Antorcha Campesina, quien cumplió su ciclo de vida en la Tierra. Un abrazo solidario a su familia, compañeros y amigos, especialmente a Gabriel Hernández García, líder estatal del movimiento antorchista).

Ventilar públicamente la salud de los políticos, gobernantes y servidores públicos, sigue siendo materia de discusión sobre los límites de la vida pública y privada. A pesar de sus graves consecuencias en la sociedad.

En lo personal estamos convencidos que debiera ser una obligación hacerlo. Porque, primeramente, los gobernados tenemos derecho a estar debidamente informados

sobre la salud de nuestros gobernantes.

Y, segundo, porque la persistente opacidad impide que la transparencia y rendición de cuentas tome carta de naturalización en el país. No hay que olvidar que no se puede tapar el Sol con un dedo. La verdad nos hace libres.

El ocultamiento de la salud física y mental de algunos presidentes como Vicente Fox ha llevado a México a la debacle. El primer presidente panista padece el Síndrome de Klinefelter. Con

gigantismo físico e infantilismo genital.

Pero el que Fox tenga pene infantil o descenso incompleto de uno o ambos testículos es lo de menos. El problema mayor son sus graves trastornos emocionales. Síntomas que se traducen en ansiedad y depresión permanentes.

Ello explica que Fox sea dependiente al consumo del antidepresivo Prozac. Y que tenga una conducta bipolar al estilo de la Chimoltrufia «como dice una cosa dice otra». Por el retraso en el área del lenguaje, lectura y comprensión, dio frecuentes bandazos.

El 18 de mayo de 2007, el Tribunal Apostólico de la Rota Romana anuló el enlace católico entre Fox y Lilián de la Concha, al no poder hacer el amor y consumar la cópula, debido a tener Vicente un micropene, además de ser infértil.

Pero el tribunal de apelación de la Santa Sede en su veredicto estableció que el ex presidente era una persona con trastornos psicológicos, lo que representaba una prohibición para volver a casarse, salvo que existiera una autorización expresa.

A la luz de estos hechos es indispensable airear públicamente la supuesta o real enfermedad que padece José Antonio Hernández Fraguas. Lo hacemos con todo respeto al iniciar su campaña por la presidencia municipal capitalina.

Muchos oaxaqueños y más sus amigos saben que Toño sufre desde hace varios años de terribles ataques de migraña. Padecimiento que al parecer le obligó a ser intervenido quirúrgicamente y a recluirse y mantenerse aislado en su hogar.

El columnista logró establecer que, ciertamente, hace algunos meses el candidato del PRI a presidente municipal de Oaxaca de Juárez, fue intervenido de la próstata. Ignoramos si tenía algún riesgo de cáncer y decidió cortar por lo sano.

Deseamos de todo corazón que Toño no tenga ningún problema mayor de salud. Sigue siendo un activo positivo muy importante del PRI oaxaqueño. Es, asimismo, un político maduro y conciliador. Puente generacional entre la vieja y nueva clase política.

Por otro lado, la participación de Bárbara García Chávez y Pablo Arnaud Carreño despierta gran interés en la campaña por la alcaldía capitalina. Los dos cuentan con sólido compromiso ciudadano y amplia experiencia en el gobierno municipal.

En la Plataforma Electoral de la candidata del Partido del Trabajo destacan las respuestas a las demandas sociales más sentidas. Gobierno municipal garantista que restablezca el Estado de Derecho con respeto irrestricto a los derechos humanos.

Creación de un Observatorio Ciudadano Anticorrupción con atributos y amplias capacidades jurídicas que permitan a la ciudadanía vigilar la actuación de las autoridades municipales e iniciar, cuando así proceda, la denuncia correspondiente.

Garantizar la seguridad pública para que los habitantes del municipio vivan en un ambiente de tranquilidad, con pleno ejercicio de sus derechos y libertades. Crear una cultura de la prevención del delito y fortalecer la cohesión social mediante la articulación de redes ciudadanas.

Políticas públicas afirmativas para fomentar la igualdad y promover políticas de igualdad entre mujeres y hombres. Fortalecimiento de campañas de prevención de la violencia de género. Capacitación permanente sobre los derechos humanos de las mujeres.

Reordenamiento urbano integral sustentable adaptado a la realidad territorial del municipio capitalino, emprendiendo acciones para proteger y mejorar la calidad del medio ambiente, y convenir con los otros niveles de gobierno, los servicios de transporte público.

Servicios públicos eficaces y eficientes. Satisfacer las necesidades de la población en materia de agua de calidad y en cantidad suficiente. Servicio de drenaje y alcantarillado para evitar riesgos de enfermedades y disminuir la probabilidad de inundaciones.

Tratamiento y disposición de aguas residuales. Establecer políticas de participación ciudadana en los programas de limpia y recolección de basura, promoviendo el hábito del manejo adecuado de los desechos sólidos para su tratamiento y disposición final.

Es de destacar que Bárbara cuenta con una Planilla paritaria de lujo entre las que figuran María del Socorro León Monterrubio e Irma del Socorro Sotelo, así como Diego Woolrich Ramírez, Óscar Chávez Pombo y José Carlos Torres Ortiz.

En un ejercicio de creación de escenarios futuros podemos adelantar que con todo y que Toño Hernández Fraguas puntea en las preferencias electorales, si Bárbara logra sacar a las mujeres a votar podría ganar la presidencia municipal el 5 de junio.

Sería un craso error pasar por alto que el 58.3 por ciento de los habitantes de la capital oaxaqueña son mujeres y 41.7 son hombres, además que el 34.8 son mujeres de entre 18 y 29 años y 38.3 son mujeres entre 30 y 45, que suman 73.1 por ciento.

Esta elección por dos años reviste singular importancia, en virtud que por primera vez quienes resulten electos concejales capitalinos tendrán la oportunidad de reelegirse por tres años más, lo que permitirá gobernar o desgobernar por un total de cinco años.