"Estoy dispuesto hacer pública la situación civil de otros sacerdotes"

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Por: Francisco Ramírez

Al exigir justicia a niños indígenas víctimas de pederastia, así como la restitución de sus derechos al sacerdocio, el ex párroco de Santiago Zoochila Villa Alta, Apolonio Merino Hernández, senteció: “Si hay que barrer la casa, hagámoslo parejo”.

De esta manera respondió a la sanción que ejecutara en su contra el arzobispo de Antequera Oaxaca, José Luis Chávez Botello, después que en el 2013 hiciera pública la denuncia de pederastia y abuso sexual en contra de niños indígenas de la parroquias de Santiago Camotlán, San Idldelfonso Villa alta y San Pablo Huitzo, el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández.

El presbítero suspendido de sus funciones junto al diácono Ángel Noguera Nieto, ambos integrantes del decanato de la Sierra Norte, reiteró que de los hechos que son del conocimiento de la opinión pública, existe un expediente penal de numero 140/2013, por el delito de corrupción de personas menores de 18 años y del cual se derivó la orden de aprehensión librada por el juzgado VII de lo penal.

Asimismo recordó que al ser párroco de Santiago Zoochila Villa alta le tocó recibir y oír a algunos menores que fueron ultrajados sexualmente por el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández en el 2009, los hechos conocidos por otros sacerdotes no fueron escuchados por el arzobispo José Luis Chavez Botello, por lo que hoy ante las sanciones ejercidas pide una aclaración, como justicia y reparación del daño a las víctimas.

El sacerdote acusó que no solo ha sido suspendido de sus deberes eclesiásticos, sino también el arzobispo Chávez Botello ha ejercido violencia institucional, amenaza, intimidación, hostigamiento y ha vendido la idea a la feligresía “de que yo estoy enfermo mentalmente”.

“De serlo así yo me someto a un examen médico, de los contrario solicito se subsane públicamente en mi fama y daño moral ocasionado”, dijo Merino Hernández, quien también exige se le aclare el por qué sobre su persona existe “un delito grave”, de lo contrario pide se le inicie un proceso canónico y un proceso civil.

Cuestionó el por qué José Luis Chávez Botello no se ha desprendido de la protección que brinda a Gerardo Silvestre Hernández, quien hoy se encuentra preso en el penal de Tlaxiaco y que a la fecha no se le ha dictado sentencia, razón de ello es que de no atenderse su petición ni hacerse justicia, pedirá audiencia al Papa Francisco para que en su próxima visita lo atienda.

“A mí se me sentencia con un decreto de suspensión definitiva en mis funciones sacerdotales y se me prefabrican delitos que en mi conciencia yo nunca he cometido”, dice Merino Hernández quien pese a estar amenazado por el propio arzobispo de Oaxaca sentenció:   “Si Hay que barrer la casa, hagámoslo parejo” y con ello se mostró dispuesto hacer pública la situación civil de otros sacerdotes como de las propiedades que acumulan.

Finalmente responsabilizó a José Luis Chávez Botello de cualquier atentado que pudiera sufrir su persona o su familia.