El “mal humor social” y su ausencia total de gracia

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Por Rodrigo Islas Brito

“A veces se puede decir y leyendo algunas notas, columnas y comentarios que recojo de aquí y de allá, en donde se dice: es que no hay buen humor, el ánimo está caído, hay un mal ambiente, un mal humor social”.

Declaró ayer durante la inauguración de un tianguis turístico en Guadalajara, Jalisco, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, asegurando que pese a este “mal humor social”, el país sigue avanzando.

“Es un pendejo”. Suelta a bocajarro Gabilondo Charis, taxista al que a razón de un viaje en su taxi se ha acudido como primer portavoz de un clamor social.

Se le dice a Charis que palabra como la que acaba de decir no contiene exactamente un cariz periodístico que se pueda rescatar, el taxista accede a profundizar en su comentario, pero no cede en su agresividad hacia su primer mandatario.

“¿Pues no vio ayer el estúpido las fotos de las gente encerradas en un Cinepolis mientras afuera se estaban dando con todo el armamento en Acapulco? No, seguro que no las vio”.

El taxista se refiere a las balaceras suscitadas hace dos días en la costera Miguel Alemán del puerto guerrerense, productos de dos ataques armados registrados la noche del domingo contra un hotel donde se hospedan agentes federales y contra las oficinas de la Policía Federal (PF).

La balacera con duración de dos horas aterrorizo a todo el puerto y hoy sus habitantes están encerrados en sus casas y más de cien escuelas no abrieron sus puertas, además de que horas después de registrarse el hecho violento, el periodista, descrito por sus colegas guerrerenses como el “único periodista crítico del gobierno municipal de Taxco” Francisco Pacheco Beltrán fue asesinado afuera de su casa justo después de haber tuiteado imágenes de la balacera, he ido a dejar a su hija a tomar un autobús que la alejara de la violencia.

“Esto no es mal humor, esto es terror, hartazgo, desesperanza. Es la certeza de que todo se está yendo al carajo justo frente a nuestros ojos. El puerto turístico por excelencia de este país durante toda su historia hoy es tierra de nadie, un cementerio. Y el tipo dice que lo hay por eso es un mal humor”.

Lo que Charis dice a continuación es de una agresividad y rencor tal que bien merece no ser citado. Evelyn Urbieta, estudiante de psicología asegura que tratara más de matizar su opinión.

“Lo que yo veo es ya un alejamiento total de la clase política de este país con las personas que se jactan de gobernar. El que Peña Nieto declare tonterías no es ninguna novedad, lo que sí es nuevo es el nivel coraje y rencor con el que ya se reciben esas declaraciones”.

“Esta lo del estallido de la petroquímica de Pajaritos, donde ya son 32 los muertos y seis los desaparecidos, con un complejo que PEMEX le cedió a una empresa privada que hace un año prometió triplicar su productividad, tanto que la acabó reventando”.

Pese a que no debe rondar más allá de los 24, Urbieta habla con una entereza que pareciera tener el doble. Dice que lo que progresivamente se va notando más es un progresivo efecto de olla exprés, “en el que aunque mucho se diga que el mexicano no se indigna con nada, esa nada a veces también termina por pesar demasiado como para que no te aplaste”.

“No sé lo que vaya a pasar, tal vez Peña Nieto logre concluir su sexenio o tal vez no. Lo que sí es que para llegar al final ya se está blindando de leyes de excepción”.

La psicóloga en ciernes se refiere que el Congreso Federal ya debate reformas para que los jueces militares puedan juzgar civiles o para que la presidencia de la Republica pueda aplicarle el estado de excepción a quien a sus intereses convenga.

“Tú ves las declaraciones de Miguel Ángel Osorio Chong y todos son comunicados, soliloquios. Nuestro flamante y presidenciable secretario de gobernación ya no es capaz de contestar preguntas, porque no puede, porque este gobierno ya no puede platicar con la gente sin que le mienten su madre”.

“Quien venga a nuestro país a sumar, colaborar y ofrecer soluciones concretas, siempre tendrá las puertas abiertas”.

Declaró Chong con una de esas amabilidades que traen amarrado el cuchillo entre los dientes después de que los miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) abandonaran el país.

El mismo grupo de investigadores extranjeros que tiró por tierra casi cada uno de los componentes de la “verdad histórica” con el que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha pretendido explicar desde hace dos años la desaparición a manos de grupos criminales y cuerpos de estado , de 43 jóvenes normalistas en Iguala, Guerrero.

El mismo grupo que denunciara una persecución por parte de medios oficialistas hacia su labor y un desencuentro constante con el gobierno federal , que un principio los apoyó pero que después retobó cuando la comisión investigadora afirmó que nunca pudo existir, con prueba de imágenes de satélite en mano, un incendio avasallador en el basurero de Cocula, Guerrero , una fogata abrasadora que incinerara en siete horas 43 cadáveres, según lo perjuró la hoy “mentira histórica”, que el gobierno federal sigue sosteniendo como única explicación judicial de los hechos.

“Tengo la sospecha de que el informe presentado ayer por el GIEI sobrevivirá a esta administración. Que será más poderoso, en el contexto de la Historia, que la que quisieron llamar -verdad histórica-, ese adefesio construido con tortura –sabemos ahora–, mentiras, pruebas posiblemente sembradas y mucha falta de inteligencia”.

Comentó en su columna de portal de noticias Sin Embargo.mx, el periodista Alejandro Páez Varela, considerando una sospecha personal el que “al Gobierno de Enrique Peña Nieto no le dará tiempo para remontar la versión del GIEI porque, aunque lo niegue, esa verdad que construyeron a la mexicana, Jesús Murillo Karam, Tomás Zerón de Lucio y otros, no es la definitiva”.

“La buena noticia es que la duda necesaria se ha sembrado. La mala noticia es la misma: que todavía no sabemos en dónde están los 43 normalistas desaparecidos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero”.

“Pero esa no es culpa del GIEI. Es culpa del mismo Estado mexicano que ha quedado en evidencia, que ha quedado desnudado frente al mundo”.

El reportero le confía a Evelyn Urbieta algo que lo está molestando, el domingo hubo en Oaxaca una marcha de colectivos de mujeres feministas y él en su red social descalificó una manta que portaba la palabra “mátalo”, como última defensa contra un depredador sexual, en un tiempo en el que los femicidios escalan ya cumbres que antes pudieron parecer imposibles.

“¿Siete feminicidios al día, diariamente, y lo que te salta es una mantita con la palabra mátalo?”.

Reportero asegura que no, que no es eso, que su descalificación se argumenta en una certeza de que propagar ya desde las organizaciones sociales una ley del ojo por ojo y diente por diente, al final no va a llevar a ninguna lado.

“¿Y en donde estamos ahora?” le pregunta Urbieta, quien le argumenta que según algunos conceptos psicológicos, es lógico volverse un puritano ante el miedo, ante la certeza inacabable de que el momento de fijar posturas y no moverse de ellas aun con todas sus consecuencias, anda cerca.

La chica dice que al final la verdad es que nadie sabe que viene, con el gobierno federal dibujando cada vez más desesperados tentáculos legales de dictadura, y el crimen organizado gobernando abiertamente prácticamente ya tres o cuatro estados de la Federación.

Con el secretario de gobernación, Osorio Chong, declarando que “los derechos humanos son la base de todo país justo”, en la inauguración de un simposio sobre la materia para el mismo Ejercito Mexicano acusado de haber perpetrado la ejecución sumaria de quince personas en Tlatlaya, México, en el 2014.

Evelyn recuerda una reciente conversación con su hermano mayor, que le lleva un poco más de diez años y están en planes para tener ya un hijo con su esposa. Comenta que le preguntó cómo tenía tanto valor con tantas cosas convulsas sucediendo al mismo tiempo en el país.

“Hasta le pregunte si pensaba ir con su esposa a tenerlo a otro planeta. Él sólo me miró y me dijo que uno no se puede detener solo porque las cosas no vayan bien”.

“La verdad, no pensé que mi hermano fuera tan valiente” Evelyn dice a continuación que igual y “uno no puede volverse estéril solo por un mal humor social”.

Ni reportero ni la misma chica ríen con la ocurrencia.